Parece mentira, pero todo apunta a que el mito de uno de los grandes directores de Hollywood, Woody Allen, con 54 películas a sus espaldas y 4 Oscar, está a punto de desmoronarse. En los últimos días, un tsunami provocado por su hija adoptiva, Dylan Farrow, de 32 años, está haciendo que el director neoyorquino salte a la palestra y no precisamente por sus trabajos cinematográficos.

La historia empieza en 2014, cuando a Woody Allen le dieron el premio Cecil B. de Mille a toda una carrera en los Globos de Oro y Dylan Farrow, indignada, decidió que ya era suficiente y escribió una carta a 'The New York Times' en la que narró que su padre cometió abusos sexuales con ella cuando tenía siete años en el ático de su casa: "Todo el tiempo que recuerdo, mi padre me había estado haciendo cosas que no me gustaban", señalaba.

La historia entró a formar parte del duro contencioso que libraron Mia Farrow y Woody Allen en su proceso de divorcio y por la custodia de sus hijos, que concluyó cuando el juez prohibió a Allen ver tanto a los adoptivos (Dylan y Moses) como al biológico (Satchel) y Farrow decidió no seguir por la vía penal recomendada por el juez ante la fragilidad de los menores. La opinión pública llegó a ver todo el proceso como una pataleta de ella ante el enamoramiento de Allen de otra de sus hijas adoptivas, Soon-Yi.

Dylan Farrow Mia Farrowpinterest
Dylan Farrow y Mia Farrow en una imagen reciente.

Y todo pareció 'olvidarse' hasta que, con el auge de las campañas Time's Up y #MeToo, publicó en diciembre una segunda carta en 'Los Angeles Times' mostrándose indignada porque su padre, a pesar de todos los abusos denunciados y las sospechas que hay sobre él, sigue siendo un personaje reputado en la industria. El título era claro: '¿Por qué la revolución #MeToo se ha saltado a Woody Allen?'.

Y ha destapado la caja de los truenos, porque han comenzado a aparecer en los últimos días muchas (e importantes) voces que la apoyan a ella frente a su padre: es el movimiento 'Yo te creo, Dylan', que fue lo que dijo Natalie Portman cuando Oprah Winfrey le preguntó en su programa su opinión sobre el caso.

Renegando de Allen

Oprah, que pocos días antes había sido noticia por su discurso feminista en los Globos de Oro, reunió a Natalie Portman, Reese Witherspoon, America Ferrera y Shonda Rhimes en una entrevista grupal sobre el auge de Time's Up. Allí todas ellas manifestaron su apoyo a Dylan Farrow y dijeron abiertamente que creían su versión de los hechos.

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Muchas otras voces se unieron a ese apoyo. Por ejemplo, la de Mira Sorvino, que actuó bajo la batuta de Allen en 'Poderosa Afrodita', aseguraba en una carta al Huffington Post que ella se creyó la mentira de que el abuso era una argucia de Mia Farrow en la batalla por la custodia, por la que pedía perdón a una y a la otra y les mostraba su solidaridad.

O la de Greta Gerwig, la directora de 'Lady Bird' pero también una actriz que trabajó con el realizador en 'Desde Roma con Amor' y que declaró a 'The New York Times' que se arrepentía de haberlo hecho: "Si hubiese sabido lo que sé ahora, no habría actuado en la película. No he trabajado con él nunca más, y no volveré a hacerlo", declaró.

O la de Patricia Arquette, Jessica Chastain, Asia Argento... Muchas otras mujeres que en los últimos días han sido conscientes de la doble moral de Hollywood capaz de mirar para otro lado a un hombre que ha abusado de su propia hija:

Incluso de sus salarios

Otra forma que han tenido de expresarse estos gestos de apoyo han sido con la renuncia por parte de varios actores que han trabajado con Woody Allen a las ganancias obtenidas con sus películas y a la donación a fondos feministas.

Es el caso de gran parte del reparto de 'A Rainy Day in New York', la última película del cineasta, que se prevé que se estrene este año. La primera fue Rebecca Hall, quien en un post en su cuenta de Instagram (@rebeccahall) anunciaba hace cinco días que donaba lo que había cobrado por el filme al fondo de ayuda legal a mujeres acosadas de Time's Up:

Idéntica decisión tomó el joven actor francés Timothée Chalamet ('Llámame por tu nombre', 'Lady Bird') y la anunció hace dos días en su perfil de Instagram (@tchalamet) con un texto esclarecedor: "Estoy aprendiendo que un buen papel no es el único criterio para aceptar un trabajo. Esto se ha vuelto mucho más claro para mí en los últimos meses, siento testigo del nacimiento de un movimiento para acabar con la injusticia, la desigualdad, y sobre todo el silencio".

La última en tomar la decisión ha sido Selena Gomez, quien, después de que -al parecer- su madre le insistiera mucho, ha hecho a Time's Up una donación enorme que excede su salario, según asegura People.

El tiempo dirá si veremos finalmente caer a un titán de Hollywood como le pasó a Harvey Weinstein, o si resiste el embate de la tormenta. Pero las cartas, para Woody Allen, no son buenas.