Las mejores portadas de discos de la historia
El sábado 18 se celebra en todo el mundo el Record Store Day, un día para celebrar la (aún vigente) importancia de los vinilos en la industria musical. Algunos de los trabajos gráficos más importantes del mundo se han realizado aprovechando el espacio de las carpetas de los discos. Estas son, a nuestro juicio, las mejores portadas de rock y pop de la historia.
Aladdin Sane, 1973
El mánager de Bowie quiso retar a la discográfica RCA a ver si iban en serio con Bowie, que por entonces tenía 26 años, y pidió a un fotógrafo de aúpa: Brian Duffy. Duffy había colaborado con Elle Francia, 'Harper's Bazaar', 'Esquire' y 'The Observer', entre otros medios, y formaba parte de la 'santísima trinidad' de fotógrafos que retrataron la Inglaterra de los 60, junto con David Bailey y Terence Donovan. El maquillaje es obra de Pierre La Roche, que también haría el del álbum 'Ziggy Stardust' y el del filme 'The Rocky Horror Picture Show”. Duffy hizo numerosas tomas, cabeza arriba, abajo, de lado, frontales... La foto original se conserva en el Victoria & Albert Museum de Londres y está valorada en 3,2 millones de euros.
Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, 1967
Probablemente, la 'cover' más conocida de la historia. Fue creada por Jann Haworth y Peter Blake, una pareja artistas 'pop' que recibieron en 1967 el Grammy a la mejor portada del año. La idea era una foto que representara a la banda del Sargento Pimienta tras un concierto, acompañados del público que les había visto. Haworth y Blake pidieron a los Beatles que hicieran una lista de personajes que admiraran y a continuación, tras corregir lo políticamente incorrecto (Hitler, Gandhi o Jesucristo), pidieron permiso a todos los famosos para que se usara su imagen. Un dato: solo cinco mujeres aparecen en la portada.
Nevermind, 1991
Había varias ideas flotando en el aire que fueron descartadas, hasta que un documental sobre partos en el agua que vieron Kurt Cobain y Dave Grohl les encendió la bombilla. Le comentaron la idea a Robert Fisher, el director de arte de Geffen, la discográfica que iba a publicar en 1991 el primer disco de Nirvana. La primera intención fue comprar la foto en agencia, pero les cobraban más de 7.000 euros, por lo que decidieron mandar al fotógrafo Kirt Weddle a una piscina de Pasadena a tomar instantáneas de una sesión de matronatación. Spencer Elden es el niño circuncidado que sale en la imagen, a la que se añadió un anzuelo y un dólar como símbolo de la perdición capitalista del hombre desde sus primeros días.
Breakfast in America, 1979
Los diseñadores Mike Houd y Mick Haggerty tuvieron total libertad para crear una portada bajo ese concepto, “Breakfast in America”. Se les ocurrió que una de las primeras imágenes que ve un turista al llegar a Nueva York, desde la ventana del avión, era la Estatua de la Libertad y Manhattan, con sus rascacielos, y sobre esa idea trabajaron. En la portada se ve la ventanilla del avión, a la actriz Kate Murtagh vestida de camarera emulando a 'Liberty' con el menú de un restaurante y un vaso de zumo, y al fondo, los edificios más emblemáticos de Nueva York realizados con cajas, botes, botellas, cubertería... La aparición de las Torres Gemelas en esta portada fue señalada por los conspiranoicos como anticipatoria del 11-S, ya que si se muestra la portada ante un espejo, en las letras que hay sobre ambos edificios (la 'u' y la 'p' cortada de Supertramp) se lee 9-11.
Elvis Presley, 1956
La de The Clash y la de Siniestro Total son solo dos de las portadas que han copiado descaradamente la sencilla idea del primer disco de Elvis Presley, publicado en 1956 y titulado con su mismo nombre. La fotografía fue tomada por William V. "Red" Robertson en Fort Homer Hesterly Armory, un edificio de Florida en el que se realizaban conciertos. La portada es un encuadre cerrado de la imagen completa y muestra con nitidez la fuerza y lo revolucionario de lo que estaba por llegar: el rock personificado en un joven de 20 años. El color fluorescente de la tipografía, muy de la época, completa una de las primeras gran 'album covers' de la historia.
The Velvet Underground & Nico,1967
La icónica portada del plátano, diseñada por Andy Warhol, llevó casi tres meses en realizarse. Warhol era el manager de la primera Velvet Underground (con la formación original de John Cale y Lou Reed), les pagaba como sus empleados a cambio del 25% de los ingresos. Cuando llegó el momento de hacer su primera portada, los miembros del grupo querían llenarla con extractos de las peores críticas recibidas, a lo que se negó la discográfica. Andy Warhol se encargaría de la 'cover' y, además, su nombre y no el de la Velvet Underground aparecería en ella, una idea de la discográfica para que vendiera más ese grupo desconocido. No vendió más de 5.000 copias.
Super 8, 1994
Busca en Google: Javier Aramburu. Y descubrirás a uno de los diseñadores de portadas más exquisitos y prolíficos de nuestro país. Casi todas las portadas de la carrera de Los Planetas han sido realizadas por él, con ese precioso toque 'pop' y con un aire un poco 'retro' que las caracteriza. La portada de “Super 8” quizás sea la más bonita de todos, con ese personajillo con aire de playmobil tocando la guitarra sobre un psicodélico fondo naranja, amarillo y malva.
Horses, 1975
Un fotón. Eso es 'solo' lo que tiene esta portada, una de las más elegantes de la historia. El autor es el gran amigo de Patti Smith, el mayúsculo Robert Mapplethorpe, quien la fotografió en su apartamento del Greenwich Village. Un poco difuminada y borrosa, con un aire lánguido y en cierta manera desafiante, la cantante ha definido varias veces su pose como una mezcla entre Frank Sinatra y el poeta francés Charles Baudelaire. La compañía discográfica quiso retocarla, pero Patti se opuso, y muchos críticos quisieron ver en su 'look' un mensaje subliminal, aunque ella siempre dijo que “yo simplemente vestía así”.
Dark side of the moon, 1973
Una de las portadas gráficamente más bonitas, es obra de Storm Thorgerson, autor de prácticamente todas las creatividades de discos de los Pink Floyd. El único requisito que recibió es que fuera una portada sencilla, atrevida y llamativa en la que no se usaran fotografías. Presentó a la banda cuatro bocetos (entre ellos, el de un hombre disfrazado de Silver Surfer), pero eligieron unánimemente el prisma atravesado por la luz. El prisma simboliza el espectáculo de luz de los Pink Floyd y su forma triangular, algunas de las letras de Roger Waters en los que habla de ambición y codicia. ¿Una curiosidad? Entre los colores de la refracción de la luz, falta el azul oscuro o índigo.
Never mind the bollocks, 1977
Jamie Reid, un artista británico anarquista, está detrás del diseño de esta icónica portada de Sex Pistols. En ella usó las mismas mañas a las que estaba acostumbrado en su revista “Suburban Press”: como no tenía dinero para tipografías, recortaba letras de los periódicos y hacía collages. En esta portada, las letras de 'Sex Pistols' proceden del “The Times”. Contó con las sugerencias de Malcolm McLaren, quien recomendó que se utilizaran colores estridentes (finalmente el amarillo y el fucsia) para que diera la impresión de que era un producto poco serio, desechable, basura, “algo así como un detergente”.
Tommy, 1969
La mejor ópera rock de la historia cuenta también con una mítica portada, diseñada por Mike McInnerney, el director de arte de 'International Times', entonces un periódico británico independiente. Era conocido de Pete Townshend, guitarra y alma mater de The Who y también el que le había introducido en la filosofía de Meher Baba, una filosofía presente en el argumento de 'Tommy'. Tommy es un joven ciego, sordo y mudo, y la malla de la portada quiere representar el mundo restringido de una persona con esos déficits sensoriales. McInnerney tardó dos meses en hacer esta portada y lo último que añadió, porque no le acababa de convencer, eran las fotos de los miembros del grupo.
El eterno femenino, 1982
La estética ochentera española se percibe con claridad en las creatividades de Montxo Algora para La Mode, como esta magnífica portada de “El eterno femenino”. Dibujos geométricos, inspiración en 'Tron', colores intensos, presencia del lenguaje de las máquinas y los ordenadores, movimiento y dinamismo son alguna de las características de sus dibujos y también de esta portada fragmentada. Algora es hoy el director de ArtFutura, el gran festival de arte digital de España.
American IV: The man comes around, 2002
Es una portada que representa perfectamente el estado del músico. Fue el cuarto disco de la serie American, todos ellos con unas gráficas maravillosas, y también el último publicado en vida de Johnny Cash. Martyn Atkins supo capturar a la perfección al rockero ya en su vejez, débil y castigado por su trayectoria vital. En la imagen, ligeramente desenfocada, parece estar reflexionando sobre lo que ha sido su vida, y se le presenta cercano a su muerte, que ocurriría en 2003, solo unos meses después del fallecimiento de su querida esposa June. El fondo negro y el apellido en tipografía XXL da más crudeza a la portada.
Born to run, 1975
Eric Meola, el autor de la foto de la portada, era un fotógrafo de 'Time' que había conocido a Bruce Springsteen por casualidad en 1974, un año antes de que se publicara “Born To Run”. El concepto corresponde al propio 'Boss', quien quería aparecer con su buen amigo Clarence Clemons, saxofonista de la E Street Band. En un momento dado de la sesión, Clemons se agachó a tocar su saxo y Bruce se apoyó en su hombre, y Meola lo vio claro: esa era la foto, aunque aquel 20 de junio de 1975 disparó su cámara casi 1.000 veces. Al ver la imagen, la discográfica decidió dar una doble portada, aprovechando el espacio entre ambos personajes.
Autobahn, 1974
Otro álbum de la lista que rompió moldes no solo por su portada, sino por la revolucionaria propuesta de los Kraftwerk, que creó con él en 1974 las bases de la música electrónica, el ambient y el 'synth-pop'. Se hicieron dos portadas, una para el público alemán y otra para el resto. La primera tiene una preciosa pintura de inspiración retro de Emil Schult, un artista y antiguo músico del grupo con el que, además, seguían escribiendo letras. La segunda se centra en la señal de autopista, y fue creada por el departamento de diseño gráfico de Vertigo, la discográfica del cuarteto.
Viva! Tequila!, 1980
Viva! Tequila! fue un vinilo con una dirección artística muy especial. Como el anterior trabajo, "Rock’n roll", quedó en manos del argentino Juan Gatti (autor de buena parte de los carteles de las películas de Almodóvar), que llamó a Javier Vallhonrat para que hiciese las fotos de la carpeta. La discográfica (Zafiro) aumentó el valor de coleccionista de la portada lanzándola con varios colores distintos: blanco, amarillo, naranja… La inspiración es clara: el disco “Parallel Lines” de Blondie.
Golpes Bajos, 1983
El primer EP del grupo gallego constaba solo de cinco canciones, pero dos de ellas fueron grandiosas: “Malos tiempos para la lírica” y “No mires a los ojos de la gente”. La portada era sencilla, en blanco con una ilustración de Ceesepe, uno de los artistas de la Movida, representando a una alocada banda de música tocando delante de una mujer desnuda al estilo Maja goyesca. Sencilla y casi perfecta.
Ramones, 1976
Los Ramones lo tenían muy claro: ellos querían una portada con una imagen parecida a la de 'Meet the Beatles!', con sus rostros 'emergiendo' de un fondo negro. Y se hicieron las fotos, y pagaron 2.000 dolares (de entonces) por ellas, pero cuando se las llevaron a la dirección de arte de Sire Records, su discográfica, no les gustó nada. Así que probaron una segunda vez, esta vez en manos de Roberta Bailey, fotógrafa de la revista 'Punk', que usó la conocida imagen en la portada de su medio. Sire se la compró por 125 dólares y la usó para el primer disco de los Ramones. La instantánea está tomada en un jardín comunitario de Nueva York y sentó precedentes para la iconografía 'punk'.
The information, 2006
En 2006, Beck presentó su décimo LP, que no resultó ser uno de sus mejores trabajos musicales pero sí uno de los más ingeniosos en la portada. Consistía simplemente en papel milimetrado, y una hoja de pegatinas para que se pudiera personalizar al gusto. La idea de Beck es que no existieran dos portadas idénticas en todo el mundo, y seguro que lo consiguió.
Yo, minoría absoluta, 2002
Hay una mayoría de críticos que coinciden en señalar a “Yo, minoría absoluta” como la mejor portada de la historia del rock español. La imagen de Robe Iniesta emulando a Jesucristo fue impactante por su iconicidad y verismo, a lo que contribuyó el fondo oscuro. La instantánea es obra de Javier Salas, uno de los grandes fotógrafos de la música española de las dos últimas décadas, aunque luego fue retocada en Photoshop para añadir, por ejemplo, dos pistolas (solo se fotografió a Robe con una).
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