7 héroes de cine que dejan huella
7 Loewe Anónimo nos cuenta historias de héroes de ficción, gente corriente que luchó contra la injusticia, peleó por sus hijos, inspiró a sus alumnos, arriesgó su vida por alguien, ayudó a los demás sin pedir nada a cambio. Estas son siete historias inspiradoras de héroes anónimos a los que les debemos un #thanksback.
Matar a un ruiseñor: el héroe justo
"Uno no comprende realmente a una persona hasta que no se mete en sus zapatos y camina dentro de ellos", enseñó Atticus Finch a sus hijos. El protagonista de 'Matar a un ruiseñor' es un abogado sureño que defiende a Tom Robinson, un negro acusado de violación en la Alabama de los años treinta, un territorio castigado por la Gran Depresión y por un racismo que parecía inexorable. Harper Lee publicó la novela en 1960 y a los dos años se estrenó la maravillosa película de Robert Mulligan, en la que Gregory Peck encarna a un inolvidable Atticus Finch. Un héroe que se te pega al corazón y que adivina que la justicia es imposible pero que intenta que su hija comprenda "que hayamos perdido cien veces antes de empezar no es motivo para que no intentemos vencer".
Gran Torino: el héroe solitario
Por 'Gran Torino' se pasea un Clint Eastwood en apariencia bronco, racista y malhumorado prestando vida y piel a Walt Kowalski. Viudo que sin decirlo nos hace entender que amaba intensamente a esa mujer que ha desaparecido de su vida, dejándole a la intemperie, no aprecia ya a nadie: ni a los inmigrantes que han tomado su barrio ni a su propia famllia. Un solitario que siente la presencia de la muerte y que está destinado, sin saberlo, a convertirse en el héroe salvador de dos adolescentes coreanos. Con este Eastwood aprendemos que los héroes siempre intentarán salvar al desvalido y que la valentía es conocer el miedo y aún así actuar para que se haga justicia.
Una historia del Bronx: el héroe humilde
Nueva York, años 60. El Bronx es entonces más que nunca el barrio marginal en el que conviven familias de obreros honrados y bandas mafiosas. Allí crece Calogero Anello, un niño de nueve años que se deja seducir por un gánster que puede ser malvado y, al mismo tiempo, fascinante, especialmente para un crío con poco futuro. Pero ese niño tiene un padre, Lorenzo, interpretado por un Robert De Niro en estado de gracia, un honesto conductor de autobuses que luchará para mantener a su hijo lejos de la maldad y del brillo de ese dinero fácil que al final nunca es tan fácil. El héroe que lucha contra el mal teniendo todo en contra.
La vida es bella: el héroe fabulador
Roberto Benigni nos conquistó llevando a su héroe romántico al corazón de las tinieblas: el holocausto. Con una conmovedora y fragil alegría, el personaje de Guido inventa un mundo para su hijo Giosué, haciéndole creer que un campo de concentración es un parque de juegos para que no sienta el dolor y el horror que le rodea. Toda la capacidad curativa y creativa del amor paternal hecha carne en el héroe más inocente, vitalista, tierno y fantasioso que ha habitado la gran pantalla.
Qué bello es vivir: el héroe cotidiano
El clásico de 1946, dirigido por Frank Capra y protagonizado por James Stewart, uno de los mejores actores de todos los tiempos, es un imprescindible si se quiere recuperar la fe en el género humano. George Bailey es el retrato del infortunio no merecido, un joven listo y bondadoso que renuncia a sus sueños para salvar el ruinoso negocio familiar. La tarea es imposible y en sus horas más bajas decide acabar con su vida. Le salva del suicidio un ángel gordo y viejo que le muestra cómo sería la vida del pueblo si él nunca hubiera existido. Y entonces descubrimos que este héroe desconocido ha conseguido con pequeños (y grandes) gestos que el mundo sea mejor. Con final feliz (todos aquellos a los que ha ayudado le ayudan a salir de la ruina), este personaje nos enseña el poder de la bondad cotidiana.
El club de los poetas muertos: el héroe inspirador
John Keating, el personaje que interpreta Robin Williams, es un homenaje al profesor vocacional, heterodoxo y entusiasta que no solo trasmite su pasión por la materia que domina sino que deja una profunda huella en la vida de sus alumnos. Un héroe que enseña, hacer pensar, cuestiona lo establecido y despierta la rebeldía que se necesita para convertirnos en las personas que queremos ser. Contra la represión y el control se alza la figura de este profesor de literatura, que recuerda a sus alumnos la máxima clásica, carpe diem, la necesidad de aprovechar el momento presente y vivir de una manera plena. Este maestro ideal, que debe mucho a la extraordiaria capacidad interpretativa de Robin Williams, nos enseña el valor de la libertad y la autenticidad.
El coloso en llamas: el héroe valiente
Dos héroes mejor que uno. De esos que arriesgan su vida por los demás cada día, que nos ponen a salvo cuando estamos en peligro. Son bomberos pero podían ser médicos, policías, voluntarios… No son invencibles. Tienen miedo y cicatrices externas y, sobre todo, emocionales. Reaccionan con arrojo en situaciones límite y lo volverán a hacer. Esto es lo que hay detrás de 'El coloso en llamas', mucho más que una superproducción de catástrofes en gran parte por las interpretaciones de Paul Newman y Steve McQueen, una pareja difícilmente superable. El plano final de McQueen, jefe de bomberos, contemplando los cuerpos de sus hombres muertos es el broche perfecto de una historia de héroes anónimos.
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