Lo que sí es cierto, como me explicó la dermatóloga Ana Molina en este

“Pero, Cris, es que cuando me lavo el pelo se me cae mogollón”. Si por cada vez que he escuchado esta frase me creciese un centímetro el pelo, ya tendría una melena que ni Rapunzel.

Al día perdemos alrededor de unos 100 cabellos y, justamente, cuando nos lo peinamos y lavamos es cuando más notamos esta caída. De hecho, cuando la gente está preocupada por la caída capilar, muchos tricólogos (los dermatólogos especializados en tratar los problemas capilares) aconsejan cepillar con más frecuencia para que los pacientes se asusten menos cuando se lavan el pelo.

La dermatóloga Ana Molina en su libro Piel sana Piel Bonita, una obra que no puedo dejar de recomendarte, explica: “Al no lavarnos ni peinarnos de forma diaria, es normal que cuando por fin lo hagamos notemos mucha más caída: en vez de 100 a lo mejor encontramos hasta 300 cabellos acumulados de los días anteriores. Pero no es que se nos caiga más el pelo, sino que estaba ahí esperando a que nosotros decidiéramos que era hora de quitarse el pijama y arreglarse un poco”.

¿Cuándo debo preocuparme por la caída del pelo?

Como explica el tricólogo Sergio Vañó en este episodio de El Podcast de Cristina Mitre: “No es lo mismo caída del pelo que alopecia. La caída del cabello no es preocupante mientras no se pierda densidad, es decir, que claree la piel del cuero cabelludo”.

Entonces, ya hemos visto que lavarse el pelo con frecuencia no es malo. Sin embargo, a veces da mucha pereza, sobre todo si haces ejercicio a diario. Yo tengo flequillo, pelo fosco y sudo el equivalente al trasvase Tajo-Segura, así que tengo mis trucos del almendruco.

Ya que hablamos de sudor, aprovecho para recordarte que sudar más no significa quemar más. Ya te lo conté aquí. El sudor no es un potente quemagrasas como habrás leído por los mundos de Internet. Así que olvídate de ponerte fajas o plásticos. El sudor es un mecanismo que nos ayuda regular la temperatura corporal. Y punto. De hecho, como cuenta Alberto García en su libro Mujeres en forma, nosotras tenemos una menor capacidad para producir gran cantidad de sudor. Nos deshidratamos menos, pero, por otro lado, tenemos una menor capacidad de enfriamiento en ejercicio con calor. Así que cuidado con las horas a las que entrenas, sobre todo en verano.

Volviendo al tema que nos trae de cabeza, si te da pereza o vas con prisas, mi recomendación para que el pelo te "aguante más" es espaciar los lavados, usando un champú seco. No te va a quedar el pelo como “recién limpio” pero da un poco el pego. Por ejemplo, después de entrenar, me deshago la coleta y quito el exceso de humedad con un golpe de secador. A continuación, aplico el champú seco, sin pegarme a la raíz del pelo. Masajeo un poco con lo dedos, doy un toque con el secador, cepillo y listo.

Las dos fórmulas que más me gustan son: Batiste y Klorane. Ojo con este último porque hay que agitar bien el bote, no pegarte mucho y trabajarlo luego con los dedos para que no te quede efecto “nieve artificial”. Luego, existen otras fórmulas para “refrescar” el pelo, como esta de Kérastase.

¡Hasta la próxima entrega!