• La belleza del nuevo mundo: manual de instrucciones.
  • Cosméticos de la nueva normalidad.

¿Qué es el futuro? Según la RAE, es el tiempo que vendrá. Pero el futuro hace 9 meses no era acudir a una presentación de prensa desde el salón de casa a través de Zoom. Tampoco eran las mascarillas obligatorias para ir a comprar el pan. O al menos, no estaba en nuestros planes. Pero resulta que si lo fue. El futuro en el año 2000 era Internet. El futuro hace unos años eran las BB creams. Y el futuro hoy, en pleno 2020, el año de los cambios, es la cosmética adaptativa. Y, buenas noticias: el futuro ya está aquí.

Hablar de cosmética adaptativa puede llevar a pensar en conceptos a largo plazo. Sin embargo, el mundo cambia y se adapta tan rápido que esos conceptos ya están entre nosotros. Ya lo puso en práctica Clinique, con su famosa Clinique ID, una auténtica propuesta de personalización de principio a fin que, por cierto, están a punto de pre-lanzar en Sephora su nueva Clinique iD para imperfecciones de la piel.

Ahora, la firma española Lesielle, joven e innovadora, han creado una “máquina cosmética para llevar”. O así hemos llamado nosotras a su dispositivo inteligente, que “fabrica” al momento la crema que necesites usar ese día.

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Lesielle fue fundada en 2016 por Rubén Rubiales y Alberto Portillo, farmacéutico e ingeniero aeronáutico respectivamente. Es una startup española que tuvo como objetivo poner la tecnología al alcance de todos y democratizar la cosmética personalizada que, hasta el momento, ha contado siempre con precios tan elevados que se supeditaba sólo a determinados bolsillos.

Pues bien, la premiada firma (pues ya han recibido numerosos premios por su idea) son los responsables de este dispositivo mezclador que funciona creando la dosis exacta para cada día a base de 26 bases hidratantes y 16 activos que se adaptan a todas las problemáticas, momentos y necesidades cutáneas.

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Ruben Rubiales Vazquez

La idea surgió a raíz de los datos. Y es que, cada persona utiliza a diario entre 7 y 9 productos cosméticos, suponiendo unos 28 productos al año por persona. Esto, sumado al crecimiento del sector cosmético en España (cada vez nos interesa mas el buen cuidado de la piel), dieron con la clave.

Para usar el dispositivo debes hacer un test previamente. Con este test, recibirás el dispositivo y los productos que se adapten a ella según las necesidades. Basta con cargar los activos, pulsar el botón y voilà: dosis personalizada.

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D.R.

Y se habla de democratización, porque Lesielle maneja precios aceptables para todos. El dispositivo tiene un precio medio de 35-40€ y junto a los activos y la base del tratamiento, el precio son 90€. Y además, todo es reciclable, sostenible y toda la producción es española.

Otras dudas

  • El dispositivo cuenta con 2 años de garantía y servicio de reparación.
  • La mezcla se hace cada vez que vaya a usarse.
  • Sí, hay bases con SPF.
  • Al tener fórmulas estables, la conservación de los activos no hace falta hacerla en frío.

Algo parecido hicieron también en Croma Skincare, con su cosmética personalizada con la línea Universkin. Un sistema desarrollado por médicos que aplica los principios de la dermatología funcional, a la cosmética. Eso sí, las fórmulas son utilizadas por los especialistas y las dispensan los médicos (dermatólogos, cirujanos plásticos y profesionales de la estética).

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Universkin

Volviendo a Clinique iD, la personalización también forma parte de su ADN. Ofrece 5 tipos de hidratantes según el tipo de piel y preferencias (en gel, loción, crema, bb gel y gel anti-imperfecciones) que se complementa con 5 tipos de concentrados que responden a la problemática más habitual entre las mujeres: manchas, arrugas, piel sensible, piel fatigada e imperfecciones. Su imagen, packaging y fórmulas han conseguido además atraer al público más joven para educar desde temprano en el buen cuidado de la piel.

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Amada Bernat, su Directora de Comunicación, tiene su propia opinión sobre el futuro que le espera a la cosmética: “la cosmética va a seguir en esta línea, hacia la personalización. Una realidad en la que el consumidor va a decidir exactamente qué quiere y cómo lo quiere. Nos vamos a alejar de lo que era hasta ahora el consumismo, en el que las marcas deciden por el consumidor.” Y añade: “también creo que se va a seguir creciendo hacia el ‘teaching’, es decir, enseñar al consumidor a cuidar su piel, porque cada vez será más experto y demandará más información, ingredientes y, en general, conocimiento sobre el producto y cómo usarlo. El consumidor se está convirtiendo en un experto beauty con una demanda muy alta.”

Y lo cierto es que el futuro, dibujado así, nos apetece.