Es mejor usar dos productos diferentes; por un lado, una crema hidratante (si la necesitas), y por otro, un protector solar de amplio espectro. Me explico, chavala.
Primero, porque tan importante es usar protección solar (sí, todo el año y aunque esté nublado) como aplicarla en la cantidad adecuada. Y eso… ¿cuánto es? Pues dos miligramos de producto por centímetro cuadrado de piel.
Pero no quiero que te pongas con la escuadra y el cartabón a medirte la cara, porque ya hemos hecho los cálculos por ti: deberías utilizar el equivalente a dos dedos de tu mano. Y, como yo me lío siempre con el índice y el anular, mi truco del almendruco es pensar en el signo de la victoria. Pues para proteger el rostro, necesitarías el equivalente a cubrir con crema esos dos dedos (indice y corazón), desde la base a la yema. Te dejo este vídeo genial de LabMuffin (en inglés) para que veas cómo se hacen estos cálculos en el laboratorio.
Por eso, es poco probable que con una crema hidratante, y mucho menos con un maquillaje con SPF, llegues a la cantidad recomendada. Además, una hidratante con factor de protección no siempre especifica si, además de protección UVB, incluye protección UVA o filtros que protejan frente a otro tipo de radiación, como puede ser la infrarroja o la luz azul.
Por otro lado, si en la fórmula de la hidratante se incorporan filtros solares al fabricante le queda poco margen de maniobra para añadir otros ingredientes interesantes, como pueden ser los antioxidantes, entre otros. En mi opinión, además, estas apuestas suelen ser menos sensoriales y, personalmente, me gusta que la textura de la crema hidratante sea ligera pero nutritiva y que no huela demasiado ni me deje la piel brillante. Soy una consumidora exigente, lo sé.
Y ya por último, si como yo sueles usar la misma crema de día y de noche, es mucho mejor optar por una que no incorpore filtros para evitar que la piel se irrite.
Por cierto, si hay un segmento que ha sufrido una drástica transformación en los últimos diez años es el de la protección solar. Te lo dice quien lleva probando cremas desde comienzos del año 2000 (aún no sé cómo me queda piel para contarlo). En el pasado, los protectores solares eran fórmulas muy poco cosméticas, apestaban a coco y eran un producto 100% estacional, para usar solo en la playa. El pringue estaba asegurado y, en muchos casos, el efecto Casper era el peaje que había que pagar por proteger la piel.
Ahora las fórmulas son cada vez más innovadoras: mucho más ligeras, para uso diario y urbano, para hacer deporte, que no piquen los ojos, con ingredientes tan interesantes como los antioxidantes o el ácido hialurónico… Por eso, si tienes, por ejemplo, la piel grasa, podrías optar por sustituir tu crema habitual por una loción hidratante o un sérum antioxidante y encima aplicar tu SPF. Si tienes la piel seca, con menos humedad que la cabina de un avión, puedes optar por construir tu rutina de día a capas, así lo hago yo. Es el famoso “layering”.
Aquí te doy varias rutinas (de día, obviamente) con protección solar que funcionan. En todas ellas el primer paso sería la limpieza.
Para quien no quiere complicarse y, además, tiene la piel grasa:
Para quien no quiere complicarse y, además tiene la piel seca, dos opciones:
Opción uno: Serum Hidratante Redensificante de Elizabeth Arden y, a continuación, Heliocare Water Gel SPF50 de Cantabria Labs
Opción dos: Esencia hidratante Triple H Cristina Mitre y gh y, a continuación, Age Repair SPF 50 de Rilastil
Para quien tiene la piel seca, está en proceso de retinización o en el climaterio:
Sérum hidratante Hyalu B5 de La Roche Posay
Crema hidratante Aqua Intense 72H de Rilastil
Protector solar Anthelios UVMune 400 de La Roche Posay
Y en lugar de maquillaje, para dar un toque de color, Proteos Screen SPF50 de Martiderm
La regla de oro: el protector solar siempre se aplica como último paso de la rutina. El penúltimo si te maquillas. Y la pregunta del millón: ¿Si me aplico mi SPF por la mañana y me maquillo, cómo reaplico la protección solar?
Te diría que los fotomaquillajes (diferentes a los maquillajes convencionales con SPF) son una muy buena opción (entre mis favoritos, Color Cushion Compact SPF50 de Heliocare) y también las brumas, como Garnier Delial Crema Solar Sensitive Advanced bruma Facial hidratante SPF50. Asimismo existen las fórmulas en polvo, pero me parece que es más difícil lograr la protección adecuada por su formato y textura.
¡Hasta la próxima entrega!
