La caída del pelo en otoño es un clásico, como lo es la de las hojas de los árboles. Pura renovación natural. Sin embargo, el escenario de esta primavera-verano ha cambiado y los expertos auguran una caída bastante superior a la de otros años a cuenta del Covid-19.
De hecho, ya se venía detectando una mayor caída y pérdida de masa capilar desde el confinamiento, pero a la vuelta de las vacaciones de verano es cuando parece que han saltado todas las alarmas. Al cloro, salitre, sol, viento y falta de cuidados capilares durante el verano se suma el hecho de que muchas personas ya hayan sufrido el coronavirus. De una caída estacional, hemos pasado a protagonizar una “caída de pelo aguda y muy alarmante.”
Este año, la caída estacional se suma a la estela que el Covid-19 está dejando en el cabello: “El ciclo capilar está completamente alterado por culpa del confinamiento: encerrados en casa, los fotosensores que tenemos en los ojos y que avisan al organismo de que entramos en una época de mayor radiación solar, y que tiene que deshacerse del cabello del invierno y empezar a producir pelo de mayor densidad y volumen para protegerse durante el verano, no detectaron el cambio de estación. Por eso la caída propia del final del invierno, se ha prolongado durante el verano y puede llegar a juntarse con la del otoño”, cuenta Adolfo Remartínez, creador de Nuggela & Sulé. A ello se suman el estrés producido por la situación que estamos viviendo: “El estrés y la ansiedad motivados por el Covid-19 han sido los factores principales de pérdida de pelo asociado al confinamiento. Estos estados producen un aumento de la ACTH (Hormona Adrenocorticotropa), que se produce en la hipófisis y estimula las glándulas suprarrenales, ocasionando alteraciones en el ciclo de crecimiento del pelo”, explica La doctora Josefina Royo de la Torre, directora del Instituto Médico Láser (IML).
¿Cómo es la caída por Covid?
La consecuencia es un efluvio telógeno similar al que se produce después de dar a luz por el cambio hormonal o tras pasar algún tipo de infección. “Conocido como “efluvio telógeno”, se trata de una caída del cabello muy llamativa en un periodo corto de tiempo ocasionada porque el virus daña la raíz de los folículos pilosos e interrumpe su ciclo de crecimiento, provocando una caída masiva del cabello a los dos o tres meses de padecer la infección”, describe María José Forner, farmacéutica del Dpto. de Formación de Laboratorios Arkopharma. La buena noticia es que, aunque es alarmante tiene un buen pronóstico y el pelo se regenera de forma natural. Eso sí: siempre que mantengamos una dieta equilibrada y saludable. Sobre todo rica en aminoácidos, vitaminas y minerales, que son sustancias necesarias para la síntesis de queratina (proteína del cabello) y nos mantengamos bien hidratadas bebiendo suficiente agua. Si no bebemos lo suficiente disminuye el flujo de sangre que llega hasta las raíces y el cabello se debilita, incluso puede caerse. “También hay que evitar las exposiciones prolongadas del cabello al sol, no abusar del secador, la plancha, los tintes ni las decoloraciones, por ser agresivos para el pelo, y hay que cortárselo con frecuencia (una vez al mes es la frecuencia idónea para mantener las puntas sanas)”, aconseja María José Forner.
Un aliado este año: la nutricosmética capilar
Los suplementos para reforzar el sistema inmunitario se están empezando a “vender como churros” en las farmacias. Pues bien, una forma de reforzar tu cuero cabelludo es tomando nutricosmética capilar, pero no vale cualquiera. “Debemos buscar activos que no solo aporten nutrición y oxigenación al bulbo capilar para que realice sus funciones adecuadamente, sino que mejoren el anclaje del cabello, alarguen la fase de crecimiento y retrasen la fase de caída”, advierte la farmacéutica. Lo idóneo es que incluyan aminoácidos que forman la queratina (metionina y cistina), vitaminas y minerales. Y deben ser adquiridos a través de consejo médico o farmacéutico. “Los complementos alimenticios que se dispensan a través de las farmacias ofrecen: eficacia, para asegurar que cumplen la función para la que han sido concebidos; seguridad, esto es, que no presentan efectos nocivos para la salud; y calidad, los procesos de fabricación deben seguir controles de calidad farmacéutica para poder asegurar que los activos son estables en las fórmulas y que tras su administración (en forma de cápsulas, comprimidos o soluciones bebibles) el organismo puede aprovechar todas sus propiedades”, aconseja María José Forner. Y hay que ser constantes. “Si completamos el tratamiento (mínimo mes y medio y deseable tres meses) el folículo piloso se fortalece y notaremos que se reduce la caída y el pelo crece más vigoroso y con brillo”, concluye esta experta.
Martinn (29,90 €), de Nuggela & Sulé. Aporta todos los nutrientes necesarios para la creación de cabello y su correcto crecimiento.
Hair Nutrition Supplement (42 €), de Redenhair. Recupera el cabello perdido, y mantiene el que se conserva más fuerte y sano, con mayor volumen y brillo.
Anti-Age Hair Boost Go Organic (61 €), de + Farma Dorsch. Con aminoácidos, vitaminas, antioxidantes y minerales que previenen la caída del pelo, aumentan su vitalidad, brillo y volumen.
Arkocapil Forte (20,80 €), de Arkopharma. Contiene aminoácidos, vitaminas del grupo B y D, y zinc. Consigue que el cabello luzca sano y fuerte, y regula la grasa.
Tratamiento Capilar Intensivo (249€), de Aora Life. Con polifenoles, vitaminas del grupo B, C, D, E, aminoácidos (cistina y metionina) y minerales.
Pure Bottle (49 €), de glo910. Es una botella de acero inoxidable con un tapón esterilizador (luz ultravioleta C) que destruye el 99,9% de los virus, bacterias y gérmenes. A la venta en noviembre.
