Lo de la etiqueta de cualquier cosmético, para mí, siempre fue una asignatura pendiente. Y por más que he leído sobre ello, me resultaba realmente un tostón. Pero seguía con la mosca detrás de la oreja de creer que, en el fondo, podría aprender mucho más si prestara atención a este pequeño adhesivo de todos mis botes.

No ha sido hasta que me metí de lleno en el famoso método curly, cuando he recuperado lo de las etiquetas. Y lo cierto es que investigar más este método no sólo me ha enseñado a cuidar mejor mi pelo, sino muchas cosas más. Y entre otras cosas, a leer etiquetas, a conocer mejor los ingredientes en cosmética, a saber qué compro y a entender el por qué de las cosas.

A menos que seas una química cosmética, farmacéutica experimentada o el Dios de la belleza, comprar un cosmético guiándote por sus ingredientes no será uno de los motivos que te motiven en la compra. Y seamos sinceros: nos dejamos llevar por la masa. Fluimos en la viralidad. Todos, sin excepción.

Ahora bien, leer etiquetas y entenderlas puede ser mucho más fácil, sin entrar a niveles pro, con este truco que aprendí de las curlys.

Puede que ingredientes como el bezoato de sodio, el diestearato de etilenglicol o el xileno sulfonato de sodio, te suene más a chino que a cosmético. Pero seguro que si lees la palabra "oil", a poco que sepas de inglés, algo más te va a sonar.

Identificar qué ingredientes son más o menos aptos para tu pelo, te va a ayudar a entender mejor las razones de por qué lo ves más o menos opaco, más o menos suave o más o menos pesado. Y si en la etiqueta del champú que viste que la influencer de turno usaba está cargada de ingredientes acompañados de un "oil", quizás no sea el mejor para ti.

El orden de los ingredientes sí altera el resultado

Para que lo entiendas, en las etiquetas de los productos, los ingredientes están ordenados de mayor a menor concentración. El primero que aparezca será el que más concentración contenga y los que están al final de la lista, suelen ser los de más bajas concentraciones, normalmente, menores o iguales a 1%.

En la etiqueta de un champú, los ingredientes que suelen llevar son agua (cuanto más agua, es decir, cuanto antes en la lista se presente, más llevará y más humectante y ligero será); agentes limpiadores, acondicionadores, aromatizantes y conservantes.

Ya te hemos hecho un primer spoiler: la cantidad de agua. Y para que lo entiendas mejor, vamos a ponerte un ejemplo. Si en tu caso tienes el pelo fino y estás usando un champú en cuya etiqueta los primeros puestos son para aceites (que suelen venir en inglés como, por ejemplo, coco oil, almond oil, etc.), tu champú no te está ayudando nada en cuanto a ligereza en tu melena. Puede incluso que te esté engrasando demasiado o aportándole mucho peso.

En cambio, si eliges un champú que contenga el agua en primera posición y los agentes hidratantes como aceites naturales (que no minerales), en posiciones medias, notarás un cambio en tu pelo resolviendo el problema del peso, del apelmazamiento y de la ligereza.

Pero claro, para ello debes antes saber qué tipo de cabello tienes. Y si todavía no conoces los famosos test de la porosidad, la elasticidad y el grosor, te lo contamos en este artículo. Te será útil para resolver el primer dilema: qué producto comprar.

cómo leer la etiqueta de un champú
Oscar Wong


Los aceites

Elegir un producto con muchos aceites puede ser beneficioso, o no. Por norma general, los ingredientes oleosos, aportan al pelo más flexibilidad, lubricación y sellan la hidratación protegiendo la cutícula. Ideal en cabellos muy porosos.

Así que si por ejemplo, tienes el cabello muy dañado por herramientas de calor, tintes o decoloraciones, busca que en tus productos capilares los ingredientes a los que acompaña la palabra "oil", estén en primeras posiciones en vez del agua.

Los alcoholes

Ni todos son buenos, ni todos son malos. Y hablemos antes de los alcoholes "buenos". O más bien, los aptos. Se trata de ingredientes que ayudan a emulsionar el producto. Es decir, unos tipos de alcohol que no son tan secantes y que actúan como emolientes en el producto, ayudando a que los ingredientes puedan mezclarse y estabilizarse. No sólo se usa en productos capilares, este tipo de ingredientes también aparece en formulaciones cosméticas faciales o corporales.

Son alcoholes "de cadena larga" y facilitan que el agua y el aceite puedan unirse y ayuden a suavizar el pelo. Los encontrarás como Cetearyl alcohol, Lauryl alcohol, Cetyl alcohol, Stearyl alcohol, Myristyl alcohol...

Ahora bien, los alcoholes de cadena corta son los que hay que buscar con lupa si buscas algo lo más natural y beneficioso posible para tu pelo, pues estos son los que favorecen que el cabello termine sufriendo sequedad si están en la parte superior de la lista, especialmente, en aquellos productos que no necesitan aclarado o productos de fijación.

¿Y por qué se usan y no aportan nada bueno? Pues la razón no está en que aporten, sino más bien en que reducen el tiempo de secado, por ejemplo, además de funcionar como conservantes. Y son más comunes de lo que crees.

cómo leer la etiqueta de un champú
Vincenzo Grillo

Las siliconas

Son las grandes enemigas de texturas finas o del pelo rizado, pues se trata de polímeros que actúan como un "chubasquero" de la fibra capilar. Y sí, aportan mucho brillo y suavidad, son ideales en los cabellos más secos y castigados que necesitan una solución SOS puntual porque sellan la hidratación y llenan esos espacios de la cutícula que están "vacíos" o rotos.

Pero si hablamos de sus contras, hay que señalar que las siliconas son como plástico, es decir, no son ingredientes naturales y como tales, el efecto en el pelo es un brillo efecto plastificado, no natural. Además, las siliconas se acumulan a la larga en el cabello y le aportan peso, creando el efecto contrario al inicial: lo dejan más seco y opaco.

Pero como todo, hay diferentes tipos y por tanto, diferentes efectos en el pelo. Están las siliconas volátiles, con permanencias bajas en el pelo que podrás identificar en la etiqueta si van acompañadas del prefijo "cyclo". Las siliconas solubles, es decir, presentes en todos esos productos sin aclarado porque si se aclaran, estas siliconas "se caen". Así que desaparecen en el siguiente lavado. ¿Cómo sé si tiene este tipo de silicona mi producto? Fijándote en si llevan el prefijo "PEG" o terminan con "methiconol".

Y por último, las siliconas insolubles, las que no desaparecen tan fácilmente y las que no hidratan ni sanan el pelo, sino que actúan como una tirita, un parche temporal de brillo y suavidad pero que a la larga, le dan peso y aspecto de pelo sucio.

Los sulfatos

Algo parecido sucede con los sulfatos y los agentes limpiadores más respetuosos. Los sulfatos son el ingrediente que ayuda a eliminar de forma eficaz los residuos. Pueden llegar a ser la causa de sequedad e incluso irritación en el cuero cabelludo y los identificarás en la etiqueta porque suelen ir acompañados de la palabra "Sulfate".

Pero tranquila, porque utilizados de forma puntual, pueden ayudarte a limpiezas clarificantes mientras que el resto del tiempo utilizas los famosos "low poo", es decir, champús más suaves que no contienen sulfatos sino agentes limpiadores que no tienen tanta fuerza de arrastre (que, evidentemente en cabellos grasos, no funcionan). Estos vienen identificados con muchos nombres, entre los más comunes, los que vienen acompañados por la palabra "glucoside".

cómo leer la etiqueta de un champú
courtesy of Press Office

Las proteínas

Y por último, cómo identificar en un producto si contiene proteínas. Y esto, es importante.

Las proteínas actúan en el pelo como si fueran cemento. Es decir, van completando todos los huecos que han quedado vacíos en la cutícula cuando el pelo se ha visto dañado. La proteína rellena esos huecos y fortalece la fibra, evitando así la rotura. Suelen necesitar proteína aquellas melenas que se han sometido a procesos químicos constantes, es decir, cabellos muy porosos, para ayudarles a balancearse. Sin embargo, los menos porosos utilizan la proteína como un refuerzo.

La encontrarás en la etiqueta porque verás la palabra "protein" o vendrá acompañada del prefijo "hydrolized" (haciendo referencia a que es una proteína hidrolizada, la que penetra mejor en el cabello).

Recapitulamos todo lo anterior en este esquema básico para que recuerdes la próxima vez que vayas a renovar champú:

cómo leer la etiqueta de un champú
D.R.

En serio, una vez que empiezas a entender esto, leer etiquetas es coser y cantar. Y hasta engancha. Y sí, tiene beneficios: el pelazo, para empezar.