• Los mejores cortes de pelo
  • 40 cortes de pelo modernos y actuales para mujer en 2023

Eran las 00.23, porque miré el reloj para ver si daba marcha atrás. Pero no la dí. Hace demasiado calor en Madrid como para dormir en condiciones y las noches de verano, son noches perdidas de descanso. Así que ya que iba a dar vueltas en la cama, al menos, hacía lo que llevaba tiempo queriendo hacer. Lo que anoche, después de la ducha, volví a confirmar: tenía que cortarme el pelo porque no soportaba ver un sólo día más como mis mechones se iban por el desagüe.

Desde hace meses, he ido notando una caída gradual que he visto muy acusada en las últimas semanas. No tengo malos hábitos, la verdad. La vida y mis circunstancias me han hecho, a la fuerza, que haya adaptado mi vida a las restricciones y la he adaptado sin pena a renunciar, abrazando todo aquello que me hace más favor. Podría definir mi vida actual como saludable pero puede que algo aburrida a ojos del mundo (porque para mí, no). No trasnocho. No bebo alcohol. Acabo recientemente de restringir y casi eliminar el azúcar (azúcar 0, Blanca 1). No tomo bebidas con gas, ni azucaradas. He reducido la cantidad de café. Tomo mucha fruta y verdura. Hago todas las comidas diarias. Camino todos los días. No sé, pero por aquí tenía la impresión de que no estaba fallando.

Cambié de plano y donde sí hay fugas, es en todos esos problemas que afectan a mi salud física y mental, que han derivado en mucha medicación y estados ansioso-depresivos crónicos. Y eso, pasa mucha factura. Sé que podría ser peor si acompañara de malos hábitos, pero por suerte, equilibro la balanza.

A pesar de tener un control médico riguroso, de estar en terapia y de mucho, pero que mucho trabajo conmigo misma cada día de mi vida, no puedo evitar algunos efectos secundarios, entre ellos, la caída de mi pelo. También sé que puede ser temporal, que hay miles de suplementos y complementos vitamínicos y blablabla. De hecho, he probado tantos suplementos que he perdido la cuenta.

Utilizo productos para el pelo lo mas naturales posibles. No me lo plancho, ni moldeo y apenas utilizo secador. Llevo una coloración que repaso de guindas a brevas, que no tiene amoníaco y que es bastante natural por mis brotes de dermatitis nerviosa, bastante incómoda por cierto.

Así que, después de analizar cada detalle, no me queda más que aceptarlo, afrontar la racha y, por qué no, cambiar de look para sentir menos tristeza cada vez que tengo que recoger todos los mechones que se me caían en cada lavado. Para metamorfosear la pena, por empoderamiento.

Así que esto sucedió anoche. Hice un barrido mental, un buen recorrido para analizar cada punto de mi vida, que no sólo me llevó a cortar sin miedo y sin pena la melena que llevaba desde 2019 dejando crecer, arrasando con casi 22 centímetros de pelo, sino que fue un ejercicio de meditación profunda conmigo misma. Por cierto, no es la primera vez que hago esto. Ya lo hice en 2018, bajo otros pensamientos y sensaciones que nada tienen que ver con mis casi 40, pero interesante, igualmente.

Y aunque después de leer todo esto puedas pensar que soy una persona infeliz o triste, o que estoy bastante colgada, nada de eso. Soy una persona bastante feliz porque he aprendido a acomodarme en mi parcelita de ansiedad para vivir con ella y llevarnos bien. Y anoche la ansiedad, me dejó hacer. Y si tengo que arrasar con 30 centímetros de pelo para estar mejor, pues arrasamos. Es sólo pelo.

Por cierto, otro detalle más: como a mística puede que me ganen pocos, elegí que fuera la noche de ayer, la Súper Luna llena del primero de agosto, en acuario, para hacerlo. Me divierte dejarme llevar por todas esas ideas, predicciones, creencias o simbologías (como quieras entenderlo o llamarlo), que ayer me decían que era el mejor momento. De hecho, me animó a hacerlo cuando justo en ese instante en el que cogí las tijeras, abrí Instagram y vi este mensaje en una de las cuentas que sigo, que curiosamente, fue de las primeras en mostrarme ayer:

"Es el momento de mirar al mundo diferente, para verte diferente"

instagramView full post on Instagram

Grandes transformaciones y oportunidades para algunos signos de tierra como el mío, que lo hacen todo con bastante pasión. Ayer también di cada corte con pasión. Sin atender al tipo de corte que quería, corté. Sin más. No buscaba un resultado estético. Sólo buscaba liberar. Dejar ir. Sentirme más ligera.

Y lo demás ya es historia de la biografía que dejaré a mis nietos, que no es poca. Terminé cortándome un buen bob a la altura de la mandíbula, un poco con aire francés, irregular y perfecto, sin capas, aunque sí descargando un poco con las tijeras de entresacar, para equilibrar. Un choppy bob muy cómodo, fresco y bastante rejuvenecedor, por cierto. No entraba en mis planes de 2023 cortarme el pelo, pero así suceden las cosas. Además, con el flequillo, mi novio me dijo que de repente, me convertí en una nueva Amélie.

corte de pelo largo
imdb

Y puede que sí. No sólo por su icónica mini melena, sino porque de madrugada, con mi pelo mojado y recién cortado, también sentí una extraña sensación de armonía conmigo misma después de algo tan vanal como cortarme el pelo. Sentí una sensación de pausa muy agradable. Y todo me pareció sencillo de repente.

Además, también me gusta partir el caramelo quemado de la crema catalana con una cucharilla.