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Muchas podéis pensar, ¿qué se nos ha perdido en Ibiza en invierno? Para una isla que vive el verano tan intensamente, parece que tengamos que dejarla de lado el resto del año. Nada más lejos de la realidad, porque los que de verdad amamos la Pitiusa, la queremos en todas sus versiones.
Y las ventajas de visitarla fuera de temporada no son pocas. Es el momento en el que Ibiza muestra su verdadera esencia. Esa que va más allá de discotecas conocidas mundialmente, beach clubs y DJ's de primer nivel. Esa isla coqueta que ya conquistó a todas las civilizaciones que fueron pasando por allí, desde los cartagineses a los fenicios, pasando por la bohemia que la convirtió en la más deseada del Mediterráneo.
En invierno y más concretamente, a las puertas de la primavera, el plan perfecto pasa por visitar sus playas y recorrerlas casi desiertas y pasear por sus pueblecitos con encanto, a cada cual más bello. De Sant Josep a Santa Gertrudis, de Santa Inés a Sant Agustí y hasta disfrutar del espectáculo natural que ofrecen los campos de almendros en flor.
Y claro, todo esto es imprescindible, pero también lo es conocer su gastronomía. Los clubs de playa y los grandes restaurantes internacionales, dejan paso a esos sitios que son pura esencia de esta isla, esos que han ido haciendo de Ibiza un destino también muy gastronómico. Tanto que la isla ya cuenta con tres estrellas Michelin. La de Es Tragón, la de La Gaia y la recientemente otorgada a Etxeko Ibiza, de Martín Berasategui.
De payeses a restaurantes con encanto, de sitios viajeros a clásicos de la isla. Estos son los mejores restaurantes para comerse la isla fuera de temporada.
Auténtico sabor payés
La cocina ibicenca todavía está por descubrir. La isla tiene una gastronomía propia, con platos que sorprenden a cualquiera que los pruebe por primera vez. Bullit de peix, sofrit pagès, flaó o greixonera, son nombres que verás en la carta de esos restaurantes que abre prácticamente durante todo el año.
Y hay tantos, que resulta incluso complicado elegir. Uno de los favoritos de los lugareños es el Comidas Bar San Juan, posiblemente uno de los más antiguos de la isla. Ubicado en Dalt Vila, a los pies de la muralla, a pintoresco y auténtico no le gana nadie. Además de con unas mesas en el exterior, cuentan con un salón interior, en el que apuestan por las mesas compartidas.
Y, ¿qué se come allí? Una extensa variedad de platos tradicionales y caseros. Prepárate, porque las raciones son bien abundantes. No te pierdas las ensalada de crostes, sus croquetas o la sepia a la plancha. ¿Un plato principal? La paletilla de cordero ibicenco con tomate, champiñones y pimiento verde.
Cuando una va a una isla y lo único que ve es el mar, es normal que apetezca otro de los platos que más asociamos a estos lugares, un arroz y en el caso de Ibiza, el plato más aclamado, el bullit de peix. Y aquí se comen muchos que están de cine. Entre los mejores restaurantes para comerlo, destaca S'Espartar, que abrió sus puertas hace más de 25 años y es uno de los referentes para tomar bullit de peix, por muchos considerado como el mejor de la isla, que preparan con pescados que obtienen de sus propias barcas en San Antonio.
¿Más referencias para comer pescados, mariscos y arroces? Es Boldadó, con impresionantes vistas al islote mágico de Es Vedrà, donde preparan desde arroces marineros a otros de carne y verdura. También Sa Nansa, cercano a Marina Botafoch, en el que el plato estrella es el arroz Sa Nansa con espardenyas, sepia y gamba roja y Can Pujol, emplazado casi sobre la arena de la Bahía de San Antonio, que además, abre durante todo el año.
También con vistas al mar y en un marco inigualable está Sa Caleta en la cala homónima que ostenta en su expositor todo tipo de pescados de la zona como el dentón, la sirvia, las espardenyas o la raya ibicenca. Además, Pep Pujolet, abuelo de la familia que regenta el restaurante, fue el inventor del mítico café caleta, un brebaje típicamente ibicenco que se prepara en ollas con café, brandy, canela, piel de naranja y limón. ¿De postre en casi todos ellos? Flaó, el pastel de queso con hierbabuena más famoso de la isla.
Aunque nos guste sentarnos a mesa y mantel, a veces no hay nada que nos haga más felices, que un simple bocadillo. Y es lo que uno busca y lo mejor, encuentra, cuando va a Can Costa, el lugar donde se preparan los mejores bocadillos de toda la isla. Ubicado en Santa Gertrudis, a tan solo unos pasos de su iglesia blanca, se encuentra este lugar que primero fue el bar del pueblo, para después ser un lugar de esos que la bohemia y los hippies pusieron de moda.
En invierno encienden su chimenea y no hay mejor lugar para disfrutar de su escueta pero resultona carta. Sus famosos embutidos pueden pedir en raciones o en bocadillos de pan llonget, al que le restriegan tomate y aceite. Salchichón de ciervo, vientre, jamón serrano, chorizo, cecina, morcón o lomo, además de sobrasada o queso, conforman la propuesta del Costa. Más sencillo y rico, imposible.
¿Te imaginas mejor plan que una calçotada en Ibiza? Durante los meses de febrero y marzo, es lo que propone el diminuto pueblo de Sant Agustí, concretamente en bar Can Berri. Allí en una extensa terraza al aire libre, algunos domingos organizan su ya famosa fiesta del calçot. Por tan solo 21 euros por persona, incluyen calçots ilimitados con salsa romesco, una parrillada de carne y un final más ibicenco imposible, con café caleta. Además, amenizan las calçotadas con música en directo y es un auténtico planazo.
Los renovadores de la tradición
Si los anteriores se rigen por ser fieles a la tradicional cocina ibicenca, los siguientes tomándola como base, la han hecho evolucionar. Si Sant Antoni de Portmany en verano puede parecer guirilandia, fuera de temporada tiene mucho que ofrecer. Y eso es porque allí hay restaurantes como Es Ventall.
José Miguel Bonet deja a todos anonadados con su maestría en la cocina. Cuando se puso al frente de este restaurante familiar, se encontró con un espacio de profundas tradiciones arraigadas, en funcionamiento desde hacía más de 30 años. Respetando esa tradición y el ADN ibicenco, ha evolucionado hacia una propuesta de cocina ibicenca del siglo XXI. Allí se puede disfrutar lo mismo de un tradicional bullit de peix con su arroz a banda, que de un tataki de sirvia con chirivía, quinoa y salsa teriyaki.
Por su parte, David Reartes, también ha sabido elevar la materia prima ibicenca. Aunque original de Barcelona, el chef llegaba a la isla para enamorarse de ella y su libertad. Así, abrió las puertas de Re.Art, una taberna de espíritu urbano, con cocina de aquí y de allá. Ya son emblema de la casa las gambas ibicencas al ajillo y el canelón de cordero payés.
Cocina internacional y disfrutona
Y aunque nos encanten los platos ibicencos, a veces también vamos buscando sabores de otras partes del mundo. También los hay en Ibiza fuera de temporada. Uno de los más longevos y con acento japonés, es el restaurante Sushi Aoyama. Capitaneado por el sushiya Hideki, aquí apuestan por una carta sencilla de sabores nipones, con nigiris, rolls y makis. Lo más interesante, es que el chef utiliza producto de la isla para elaborar muchos de sus bocados. Si lo tienen en carta, no me perdería el nigiri de pagel, los gunkan de gambusí o un curioso roll que preparan con poyo payés y tortilla. No te dejará indiferente.
¿Mono de mexicano? Acércate a conocer Chidas. Esta cantina se ha especializado en ricos tacos, micheladas y buen rollo. Siempre está hasta arriba y no nos extraña, porque aquí se va a pasar un buen rato. Sus quesadillas de pollo, los tacos gobernador con gambas, Gouda y mayonesa de kimchi o clásicos como los de cochinita pibil o de tinga de pollo, no tienen rival en la isla.
A partir de abril vuelve a abrir sus puertas el que puede perfectamente el mejor restaurante peruano de todo el país. Y está en Ibiza, concretamente en lo alto del hotel Aguas de Ibiza. Se llama Maymanta y es el proyecto más personal de Omar Malpartida. Quizás te suene su nombre porque Malpartida ya tuvo varios restaurantes en Madrid, como Tiradito Pisco & Bar o Barra Eme. El peruano hizo las maletas y allí creo un universo dedicado a la cocina de su país.
Y no solamente se alimenta de platos canónicos como los ceviches o las causas, sino que propone un recorrido por toda la cocina peruana, de la Amazonia al Pacífico, pasando por los platillos de los Andes. ¿Imprescindibles? La croqueta de pularda con ají amarillo y alioli de aceituna calamote, su ceviche mixto al wok con pesca y marisco del día y la raya adobada con un chimichurri de achiote, ajíes encurtidos y arroz alverjado.
Por último, a nadie le amarga una hamburguesa y las mejores de la isla están en Lydia's North. Se trata de un auténtico smokehouse americano, en el que preparan las tan de moda smash burgers con una adictiva salsa secreta de la casa, así como suculentas carnes ahumadas, como el pulled pork que tardan unas 10 horas en preparar o el rey de Texas, el brisket que se puede tomar tanto acompañado de cebollas picadas y pepinillos, como en tacos o hasta en un ramen al estilo nipón.
¿Dónde dormir fuera de temporada?
Ahora bien, también puedes pensar, ¿y dónde duermo si visito la isla fuera de temporada? Muchos de sus hoteles cierran en invierno, pero hay otros que permanecen abiertos dispuestos a acogernos con los brazos abiertos.
Uno de ellos es el Eurostars Ibiza, que permanece abierto durante todo el año. Ubicado en Figueretas, además está a tiro de piedra del centro de la ciudad. Y nos gusta porque tiene vistas al mar y este carácter mediterráneo se ha colado también en sus habitaciones, decoradas con motivos marineros y colores que invitan a la relajación.
¿Otro punto a favor? Que todas sus habitaciones son suites y cuentan con un salón y cocina para que si quieres, puedas incluso prepararte alguna comida o cena allí. Piscina en las alturas, spa y una terraza en las alturas, completan sus alicientes para elegirlo en tu próxima escapada. ¡Hay vida en Ibiza fuera de temporada!
