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Si los cruasanes evocan una cafetería íntima de París, las torrijas despiertan memorias en familia, manos envejecidas que preparan frente a los fogones el dulce de Cuaresma. Abrazo, amalgama de risas, colores, vida. ¿Y si pudiésemos mezclar ambas? ¿Y si pudiésemos vincular el gusto parisino con el calor del hogar? Pues el resultado sería esta edición limitada que ha preparado la popular pastelería Mallorca para dar la bienvenida a la temporada de torrijas: masa de cruasán y crema de vainilla de Madagascar. Durante unos meses vamos a conseguir olvidarnos de los famosos New York Rolls.
Este postre casero ha sido elaborado siempre a base de pan, leche y huevo, pero las torrijas de Mallorca cuentan, desde sus inicios, con un valor añadido y personal: el pan de brioche, fusionando a la perfección la técnica panadera y la pastelera. Ahora que el cruasán está viviendo una época dorada, han querido darle un 'twist' a su clásica torrija utilizando pan de masa de cruasán, que se viralizó como Cruapán gracias a Bimbo, como ingrediente estrella.
Aparte de tener devoción total por las masas, el equipo de reposteros de esta icónica pastelería, siempre ha sido amante de la esencia de vainilla, que han utilizado para preparar una combinación exclusiva. A esta torrija versionada con masa de cruasán, también le han dado un toque terminándola con un gusto de crema de vainilla de Madagascar.
"Desde hace un tiempo notamos que el mercado está dando de lado el sabor original de la vainilla y, aunque las razones son lógicas, porque se trata de un producto muy caro y difícil de conseguir, nuestro objetivo con esta versión es reivindicar su verdadero sabor [...]", cuenta Pablo Moreno, director de producción de la marca junto a su hermano Jacobo. Tal es el valor de este ingrediente que las vainas de vainilla con las que trabaja Mallorca para la elaboración de la torrija provienen de su origen autóctono en Madagascar y pueden llegar a costar incluso más de 500 € el kilo. Además, el punto extra de esta nueva edición es la fina crema de vainilla con la que viene acompañada cada torrija, pensada para cubrir al gusto de cada comensal.
Aunque a esta torrija "actualizada" le han cambiado el pan brioche de la torrija clásica por pan con masa de cruasán y le han añadido el aroma puro de la vainilla, también puedes disfrutar de las torrijas mallorquinas tradicionales en dos tamaños: normal y mini. No importa tu elección, pues realmente todas están preparadas con el amor de un familiar y la profesionalidad de un pastelero francés.
