• Recientemente sucedió algo inesperado que devolvió el caso, acaecido hace 35 años, a la primera plana de los periódicos franceses.
  • Las sospechas recayeron siempre en miembros de la familia de Grégory Villemin.

Los asesinatos truculentos, sin resolver, con historias oscuras y criminales despiadados siempre llaman la atención del público, tanto en el momento en el que sucede como cuando, al cabo de los años, se revisa. Pero todo se eleva a la enésima potencia cuando se trata de un menor. Como es el caso del pequeño Gregory Villemin.

Impacta el principio de la miniserie homónima de Netflix, que con cinco capítulos, promete ser el 'true crime' de las navidades –quizás no es el género más acorde para estas fechas, pero siempre hay seguidores–. Cuidado, que arranca:

"Desde que asesinaron a Gregory el 16 de octubre de 1984, muchas personas han sido señaladas como sospechosas, bien bajo investigación o acusados sin prueba. Hasta la fecha, nadie ha sido encontrado culpable del asesinato".

Es experta Netflix en el género del 'true crime': 'Abducted in plain sight', 'The Confession Killer', 'Making a murderer'... son algunos de sus grandes éxitos. Pero ahora no podemos quitarnos la historia de Gregory de la cabeza, que engrosará esa gloriosa lista, un niño que fue asesinado con solo cuatro años en su localidad natal de los Vosgos, en Francia, un crimen que en su país aún resuena aunque en España sea –hasta ahora– desconocido.

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Todo ocurrió el 16 de octubre, cuando el pequeño salió fuera de su casa a jugar, pero al cabo de un rato su madre, Christine, se dio cuenta de que había desaparecido. Los padres lo denunciaron a la policía poco después de que el tío de Grégory recibiera una llamada en la que se aseguraba que el niño había sido secuestrado y lanzado al río Vologne. Poco después se encontró el cadáver, atado de manos y pies y con un gorro en la cabeza.

El espectáculo comenzó enseguida: ¿quién había matado a Grégory? La policía enseguida se dio cuenta de lo complicado del caso. La familia llevaba tres años recibiendo cartas amenazadoras firmadas con un extraño seudónimo, 'El cuervo', y el padre del niño, Jean-Marie, había sido nombrado capataz en una fábrica, lo que despertó muchos odios en los entornos más cercanos de los Villemin.

El documental entrevista a miembros de la familia, periodistas, fotógrafos, médicos y expertos relacionados con el caso para intentar dar respuestas. Te sorprenderá la cantidad de familiares que quieren llamar la atención en el caso, la actitud vengativa de los padres y lo terrorífico de las amenazadoras cartas de 'El cuervo'.

Funeral de Grégory Villemin elle.es
Armel BRUCELLE//Getty Images
Entierro de Grégory Villemin, donde vemos abrazarse a sus padres, Christine y Jean Marie.

La docuserie se hace un poco confusa al principio, pero según vamos avanzando en los episodios, la narración es más cronológica. Y vamos entendiendo cosas... y otras no. Pocos días después de la aparición del cadáver, el juez mandó detener a Bernard Laroche, primo del padre de Grégory, porque su letra era parecida a la escritura de la carta en la que se decía que el niño había sido asesinado por venganza.

Al poco tiempo, quedó en libertad, mientras que los vecinos del pueblo señalaban otra posibilidad: la culpable era la madre, Christine, quien habría asesinado a su hijo "como una forma de venganza o protesta por la vida que se veía obligada a llevar, trabajando en una fábrica y ocupándose de un marido e hijo, sin esperanzas para el futuro", según explicaba el diario 'El País' en un artículo de 1985.

Ella también interviene en el documental dando su propia versión... pero no queremos seguir adelantando la atroz y confusa trama de la serie; solo te decimos que está bien hecha, que es muy intensa, que te dará qué pensar y que es muy probable que te quite el sueño. Sobre todo, sabiendo que el caso sigue vivo y que recientemente sucedió algo inesperado que devolvió el caso a la primera plana de los periódicos franceses.

Odio, sospechas, recriminaciones. Frases aterradoras en las cartas: "Me he llevado al hijo del jefe". La sensación, en el funeral, de que el asesino podría ser cualquiera de los asistentes. Los medios de comunicación, amplificando el dolor de una familia y especulando hasta no parar. Sombrío, duro, interesante, bien hecho. Vale la pena. Y luego, tener tu propia opinión: ¿pero quién mató a Grégory?

Puntuación ELLE: 7,5