"¿Y de qué va?", cuando haces esta pregunta refiriéndote a 'El Método Kominsky', la serie de Netflix, la respuesta es muy diferente dependiendo de quién te responda.

"Es una comedia, un drama, va sobre la amistad, sobre lo importante de la vida, el amor, no va de nada y va de todo"... Y, es que, la serie de Chuck Lorre protagonizada por Michael Douglas, Allan Arkin y Kathleen Turner, es todo eso y, sobre todo; lo último.

Si estás esperando un giro argumental inmenso, alguna acción que te deje helado, ya te adelantamos que no va a pasar. Es la historia de dos amigos que se encuentran en la última etapa de su vida y, cuyos diálogos, son verdadero oro.

No es nueva, ni un hit adolescente, tiene solo tres temporadas que se devoran enseguida y que te dejan con cara de: "¿se acaba aquí, de verdad?" pero es, dentro de su sencillez, absolutamente maravillosa. En esta temporada, Sandy Kominsky (Douglas) debe lidiar con la vejez sin la compañía de su amigo del alma, Norman Newlander y la vida se le complica aún más con la llegada de su exmujer, Roz Volander (Turner). El célebre carácter volátil de su relación se exacerba aún más cuando Roz viaja a Los Ángeles para pasar un tiempo con la hija de ambos, Mindy (Sarah Baker), y el novio de esta, Martin (Paul Reiser).

Pero, ¿por qué la destacamos justo ahora? Porque el mundo se ha parado y viajar al lado esencial de las cosas, a lo verdaderamente importante es bastante necesario para vivir con plenitud. Al fin y al cabo la vida es cuestión de prioridades, de saber jugar e interpretar las cartas y quitarle hierro a un sinfín de cosas que nos amargan la existencia sin darnos cuenta. Así que vamos a darte 10 razones para engancharte desde ya a 'El Método Kominsky'.

10 RAZONES PARA HACER MARATÓN DE 'EL MÉTODO KOMINSKY'

1- Por su crudeza sin aditivos. Lo 'peor' es que no exagera ni añade dramatismo innecesario, es más, lo toma todo desde un punto de vista humorístico. Pero precisamente eso es lo que deja ver que la vida en sí es dramática, sin añadidos. Hay una frase que dice Norman (Allan Arkin) que lo resume:

"¿Sabéis lo que significa ser humano? yo os lo diré. Ser humano duele. Duele de narices y, por mucha experiencia que acumuléis, os seguirá doliendo. Porque ser humano y sentir dolor es la misma puñetera cosa".

2- Porque te pone los pies en la tierra. Y te dan unas ganas locas de dejar de perder el tiempo en tonterías, es un Carpe Diem a gritos y no sólo en la tercera edad. El mensaje claro es uno: exprimir el momento desde este instante en el que estás leyendo esta frase y la palabra 'frase'. La vida es ahora.

3- Porque le quita hierro a cualquier circunstancia que estés viviendo. Sí, el mundo se ha parado, cierto es. Muchos estamos afectados económicamente, no podemos ver a la gente que queremos... Pero esta serie te hace tener muy presente que todo es superable mientras haya salud y tiempo de por medio. Así que te relajas, porque todo pasa.

4- Porque disfrutas viendo la amistad entre ellos. Después de tantos años (y tantos daños), personalidades distintas, discusiones, la unión entre los dos personajes va mucho más allá de cualquier cosa.

5- Porque sus diálogos dicen lo justo y de manera sencilla. No les hace falta mostrar teorías interminables, desde el punto de vista de dos personas que han vivido una media de ochenta años cada uno. Sus conversaciones son muy claras, directas pero con muchísimo contenido.

el método kominsky
Netflix

6- Porque es precioso ver cómo alguien a sus ochenta años se vuelve a enamorar. La historia de ficción entre la bella Jane Seymour (dan ganas de llegar a los setenta con ese físico, eso también) y Allan Arkin es sublime.

7- Porque te enseña a empatizar con la tercera edad. Con lo que piensan, sus conclusiones, cómo sienten, se vuelven a ilusionar, a equivocar, reír o sufrir. Una realidad que el cine o las series tienen algo olvidada y de la que deberíamos aprender todos y mostrarla más a menudo.

8. Porque es muy divertida. Y tampoco se fuerza, las risas se escapan de manera natural pero no hay chistes impuestos ni los personajes se hacen los graciosos. Esa sencillez en cuanto a la parte cómica es muy bonita.

9. Porque los capítulos se pasan volando. Duran unos veinte minutos y te bebes las dos temporadas en una tarde.

10. Porque te deja con ganas de más. Y rezas muy fuerte para que no les pase nada a ninguno de los actores porque te da tiempo a enamorarte de ellos de sobra.

FIN.