-“No lo entiendes. Debí protegerte. Sabía qué clase de hombre era”.

- “¿Crees que por ser mujer soy incapaz de tomar decisiones? ¿Es eso? ¿De verdad te importa que según tú, me haya deshonrado o solo quieres satisfacer tu orgullo masculino?”.

Este diálogo bien podría ser el que mantuvieron Jada Pinkett Smith y Will Smith tras la gala de los Oscar 2022 que será inevitablemente recordada por el bofetón que el actor le propinó al cómico Chris Rock. Sin embargo, procede de ‘The Bridgerton’. ¿Acaso no es alarmante que unas palabras que se ambientan en 1813 puedan ser pronunciadas en 2022 sin un atisbo anacrónico? La imperiosa necesidad que algunos sienten de “defender a las mujeres” no es más que un claro ejemplo de cómo el paternalismo protector invade nuestras vidas hasta el extremo en el que nadie parece condenar que semejante acto de violencia se cuele en las pantallas de millones de personas por todo el mundo. Resulta también especialmente preocupante que tantos se hayan apresurado a recordar que en su biografía, Will Smith explica cómo cuando tenía 9 años, vio cómo su padre golpeó a su madre. Su falta de respuesta ante lo acontecido le ha marcado profundamente. “Todo lo que he conseguido desde entonces, los premios y los reconocimientos, los focos y la atención mediática, los personajes y las risas, han estado marcados por un sutil deseo reiterado de pedir perdón a mi madre por mi inacción aquel día", escribe.

“El amor te hace cometer locuras”: la frase desata 'red-flags'

A su pasado recurren para justificar lo acontecido, pero aún más alarmante resulta que el propio Will haya explicado la bofetada con una frase que es, en sí misma, una ‘red flag’: “El amor te hace cometer locuras”. Seis palabras que se encuadran en el mito del amor romántico. “La idea de que el amor puede con todo puede generar que tanto unos como otros dejemos de lado nuestras necesidades priorizando relaciones que no nos están haciendo bien o que no están funcionando. En el caso de los hombres, por esa idea de que deben ser algo así como un príncipe azul que nos conquiste día tras día y que cumpla con todos los requisitos que quizás sentimos que nos están faltando a nosotras. Y en el caso de las mujeres, porque esperemos que alguien nos salve y nos proteja en vez de hacerlo nosotras por nuestra propia cuenta, con la desprotección que eso nos supone, explica la psicóloga Laia Sabaté. Por su parte Inés Hernand señala que este caso es una prueba más de cómo “los hombres ponen la violencia física como límite a las faltas de respeto”.

La paradoja de la bofetada anti-bullying

Pero hay más lecturas en esa bofetada, pues hay quienes para justificarla, han aludido al bullying. Mauricio Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo, ha expresado su opinion en Twitter. “Reírse de alguien es cometer bullying. Exponer la condición de otra persona es bullying. Las palabras son mucho peores que una bofetada en la cara. Will ha defendido a su mujer siguiendo los principios y valores que parecen haber sido olvidados en este mundo”, escribe junto al hashtag #stopbullying". El problema es que tanto el bullying como la violencia machista no pueden ser combatidos si permitimos que en los Óscar alguien propine una bofetada en nombre del amor o en defensa de quién ha sido burlado, pero tampoco podemos permitir que la enfermedad de una persona sea motivo de burla. El que ni Will ni Chris hayan sido condenados más allá de las redes sociales no hace más que ahondar en cómo Hollywood les sigue permitiendo a los hombres campar a sus anchas y actuar cómo quieren sin consecuencias.

will smith bofetada oscar
Lionel Hahn//Getty Images
Will y Jada Pinkett Smith


"La violencia es un mandato de la masculinidad"


El mensaje que se manda a las nuevas generaciones es que la violencia es un mandato de la masculinidad y que en el amor, todo vale. ¿La mejor prueba? El que el hijo de Will y Jada, Jaden, haya escrito “Así es como lo hacemos” tras el desafortunado accidente. Lejos de condenar la actitud de su padre, la aplaude. Por supuesto, poco se ha tenido en cuenta la posición de Jada Pinkett Smith en este circo mediático en el que Inés Hernand señala lo que posiblemente estuviera pensando la actriz cuando su marido abofeteó a Rock. Jada confesó recientemente en sus redes padecer trastorno autoinmune de alopecia, motivo por el cual lleva la cabeza rapada, que fue el motivo del chiste que ha desencadenado la tragedia. “Otra vez has hecho mi problema tuyo, otra vez queriendo pasar desapercibida y tú llamando la atención y señalando y subrayando mi problema”, señala Hernand.

"Me resulta difícil pensar que esto no lo hubieran hablado antes"

Es al hablar del bullying cuando Patricia Conde se pregunta dos cosas. La primera, si la bofetada es un “ya basta” de Hollywood a la mofa indiscriminada. La segunda, si la torta no estaba planeada . “Me resulta difícil pensar que esto no lo hubieran hablado antes, sabiendo que estaba por guion y sobre todo, que son amigos.. Que Chris sabía que la mujer de Will padecía una enfermedad… Y que Will sabía que le iba a dar el Oscar al igual que casi todos saben cuándo se lo van a dar…”, escribe la presentadora, que se pregunta si no hemos llevado el “show must go on” demasiado lejos. El que nos preguntemos si lo ocurrido no está guionizado dice mucho de una sociedad en la que los límites entre la ‘performance’ y la realidad son tan débiles que no somos capaces de distinguir cuándo está ocurriendo algo realmente sorprendente o cuándo forma parte de un guion. Ante la duda, aplaudimos y reímos, una risa incómoda que llenó la sala en la noche de los Oscar y que nos recordó a otro momento cinematográfico en el que una salida de tono volvió a silenciar a una mujer. Cuando en la gala de los premios Goya del año 2019 David Broncano y Berto Romero se disponían a entregar el galardón a los Mejores Efectos Especiales, ambos cómicos quedaron colgados del techo, bromeando acerca de la incómoda situación en la que se hallaban sus genitales y robando a quienes recibieron el premio su espacio y su voz. La pregunta fue exactamente la misma que ahora: ¿Es real lo que está ocurriendo o es todo fruto de un guion?

will smith bofetada oscar
Jay L. Clendenin//Getty Images
Will Smith llorando durante su discurso


"El show no solo debe siempre continuar: para hacerlo, puede pisotear a las mujeres"


De lo que no cabe duda es de que bien sea por hombres abofeteando a otros, por señores colgados del techo o por raperos que le quitan el micrófono a sus compañeras de profesión (sí, Ye: va por tu 'mansplaining' a Taylor Swift durante los Video Music Awards), el que sigamos permitiendo que en las galas más célebres de la industria se repita este tipo de situaciones, que las justifiquemos y que incluso las aplaudamos, no es más que una inquietante señal de que el show no solo debe siempre continuar: para hacerlo, puede pisotear a las mujeres. ¿El mensaje que envía esta conducta repetida? Que se trata siempre de un diálogo entre hombres. La pregunta es cuándo cambiaremos las bofetadas por un golpe en la mesa con el que dejar de permitir demostraciones constantes de machismo y cederle el prime time como trampolín.