Carmen Calvo (Córdoba, 1957) conquista con su mirada, cercanía y cordialidad. Y también con la enorme sonrisa que despliega cuando le digo que su ensayo 'Nosotras. El feminismo en la democracia' (Planeta) debería de ser lectura obligatoria... para los hombres, a los que les pueden faltar alguna que otra noción clarita de qué es lo que han venido las mujeres a hacer a este planeta.

"El libro pretende ordenar la mente de muchas mujeres y de muchos hombres que, al leerlo, podrán comprender que hablamos con razón y con justicia", explica. "Muchas chicas jóvenes piensan que las cosas son más profundas de lo que parecen. Y los chicos tienen que empezar a entender que sus privilegios no son derechos, son privilegios; que es distinto".

Acaba de jurar su cargo como presidenta del Consejo de Estado, un broche de oro a una carrera que se nutre no solo como prestigiosa jurista, sino como consejera de Cultura de Andalucía (1996-2004), diputada autonómica por Andalucía (2000-2004), ministra de Cultura (2004-2007) y finalmente vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática (2019) con el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Además de participar en un espléndido vídeo en el que desmiente las clásicas frases machistas ("¿Para cuándo un día del hombre?", "No me gustan las feminazis", "Yo soy feminista, en mi casa todo eran mujeres"...) tuvimos la suerte de compartir media hora con ella para hablar de la lucha democrática de las mujeres por sus derechos.

carmen calvo presidenta del consejo de estado
Leticia Díaz de la Morena

Siempre que se aprueba o se plantea una ley de corte progresista, el sector conservador reacciona de la misma manera: 'todo el mundo va'. Todo el mundo se va a divorciar, todo el mundo va a abortar, todo el mundo va a elegir la muerte asistida... ¿Cómo impedir que esta reacción nos afecte como sociedad?

Cuando el campo conservador deje de ser tan hipócrita, porque es una hipocresía no querer verlo y ayudar, decir que te niegas, pero luego utilizarlo. Decir que te niegas, pero saber que tu electorado, una parte muy importante de tu electorado, lo aprueba. Ese campo político tiene una confusión entre lo que piensa y lo que dice. Por ejemplo, cuando pueden derogar la ley del aborto, no lo hacen, porque saben que para cada una puede ser un problema de conciencia o no, pero desde luego es es el instrumento de autocontrol del cuerpo de las mujeres por ellas mismas.

Como esto son derechos y estamos en una democracia, cuando dejen de ser tan hipócritas con estas cuestiones, la sociedad tendrá menos confusión. La mujer no interrumpe su embarazo porque sea deseable, sino porque está embarazada en un momento en el que no puede aceptar esa circunstancia y tiene todo el derecho a controlarlo. Los conservadores no acaban de hacer un recorrido correcto de lo que representa la libertad y eso que abusan de ella todos los días, pero no lo acaban de hacer correctamente, por lo menos sin trampa. En eso, el feminismo siempre ha establecido objetivos que recorren el camino de la igualdad, aunque en realidad la meta última es la libertad.

En su libro menciona la pérdida de oportunidad que supuso el silencio de los futbolistas masculinos ante el caso Rubiales. ¿Qué motivo tuvieron para callarse ante algo tan obvio?

Si cuando aparece ese beso forzado, que en este momento está en manos de la justicia española, las feministas no reaccionamos diciendo que eso es intolerable, quizás la sociedad podría haberlo pasado. De hecho, el propio autor intenta decir que es normal, que no es para tanto. Pero eso no le habría ocurrido a un hombre; se deriva de relaciones absolutamente abusivas, donde un hombre cree que puede coger la cabeza de una mujer y besarla en la boca. En un momento fuera de contexto y sentido; además lo estaban viendo millones de personas de todo el mundo y se movilizaron mujeres de todos los países, lo que demuestra el poder que ya tenemos.

Es un poder diferente de los partidos políticos, de los sindicatos, porque no se estructura de manera rígida. Es una explosión de manera coordinada y de manera natural, que cada vez que lo necesitamos sale, salimos contra la manada. Eso es lo que es imparable, eso es un éxito, no ocurría hace 15 años. Las mujeres todavía no somos conscientes del todo del poder que tenemos para parar cuantas cosas quisiéramos parar, pero estamos en el buen camino, seguro. El asunto Rubiales demuestra que cuando queremos, lo podemos alcanzar.

El feminismo, cada vez que lo necesitamos sale, salimos contra la manada

Nos hemos acostumbrado a términos como listas cremallera, cuotas, paridad... Estos conceptos, ¿generan ruido dentro del feminismo o son necesarios para apuntalarlo?

Son absolutamente necesarios y son producto de una reflexión muy profunda que hemos hecho las feministas. Si no se interviene de manera natural, a las mujeres no nos darían paso. Cuando alguien dice que cuando están preparadas llegan es mentira. Porque ahora mismo hay muchísimas mujeres preparadas que no llegan. No es verdad decir que de manera natural se alcanzará la igualdad; de hecho Naciones Unidas dice que faltan 180 años para logar la completa paridad. Así que las feministas hemos reflexionado mucho cómo intervenir para hacer justicia y acelerar los procesos.

Las listas cremalleras, la democracia paritaria, no está ahí por casualidad. Está ahí porque el artículo 9 de la Constitución dice que hay que remover los obstáculos para la igualdad. Si en mi partido las mujeres no hubiéramos exigido ir a las listas, de manera natural habrían ido muy pocas. Y de manera natural estarían ellos copándola, como han dicho a lo largo de la historia: hombres que han hablado de libertad, igualdad, fraternidad y sufragio universal, pero no nos conceden el sufragio a nosotras. Más evidente que no estaba previsto, imposible.

carmen calvo presidenta del consejo de estado
Leticia Díaz de la Morena

Uno de esos pasos importantes para la construcción del feminismo democrático es cómo se han mejorado las pensiones no contributivas para las mujeres. ¿Es una medida que mejora la visibilización de nuestras mayores?

Sobre todo la de mujeres que habían trabajado en sus casas, que habían parido sus hijos, que naturalmente no tenían salario y que no cotizaban. Hasta que llegó el gobierno del presidente Zapatero, llegaban al final de sus vidas y si no tenían pensión de viudas o familia que les ayudara, no tenían nada. Aquella fue una gran decisión feminista: romper un esquema que le beneficiaba a los hombres para que le beneficiara a las mujeres.

Se hizo justicia con las mujeres que trabajan en sus casas, pues ha sido siempre gratis y contra nosotros. La lógica del patriarcado es si no has contribuido, no puedes tener pensión. Para las feministas, es una lógica que no sirve, es una lógica antidemocrática. Por eso el feminismo desmonta el patriarcado.

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También emergen el libro conceptos como la violencia obstétrica, como la prostitución...

La sumisión química, los vientres de alquiler... Te paras a pensarlo, y el patriarcado no para. Cuando consigues atajarlo por un lado, emerge por otro. No paran de inventar cosas que son siempre contra nuestros derechos. La sumisión química es una cosa que me preocupa mucho porque es otro intento más de que las mujeres no seamos ni libres ni respetadas. Es otro intento más de que estemos a disposición de sus intereses.

Aborda usted temas tabú como la menopausia, la menstruación, habitualmente considerados secundarios en el feminismo. Pero realmente sacar todo esto a la conversación nos hace más poderosas.

El feminismo lo abarca todo, aunque no todo se puede abarcar con la misma intensidad y que poner objetivos. Pero lo que hablaba antes el movimiento ahora ya lo habla toda la sociedad: es fantástico que podamos debatir sobre menstruación, menopausia, partos, embarazo, depresión postparto... Pero hay debate porque el feminismo lo ha estado cultivando. Cuando alguien me sale con "gracias a Dios, España tiene una ley avanzada de igualdad" pienso, no es gracias a Dios, sino al movimiento feminista.