¿Conoces las crónicas y los documentales de Sir David Attenborough? Siempre ofrece imágenes poderosas acompañadas de un discurso inteligente y esperanzador. Mis hijos están enganchados a su llamamiento a proteger la naturaleza. Sin embargo, para que las personas se preocupen por algo, primero tienen que aprender a amar ese algo». Así comienza mi conversación con Elsa Pataky (Madrid, 1976). Irradia humanidad y optimismo. Habla con voz suave y admite que si tuviera el martillo de Thor en su poder, le daría en la cabeza a algún que otro ser. También que le hubiese gustado coger una ola con Cousteau, ambos, por su- puesto, con un gorro rojo sobe la tabla. Prefiere ir descalza allí por donde pisa, «para sentir la Pachamama», y sigue de cerca las iniciativas que organiza la exploradora de National Geographic y embajadora de Rolex Sylvia Earle. A las puertas de unos invencibles 46 años, confiesa que no cambiaría nada de su pasado y se declara natural, luchadora y valiente. Vive y trabaja a mil revoluciones, y aun así, se encuentra en calma y se rige por la filosofía de slow life, que es su guía vital. ¿Un ejemplo de lo que se trae entre manos? Acaba de salir en Netflix Interceptor, donde da vida a la capitana JJ Collins, una soldado encargada de salvar el mundo contra una amenaza nuclear. Tiene pendiente de estreno las cintas Poker Face, dirigida por Russell Crowe, y la versión en celuloide de la ópera Carmen, junto con Rossy de Palma. Fuera del alcance de las cámaras, continúa siendo embajadora de Gioseppo y ha sacado su propia línea de cosmética, Purely Byron, hecha con plantas y comprometida con el medio ambiente. Y es que su forma de ver la vida es capaz de inspirar hasta a la persona más escéptica de la tierra.
¿Interpretar a JJ Collins llegó en un momento perfecto?
Sí, las cosas pasan cuando tienen que pasar. Mi vida es así. Además fue todo un reto, seguí entrenamientos militares muy intensos durante cuatro meses. Quería representar a esa mujer fuerte, a esa soldado, y los esfuerzos que tienen que hacer para lograrlo. Siempre me han gustado las películas de acción, de niña quería ser la versión femenina de Indiana Jones. Así que me involucré de lleno y deseaba hacerlo todo. Aprendí más de 800 movimientos para las escenas de lucha y yo misma hice la mayoría de las acrobacias.
Intuyo que eres cabezota.
Tozuda y obstinada también. De cría era una marimacho, siempre quería competir con los chicos y ganarles. «¿Que no puedo subir a esa roca? Ya verás». He salido airosa y he sacado lo positivo de cada circunstancia. Por eso, continúo arriesgándome y luchando por lo que quiero. Uno de mis hijos es así. Tener esa personalidad complica la vida a los padres, aunque cuando crezca será una virtud y no tendré que preocuparme. Sé que conseguirá lo que se proponga.
En Interceptor salvas el mundo. ¿Qué se siente al tener el planeta en tus manos?
Demasiada responsabilidad y a la vez muestra algo muy real: cómo una mujer en una situación extrema sale adelante. Nada hace que se detenga. Y me encanta demostrar a mis hijos que nosotras también podemos salvar el mundo.
Y como ciudadana de a pie, ¿qué haría falta ahora mismo para socorrer a la Tierra?
Algo básico: presionar y exigir más a los gobiernos y a los dirigentes. Ya sea por el cambio climático o por otras cuestiones sociales. No nos podemos despistar ni conformar.
Tu filmografía está llena de mujeres intrépidas, independientes y, a la vez, sacrificadas, sensibles e imperfectas. ¿Dirías que hay papeles femeninos con mayor entidad?
Me interesan los que ponen en tela de juicio las ideas preconcebidas sobre la mujer. Personajes definidos por lo que hacen y lo que dicen, no por la persona a la que acompañan.
¿Cómo ves el futuro femenino?
Brillante. Creo que se está produciendo un movimiento enorme de sororidad y eso es bonito. Hasta ahora estábamos oyendo un lado del estéreo. El mundo, tal y como está, no funciona bien. Todos somos conscientes de que es necesario un cambio de cultura. Cuanto más nos apoyemos, mejor será el futuro para todos.
¿Eres optimista con respecto a la igualdad?
Quiero que mis hijos y mi hija sean iguales. Y no puedo más que dar las gracias a las mujeres que se dieron cuenta de esto antes y me ayudaron a cambiar, porque gracias a ellas puedo contribuir a hacer un lugar más feliz y más justo. Y eso mismo lo observo en muchos hombres que me rodean. Mi marido (Chris Hemsworth), por ejemplo. Que señalemos con el dedo a todos los hombres en general es peligroso. La historia avanza porque hay mujeres y hombres que hablan con naturalidad, entendiendo el mundo en el que viven, mujeres feministas y hombres que no se ven como enemigos, sólo así se puede trabajar.
¿Crees que sigue cierto miedo a las que son independientes?
Puede. Una mujer con voz propia, liberada y que no sigue lo que se espera de ella genera, cuando menos, cierta inquietud. A lo largo de la historia, el saber ha estado bien visto siempre que fueras un hombre. El conocimiento nos libera.
¿Entrarías en una lista electoral?
(Risas). Me quedaría donde estoy. Las estructuras tienden a volver rígidas las normas y los valores. Ya hay bastantes políticos y no quisiera quitarles su papel.
Y el amor, ¿todo lo vence?
Claro. A pesar de la que está cayendo siento una profunda confianza en la vida. La gente es maravillosa y está llena de ingenio y buenas intenciones, lo que sucede es que los ma- los hacen mucho ruido. Por eso necesitamos educar en el amor y en la empatía, y dejar de pensar que son cursilerías.
¿La interpretación sigue yendo detrás de la maternidad?
Sí. He hecho cada cosa cuando sentía que tenía que hacer- la. Me encanta el papel de madre, estar con ellos, ser parte de sus vidas. Sé lo que es una familia separada y lo que se sufre. Es un pequeño trauma con el que tienes que lidiar y luchar por tener una familia es mi prioridad absoluta. Me siento muy afortunada y una privilegiada. He tenido tiempo para madurar a mi ritmo sin ser observada constantemente y cometer errores en privado, aprendiendo de ellos. Soy muy positiva y siempre me he puesto pequeñas metas en la vida, si aspiras a grandes objetivos te puedes llegar a frustrar. Nada ocurre por casualidad, creo que el esfuerzo es el único motor en mi trabajo.
¿Qué relación mantienes con el fracaso?
Todos podemos conectar con eso. De la mano de un fracaso uno llega a su destino. Del accidente llega el acierto.
¿Te incomoda la sobreexposición de tu intimidad?
Lo que yo necesito mantener a resguardo de mi intimidad lo mantengo. Y lo que he sacrificado me compensa al saber que hay gente que ha sonreído.
Este mes de julio celebras unos espléndidos 46. ¿Cómo abrazas el paso del tiempo?
A medida que cumples años, más completa eres como mujer, porque has vivido muchas cosas, te conoces mejor y has ido profundizando en ti por determinadas circunstancias. De joven aprendes, y cuando creces, enseñas. Lo cual me parece precioso. La Elsa de hoy es una combinación de todo lo que me ha sucedido. Espero poder inspirar a otras mujeres, apoyarlas y crear caminos para y con ellas.
Ya lo haces con tu nuevo proyecto de belleza, Purely Byron.
Estoy tan emocionada. Ya es hora de que sepamos y cuidemos lo que nos ponemos en la piel. Esta es una gama de productos 98% natural, hecha en Byron Bay, donde vivo, con las plantas naturales y medicinales de aquí. A la vez, llevo este rincón, su energía y atardeceres, al resto del mundo.
¿Por qué parte de nosotras vivimos temiendo envejecer?
Pienso que porque la sociedad está creada para glorificar a las mujeres jóvenes, y para hacer que las mayores se sientan mal consigo mismas. No puedo tener miedo a lo inevitable, a la verdad, no puedo fingir. A lo que sí tengo terror es a un problema de salud, a una enfermedad o problemas reales.
Además de la presión de la fama, ¿qué es lo que más te preocupa del futuro de tus hijos?
Su herencia natural. Estamos descontrolados, no cuidamos lo suficiente el medio ambiente y nuestros océanos.
¿Y ellos son conscientes de lo que está sucediendo?
De todo. En Australia hemos tenido incendios a 30 kilómetros de casa, luego sequías y hace unos meses inundaciones. Aunque fue desgarrador, los involucré en las tareas de limpieza locales para que fueran testigos de la devastación y comprender lo que los residentes habían perdido. Es escalofriante cuando ves que alguien niega el cambio climático.
¿Qué vivencias quieres dejarles?
Quiero cargarles con las máximas experiencias y viajes posibles. Dicen que viajar ayuda a conocerte a ti mismo, pues fuera de tu entorno eres más tú.
¿Qué ves cuando miras al frente?
El ahora, algo emocionante porque está en construcción.
