«Más que apicultor, mi nueva afición es ser observador de abejas. Tienes que ganarte su confianza para que te dejen merodear por su casa, echar un vistazo y coger algo de miel. Por suerte no me han picado. No interfiero en su proceso y ellas sienten esa energía», explica Aaron Taylor-Johnson (Inglaterra, 1990) sobre la colmena que tiene en su granja de Somerset, donde vive con su mujer, la cineasta Sam Taylor-Johnson, y sus hijas. También tiene perros, cerdos y gallinas. Y entre estrenos y rodajes, le gusta hornear tartas de cereza, hacer pan de masa madre, mantener a punto su huerto y cocinar. Con el tiempo ha aprendido a confiar en sus instintos y, cuando empieza a sentirse ansioso o dubitativo, suele ser porque ha ido en contra de su intuición. Con un buen puñado de títulos a sus espaldas, es capaz de hacerlo todo: de psicópata con botas de cowboy en Animales nocturnos o de superhéroe en Kick-Ass, de John Lennon en Nowhere Boy o del seductor Vronsky de Anna Karenina, de asesino sabelotodo junto a Brad Pitt en Bullet Train, de protagonista de Kraven el Cazador (30 de agosto) o de personaje de acción en El especialista (26 de abril). ¿Su último proyecto? Ser el nuevo embajador de Acqua di Giò de Giorgio Armani, que le he llevado a las colinas de Croacia, donde se entrenó con atletas olímpicos para perfeccionar su salto del cisne.

al actor aaron taylor johnson le gusta cocinar, estar al aire libre, meterse en la piel de personajes llenos de contrastes y llevar con orgullo su nuevo rol ser embajador de ‘acqua di giò’ de giorgio armani
Mario Sorrenti
El actor Aaron Taylor-Jonson como embajador de ’Acqua di Giò’ de Giorgio Armani.

¿Siempre estás a la búsqueda de lo diferente?

Así es. Busco lo nuevo como actor y como persona. Mantiene mi cordura y conserva mi creatividad a flote.

¿Eso no es ponértelo más difícil?

Todo es un reto. Cualquier papel o proyecto, la necesidad de hacerlo creíble y natural, no importa cuán surrealista sea la historia. Incluso en la vida, es normal que seamos una persona diferente, depende de a quién tengamos delante.

Me parece que tus inicios tuvieron mucho ritmo...

Quise ser actor desde que tuve uso de razón y con seis años ya estaba subido a las tablas. Mis padres me apoyaron desde el principio, pero no éramos precisamente ricos. Así que todo lo que ganaba haciendo pequeños papeles en series y películas para televisión, y algún que otro anuncio, lo reinvertía en mi formación. Estudié teatro, danza, ballet, claqué, canto... Siempre me han encantado los musicales, sobre todo los de Gene Kelly. Además, nunca tuve un plan b, porque si crees que existe otra opción, no concentras todos tus esfuerzos y energías en llegar a la meta.

«Nunca he tomado una decisión según los demás, ni en sus juicios, ni en sus expectativas»

Ahora eres embajador de Acqua di Giò de Giorgio Armani. ¿Qué es lo primero que te viene a la nariz?

El Mediterráneo. Sicilia. Pantelaria, donde Giorgio Armani tiene una casa y se inspiró para esta fragancia, que es una capa más de tu piel. Es tu personalidad, es la forma en la que entras en una habitación y sales de ella. Es un aroma refrescante y rejuvenecedor, como los minerales del mar.

Es escucharte y tener ganas de darme un chapuzón.

Realmente captura esa clase de frescura salada que se obtiene del océano, y luego el tipo de cítricos que crecen a lo largo de la costa italiana. Hay una sensación liberadora al sumergirse en lo desconocido. También quería transmitir esa idea con Acqua di Giò en el spot: romper moldes, fronteras y dar ese salto de fe. Lanzarse desde un precipicio hasta el agua requiere valor. Y aunque dé miedo, hay que superar los obstáculos para ser libre.

¿Cuál es tu primer recuerdo olfativo?

Con ocho años participé en una obra en la que había una especie de botafumeiro, y el escenario olía a un incienso profundo y penetrante. Ese es mi primer recuerdo. De hecho, cada vez que lo vuelvo a oler, me transporto a aquel momento. Los olores tienen un efecto poderosos en la gente. Son edificantes y fortalecedores, un aura que te acompaña y evoca sentimientos y emociones.

la icónica fragancia 'acqua di giò' de giorgio armani, fresca y acuática, evoca el poder del mar y de la naturaleza con una esencia de jacinto, bergamota de calabria, neroli y mandarina verde
Cortesía de Giorgio Armani
La icónica fragancia ’Acqua di Giò’ de Giorgio Armani, fresca y acuática, evoca el poder del mar y de la naturaleza con una esencia de jacinto, bergamota de Calabria, neroli y mandarina verde.

¿Y de qué forma esta fragancia representa ser libre, sensible y aventurero en tu vida?

Lo que experimento al estar en el mar es una sensación de limpieza del alma. Es como un ritual. Cuando te sumerges profundamente y vuelves a subir, te sientes vivo. Para mí lo más importante es estar al aire libre. Tengo la oportunidad de volar por todo el mundo, de conocer gente y de hacer lo que siempre soñé de niño. Nunca pierdo de vista lo emocionante que es. Sin embargo, cuando estoy en casa, en el campo, es cuando sé que tengo los pies en la tierra y que soy yo.

¿Eres muy holístico en cómo enfocas la vida?

Sí. Nunca he tomado una decisión basándome en las perspectivas de otras personas, ni en sus juicios, ni en sus expectativas. Si haces eso, pierdes la cabeza. También el sentido del valor y de tu ser. Debes tener consciencia de lo que te hace sentir bien y perseguirlo. Cada mañana me despierto sobre las 5:30 h, medito cerca de 20 minutos y entreno una hora. Es mi momento para reordenar la mente, descomprimirme y alinear pensamientos. Luego levanto a mis hijas, preparo el desayuno y las llevo al colegio. Disfruto de la normalidad de las cosas, de lo cotidiano. Me alimenta. Cuando vivíamos en Los Ángeles caminaba. Teníamos al lado el Parque Nacional Joshua Tree y Big Sur, que me recuerda a la esencia de Acqua di Giò, con inmensas rocas al borde del acantilado, el océano y ese horizonte.

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¿Cómo entiendes hoy en día la masculinidad?

Tienes que ser un hombre feminista, de mente abierta, sensible, amable, educado, que no juzgue a los demás, generoso y que no tenga miedo de expresar sus sentimientos en total libertad. Que esté orgulloso y respete las ambiciones de su pareja, que sea su cómplice, que se apoyen y se ayuden y que lo compartan todo: compromisos, sueños, inseguridades. Tener una familia me ha hecho responsable. Es mi prioridad y lo que me mueve. La interpretación fue mi primer amor, mi pasión, pero ahora ocupa un segundo lugar. Nunca he sido uno de esos actores de método que se lleva el personaje a su casa. Una vez acabado un proyecto, lo dejo detrás, porque me gusta volver a mi hogar y estar con los míos, ellos encuentran en mí al hombre que quiero ser.

Vives rodeado de mujeres, incluso tus perros y animales en la granja son hembras. ¿Cómo abrazas el feminismo?

Tengo mis propias energías femeninas y me alegra decir que soy feminista. Serlo es simplemente creer en la igualdad de derechos. Hombre, mujer, gay, hetero, negro, blanco... todos estamos juntos en esto. Cuando mis hijas sean mujeres jóvenes, quiero que estén preparadas. Su madre es una de las mujeres más fuertes e independientes que conozco. Un modelo a seguir.

al actor aaron taylor johnson le gusta cocinar, estar al aire libre, meterse en la piel de personajes llenos de contrastes y llevar con orgullo su nuevo rol ser embajador de ‘acqua di giò’ de giorgio armani
Mario Sorrenti
El actor Aaron Taylor-Johnson como embajador de ’Acqua di Giò’ de Giorgio Armani.

¿Hay algo que compita con tu pasión por crear historias?

Cocinar. Crecí con una dieta muy pobre. Sólo más tarde me aficioné a la cocina y me encantan los ingredientes de temporada, frescos y ecológicos. Tenemos un huerto, muy estacional, algunas gallinas, cerdos, vacas...

¿Qué estás descubriendo a lo largo de tu carrera?

Lo que de verdad es real en mi vida son mis hijas y mi hogar. Son mi pilar y mi centro. Claro que me gusta interpretar. Es mi parte creativa. Eso es lo que me produce endorfinas y me anima: estar rodeado de grandes actores, trabajar con directores, profundizar en personajes con los que te sientes vulnerable y con los que recorres un camino. Resulta terapéutico. Aun así, me he dado cuenta de que un día te dan un premio y al siguiente ya no significa nada. Son sólo cosas materiales. Pueden escribir de manera positiva sobre ti, pero también negativa. Hay mucho amor ahí fuera, que a veces viene acompañado de mucha rabia. Cuando te dedicas a esta profesión, te forjas una piel gruesa, pero algunas cosas siguen doliendo. Y solamente quieres seguir tu camino, mantener los pies en la tierra, rodearte de personas a las que quieres y que te quieren, y continuar en este mundo.

¿Qué te gustaría poner de moda?

Abrazar tu auténtico yo. Creo que hemos hablado mucho de ello. Intentar ser sinceros, seguros y honestos con lo que somos y quienes somos, y llevarlo con orgullo.