¿Alguna vez has tenido la sensación de estar luchando contra el reloj? Desde el momento en que suena el despertador por la mañana, comienzas una carrera para no llegar tarde al trabajo, cumplir con todos los objetivos y plazos que te has propuesto, encontrar tiempo para llamar a tu madre y almorzar de forma saludable sin tener que hacerlo en tu mesa de la oficina.
Son casi las 6 de la tarde y todavía no has terminado. Aún tienes que hacer tu dosis diaria de deporte, pero resulta que has quedado con una amiga para salir a cenar. ¡Aaaah! ¡Es agotador!
No permitas que sea el reloj el que marque el ritmo de tu vida y gánale en su propio terreno. Unos pequeños cambios en tu rutina diaria pueden optimizar las 12 horas que pasas despierta, te ayudarán a ser más feliz y a cumplir todos tus objetivos con éxito.
Aquí tienes cómo conseguirlo.
Despiértate a las 7.22 a.m.
En invierno hazte con una lámpara TAE. Se trata de un tipo de lámpara que se va iluminando poco a poco imitando la luz que se produce a la salida del sol hacia las 7.22 a.m. A medida que la luz del día va incidiendo en tus ojos, la producción de melatonina, la hormona que induce al sueño, se ralentiza, por lo que te despertarás de una forma más natural. Por su parte, la producción de la hormona del estrés, el cortisol, comienza a incrementarse, preparándote para el día que se avecina. Investigadores de la Universidad de Westminster han llegado a la conclusión de que poner el despertador a las 7.22 exactamente coincidirá con una mayor producción de estas hormonas del estrés. Si lo haces en cualquier otro momento, entre las 5.22 y las 7.21 a.m., sólo conseguirás estar estresada durante todo el día.
Practica yoga a las 7.34 a.m.
La PAI-1 es una sustancia involucrada en la coagulación de la sangre, cuya producción alcanza su pico entre las 6 y las 7 a.m., lo que significa somos más propensos a sufrir ataques cardíacos o derrames cerebrales una vez que su cantidad se ha estabilizado hacia las 9 a.m. Un estudio de la Universidad de Glasgow demostró que un entrenamiento suave antes del desayuno puede controlar las cantidades de esta sustancia y ayudar a perder peso.
Desayuna a las 8 a.m.
Un estudio publicado en 2015 llegó a la conclusión de que la cantidad de azúcar en sangre se estabiliza cuando se desayuna a las 8 a.m. Desayuna carbohidratos de liberación lenta, como una crema de avena con frutos del bosque.
Programa esa presentación en el trabajo para las 11.05 a.m.
Estás en el mejor momento de la mañana, cuando tu temperatura corporal está en su punto más alto (va subiendo gradualmente desde que te despiertas). Varios estudios señalan que el aumento de la temperatura corporal está asociado a una mayor brillantez mental, es decir, ¡lo vas a clavar!
Levanta pesas a la 1:15 p.m.
Los estudios demuestran que la fuerza de tus músculos es mayor al mediodía, por lo que una sesión de gimnasio a la hora de la comida te proporcionará energías renovadas. La testosterona en las mujeres va cayendo a lo largo de la jornada, por lo que el mediodía es el mejor momento para hacer uso de esos músculos de acero.
Tómate el primer café a las 2:52 p.m.
Imagina todo ese cortisol recorriendo tu cuerpo a causa del trauma que supone despertarse. Ahora añádele cafeína. Todavía no has salido de casa y ya estás nerviosa y estresada. Un estudio realizado por la Universidad de Sheffield ha demostrado que un café expreso doble tiene menos efectos negativos por la tarde y puede darte ese extra de energía que necesitas.
Sal a correr a las 5 p.m.
Al parecer, entre las 3 y las 6 p.m. es el mejor momento para practicar ejercicios de resistencia. Una universidad de Nueva York realizó un estudio con 4.756 pacientes y llegó a la conclusión de que la capacidad pulmonar era mayor a las 5 p.m. Además, nuestra capacidad de soportar el dolor es mayor por la tarde, por lo que puedes permitirte una sesión exigente de ejercicio.
Tómate un Martini (o una buena copa de vino) a las 6:30 p.m.
El alcohol puro es lo más sano que hay (es lo que pensamos), así que tómate una copa antes de cenar. Cuanto antes bebas, menor será el efecto que tenga sobre tu capacidad cognitiva. Tu cuerpo necesita una hora para metabolizar el alcohol antes de que te vayas a la cama para que no afecte a tu sueño, así que tómate tu copa favorita pronto y luego dedícate a los refrescos.
Cena a las 7 p.m.
Los ácidos del estómago alcanzan su pico entre las 10 a.m. y las 2 p.m. así que esas son las mejores horas para hacer las comidas más importantes del día. Una cena ligera debería haber terminado hacia las 7.30, lo que no tiene nada que ver con los horarios que lleva la sociedad de hoy en día. Pero, si de verdad te preocupan los altos niveles de glucosa en sangre, cuanto antes cenes, mejor.
Apaga las luces a las 11 p.m.
La temperatura corporal comienza a bajar a las 9 pm. Así es cómo tu cuerpo te avisa de que es hora de irse dormir y empieza a producir melatonina otra vez. Por lo tanto, entre las 9 y las 11 p.m. es el momento óptimo para dar por finalizada la jornada.
