32 momentos de los JJ.OO. para recordar
Desde los mejores récords… a las pruebas de género. Aquí van 32 de los momentos de los JJ.OO. que siempre recordaremos.
1900, Paris: ¿Mujeres? ¡Qué escándalo!
Veinte años antes de que las mujeres norteamericanas pudieran votar, se les permitió competir en los Juegos Olímpicos, produciéndose un gran revuelo. (Ese primer año sólo pudieron competir en cinco deportes: tenis, equitación, vela, croquet y golf, pero supuso un gran avance).
1904; San Louis: Habría ganado la carrera si no se hubiese averiado el coche
Si pensabas que este tipo había aprendido la lección de aquel otro de 1896, pues…estás equivocada. En 1904, el corredor de maratón americano Fred Lorz paró de correr después de 14 km y se subió en el coche de su entrenador, recorriendo en él 17 km. El coche se averió a pocos kilómetros de la llegada, así que Lorz tuvo que llegar a pie hasta el estadio, donde fue recibido como ganador de la carrera. En vez de mantener la farsa más tiempo, admitió haber hecho trampas antes de que lo descubrieran los demás, pero no antes de darse el gustazo de ser aclamado como ganador.
1908, Londres: ¿Cuáles son las reglas que valen?
¿Qué hacer cuando dos países no se ponen de acuerdo sobre las reglas de una prueba en particular? Acudir a los tribunales… Aunque eso suponga un aluvión de críticas. Eso es lo que ocurrió en 1908 durante la final de los 400 metros, cuando el estadounidense John Carpenter cargó con el hombro y sacó de la pista al británico Wyndham Halswele, algo permitido por las reglas americanas, pero no por las británicas. Carpenter fue descalificado, porque los Juegos se estaban celebrando en Londres. Los otros dos corredores clasificados junto a Wyndham eran americanos y estaban tan enfadados por la sanción impuesta a Carpenter que se negaron a correr la final. Al final, Halswelle corrió la final en solitario. (Spoiler: acabó ganando).
1932, Los Ángeles: ¿Qué ha sido ese ruido?
Después de ganar la medalla de plata en doma clásica, el sueco Bertil Sandström acabó en último lugar por usar supuestamente métodos ilegales para controlar a su caballo, concretamente por chasquear los dedos. Sandström insistió en que el ruido lo hacía la silla de montar, así que nunca sabremos lo que realmente provocaba esos ruidos.
1936, Berlín: Prueba de género y una sorpresa
En 1936, la defensora de la medalla de oro de los 100 metros lisos, la polaca Stella Walsh, perdió la carrera ante la estadounidense Helen Stephens. Los seguidores de Walsh no fueron muy deportivos que digamos y empezaron a insistir en que el tiempo de Stephens era demasiado rápido para haber sido conseguido por una mujer y exigieron que se comprobara el sexo de Stephens, quien tuvo que someterse a tal humillación para que el Comité Olímpico confirmara que era una mujer. La historia no acaba ahí. Décadas más tarde, en 1980, Stella Walsh fue tiroteada a la salida de unos grandes almacenes de Cleveland y cuando le practicaron la autopsia, se descubrió que era precisamente Stella Walsh la que tenía genitales masculinos y no Helen Stephens.
1960, Roma: No se necesitan zapatos
En 1960, correr descalzo no estaba de moda. Pero el etíope Abebe Bikila hizo que correr descalzo se convirtiera en tema de conversación en todo el mundo al ganar la maratón. Bikila rechazó todos los modelos que le había presentado Adidas, ya que, descalzo, era como había entrenado para la prueba.
1960, Roma: La reiteración de los infractores
Durante la prueba de esgrima del pentatlón, los atletas de Túnez intentaron de forma secreta que su mejor tirador saliera en cada combate en lugar de sus otros compañeros, con la esperanza de que nadie se daría cuenta. A la tercera vez que salió el mismo tirador, se descubrió el pastel.
1960, Roma: ¿Lo medimos a ojo?
El estadounidense Lance Larson y el australiano John Devitt acabaron la prueba de natación de los 100 metros libres a unas milésimas el uno del otro. En aquellos tiempos la tecnología empleada para determinar el ganador no era otra que los ojos de los jueces y ninguno se ponía de acuerdo. Finalmente, al día siguiente de la prueba los jueces dieron como ganador a Devitt, a pesar de que, parece ser, que Larson tocó el testigo en primer lugar.
1964, Tokio: La prueba de género no es fiable
Ewa Klobubowska, una velocista polaca, participó en la prueba de relevo 4x100 y en los 100 metros libres consiguiendo una medalla de oro y otra de bronce respectivamente. (Ahí la tenéis a la derecha, en el tercer cajón, en la ceremonia de entrega de medallas de los 100 metros). En 1967 no pasó una prueba de género y fue desposeída de las medallas conseguidas en 1964. Una vez más la historia no acaba ahí. Años más tarde, después de dar a luz a su primer hijo, se comprobó que debía padecer alguna anomalía genética que la hacía tener un cromosoma de más. La prueba de género es horrible, inhumana y tiene fallos. Nadie gana.
1972, Múnich: Espera… ¿Quién es ese tipo?
Puede parecer que este tipo se ha escapado claramente de un grupo de maratonianos… y eso es precisamente lo que pensaron todos cuando fue el primer atleta que apareció en el estadio cuando finalizaba la prueba de maratón. Pero, en realidad, era un bromista alemán que no era ni siquiera atleta olímpico. (El ganador de verdad fue el estadounidense Frank Shorter).
1968, México: Lenguaje corporal
La gimnasta Věra Čáslavská se convirtió en la heroína del pueblo checo cuando en la ceremonia de entrega de medallas de las pruebas de barra de equilibrio y de suelo inclinando la cabeza con su mirada en el suelo y con el rostro en dirección contraria a la bandera soviética, como protesta por la invasión de su país por las tropas de la URSS.
1968, México: El primer caso de sustancias para la mejora del rendimiento
1968 fue también el año en que por primera vez un atleta olímpico daba positivo por el uso de sustancias para la mejora del rendimiento. Fue Hans-Gunnar Liljenwall, un pentatleta sueco que perdió su medalla de bronce por consumir alcohol (aunque para muchas de nosotras no suponga una sustancia que mejore el rendimiento)
1968, México: El saludo del Black Power
Durante la ceremonia de entrega de medallas de la carrera de los 200 metros libres, los atletas norteamericanos John Carlos y Tommie Smith lucieron sendos guantes negros y levantaron el puño en alusión al saludo del Black Power. (También iban descalzos como símbolo de la pobreza de los negros). Esta protesta política relacionada con los derechos civiles hizo que el COI les expulsara de los Juegos. (Un hecho poco conocido es que le medallista de plata, el australiano Peter Norman, parece que no participa en la protesta, pero lleva un distintivo de los derechos humanos en el chándal. 38 años después cuando Norman murió, tanto Carlos como Smith se encontraban entre los que portaron su féretro durante el funeral).
1972, Múnich: No se permiten profesionales
En 1972 el esquí alpino era una prueba de los Juegos de Verano. El esquiador austriaco Karl Schranz fue declarado no apto, porque había sido fotografiado en un partido de fútbol con una camiseta con publicidad de una marca de cafés. (En aquellos tiempos se suponía que tenías que ser “amateur” para participar en los Juegos Olímpicos y llevar un anuncio en la camiseta significaba que eras un “profesional”).
1972, Múnich: El Korbut Flip
1972 también fue el año en el que la gimnasta soviética Olga Korbut realizó un movimiento, ahora prohibido, conocido como “Korbut flip”. (En las barras asimétricas, el Korbut flip implica que la gimnasta se ponga de pie en la barra más alta y ejecute una voltereta hacia atrás y luego, al caer agarrarse con las manos en la barra y seguir con la rutina de ejercicios en las barras). Está prohibido por el riesgo que conlleva, pero no veáis como se habló entonces de este movimiento.
1972, Múnich: Árbitros muy malos
En 1972 se produjo la primera derrota del equipo norteamericano de baloncesto desde que este deporte se incorporó a los Juegos en 1936… pero lo verdaderamente llamativo no fue la derrota, sino cómo se produjo. Cuando quedaban tres segundos en el reloj, los rusos iban perdiendo por un punto, pero los árbitros dieron otra oportunidad a los soviéticos de recuperar la pelota tras fallar un tiro, aludiendo un problema de la mesa con el reloj. Pero esta vez sí aprovecharon la oportunidad y anotaron. (Normalmente no se juega así). “Después de 40 años, todavía se discute sobre la acción” escribe el New York Times de aquel partido que supuso un punto de inflexión y que supuso la medalla de oro para los soviéticos al ganar por 51-50 a unos contrariados norteamericanos.
1976, Montreal: Una puntuación de… ¿cuánto?
1976: el año en que la rumana Nadia Comaneci se convirtió en la primera gimnasta en conseguir un 10 en una prueba de gimnasia de unos Juegos. Fue un hecho tan inesperado que tuvieron que anunciarlo con un “1,00” en el marcador electrónico porque no podía marcar más de 9,99.
1976, Montreal: Boris el tramposo
Boris Onishchenko, un pentatleta ucraniano, era el tricampeón mundial en esos momentos, pero eso no fue un obstáculo para que intentara hacer trampas en los Juegos del 76 en la prueba de esgrima. Manipulando los sensores de su equipo, hizo creer que tocaba a sus oponentes cuando, en realidad, no lo hacía. Su patraña fue descubierta casi inmediatamente y fue expulsado de los Juegos, mientas que los periódicos le apodaban como “Boris el Tramposo”.
1980, Moscú: El corte de mangas
El saltador de pértiga polaco Wladyslaw Kozakiewicz ganó la medalla de oro, pero por lo que de verdad se hizo famoso fue por hacer un corte de mangas mientras el público soviético le abucheaba. Como resultado, casi fue desposeído de su medalla… pero para los polacos se convirtió en un héroe.
'50 sombras de Grey' desaparecerá de Netflix
Radicales Libres (3/05/2024), por Marta D. Riezu
Casa del libro no deja de recomendar esta novela
La impactante carta de Alfonso Basterra