Si hay un sentimiento que persigue a las madres trabajadoras, ese es el de culpa. Culpa por perderse el crecimiento de los hijos, culpa por no poder participar de sus juegos, culpa por no tener tiempo suficiente para estar con ellos, culpa por llegar tan tarde que siempre están acostados, culpa por abrir el primer bote que hay en la despensa para preparar una comida rápida, culpa por no haber podido la colada para que los niños tengan ropa limpia...

La Encuesta de Población Activa (EPA) asegura que, en 2018 –los datos más recientes de los que se disponen–, casi la mitad de los trabajadores (49,55%) no pudo asumir responsabilidades relacionadas con el cuidado de otras personas. Por ello, un 19,66% de adultos ocupados con hijos menores de 15 años utilizan servicios profesionales para poder conciliar.

En cuanto al porcentaje restante, la mayoría (49,52%) se organiza slo o con su pareja para cuidar a sus hijos y hay otro 19,84% que pide ayuda a abuelos, familiares y amigos para ello. Además, hay un 12,37% que afirma no necesitar ningún tipo de ayuda y un 7,33% que alega que no usa servicios profesionales porque son caros.

Una de las millones de personas del mundo que no llega es Sherry Carpineto, que durante años fue directora de una de una empresa. Tiene dos hijos, uno de ellos con enfermedades crónicas, y fue despedida en marzo. Buscó empleo durante la pandemia y cuidando de los menores y pudo encontrarlo en noviembre.

Ahora, con el apoyo de su jefe, ha querido compartir un texto en Linkedin redactado a partir de su experiencia y que se ha hecho viral al instante en internet. El texto versa sobre la eterna culpabilidad de las madres trabajadores y quiere servir de bálsamo ante todas aquellas mujeres que lo pasan fatal por no llegar a todo.

El texto se puede traducir así:
"Está bien...
Si no te gusta tu trabajo, pero mantiene a tu familia.
Si te quedas en un trabajo porque es flexible.
Si aceptas un trabajo en el que el salario no es el ideal, pero necesitas volver a trabajar.
A veces, la vida familiar afecta a la vida laboral, no podemos separarnos de esto.
Dejas un trabajo después de llevar poco tiempo en él: no te iba bien, consigues el trabajo de tus sueños o una gran propuesta.
Eliges quedarte 20 años en el mismo trabajo.
Te tomas un tiempo en tu carrera para criar a tu familia.
Trabajas hasta tarde algunas noches y te pierdes eventos familiares.
Te marchas a tu hora del trabajo para ver el juego de tus hijos.
Te tomas tiempo para trabajar en tus pasiones.
Te tomas tiempo para hacer ejercicio.
Te tomas día libre para buscar trabajo.
Estas sin nuestras elecciones. Esta es tu vida. Hay mucha presión por parte de la sociedad para que hagas lo que está bien, para que obtengas un ascenso, para que te des prisa.
Las mujeres, especialmente las madres trabajadoras, a menudo tienen que bregar con la culpa de cuál es la decisión correcta.
Sigue adelante con confianza en tus decisiones.
Sigue adelante sabiendo que estás haciendo lo que es mejor para ti y para tu familia.
Sigue adelante sabiendo que nada es permanente y que incluso si tomas la decisión correcta, está bien.
Vive la vida completamente. Sin culpa. Aprende. Crece. Adáptate. Sé un buen ser humano".

Una publicación que ha emocionado a miles de personas que han dado 'like' a su texto en Linkedin y que lo han compartido y lo han ido circulando por las redes sociales. Está claro que el sentimiento de culpa por parte de las madres trabajadoras es algo compartido en todo el mundo. El siguiente paso es reflexionar: ¿qué podemos hacer ante este problema?