El modelo de ciudades cambia porque las tendencias que mueven a sus habitantes lo hacen constantemente. En Madrid, Barcelona o el resto de ciudades con mayor demanda viajera de nuestro país, el alquiler turístico representa menos del 2% de todas las viviendas existentes, por lo que, según los expertos, parece imposible pensar que ese porcentaje afecte a todo el mercado residencial. Según datos extraídos del portal Booking.com, de aquí a 2025 el 52% de las personas se hospedarán en viviendas turísticas, en contraste con el 48% que lo hará en hoteles.

Chema González, CEO de Alterhome, la primera franquicia de viviendas turísticas y villas de España, considera que debe haber una regulación con sentido, que permita una sana convivencia entre ciudadanos, inquilinos y viajeros. “Buscando que se pueda vivir en paz, con cabida para todos los agentes de este ecosistema. Es decir, no debe causar molestias a los vecinos, por lo que se deben crear medidas que así lo permitan. Se podría fomentar que los espacios no habitados o usados como viviendas en los últimos cinco años pudieran alojar a viajeros, porque de esta forma no se estaría quitando ni una sola vivienda del mercado residencial”, argumenta Chema.

Además, desde Alterhome plantean varios factores que sí pueden estar modificando el mercado, como el crecimiento de tipos de interés, una mayor recepción de ciudadanos que se marchan a vivir en estas ciudades (lo que suma la presión en la demanda de viviendas para ellos), aumento de la inversión extranjera en este tipo de viviendas o falta de construcción de vivienda social por parte de las autoridades.

Objetivo: acabar con los alquileres ilegales

Con respecto a esa comentada y necesaria regulación, en ciudades como Nueva York (EE UU) ya están cambiando las cosas. De hecho, desde el pasado 5 de septiembre, la administración se ha comprometido a cumplir a rajatabla las normas sobre alquileres a corto plazo de forma más directa.

Se trata de la Ley de Registro de Alquileres de Corta Duración (Short-Term Rental Registration Law) aprobada en junio de 2023, que exige a los anfitriones de plataformas como Airbnb tener registradas sus viviendas en la Oficina de Ejecución Especial de la Alcaldía de la Gran Manzana, cuando se decidan a alquilarla.

Muchos Airbnbs comprados por un dólar en los 70, sin obligación de reforma, se van a prohibir

Olga de Andrés, fundadora de Growth Boutique, se mudó a Nueva York hace unos meses y traslada la dificultad de encontrar vivienda decente. “Hay muchos edificios muy antiguos a un precio desorbitado. Nadie quiere vivir con ruido, sin luz y en un piso que no se reforma desde hace cincuenta años. El mercado se mueve rapidísimo y tienes que entregar muchos documentos para que te elijan como inquilino (te piden hasta reseñas de tus antiguos caseros). Pero sin duda, lo que más choca, es el precio, que ronda el triple de lo que es en Madrid”, comenta.

Está al tanto de la nueva regulación porque fue portada de los periódicos locales, el día que se lanzó. “En nuestro caso, tenemos prohibidísimo (por contrato) subarrendar nuestra casa o habitación.

No se percibe una situación tensa al respecto, pero sí que se escuchan historias. Hay gente que compró edificios en los años 70 por un dólar y sólo tenían la obligación de reformarlo. Probablemente muchas de esas viviendas sean esos Airbnbs que ahora van a prohibir. Y ya no es sólo que esos dueños pierdan su negocio. Es que gracias a esos Airbnbs, se han construido negocios alrededor: tiendas, supermercados, atracciones turísticas, etc”, amplía Olga.

Volviendo a España, la normativa ya era poco favorable para los propietarios de viviendas destinadas a ser alquiladas durante un periodo de larga estancia, por no hablar de que, en la capital española, existen gran cantidad de inmuebles residenciales absolutamente vacíos (más del 6% de todas las viviendas).

Aun así, Alterhome se muestra optimista con una figura incipiente que puede revalorizar el alquiler turístico. “Los nómadas digitales, que pronto seremos casi todos, están demostrando que pasamos semanas o meses fuera de nuestro lugar de residencia habitual, para aprovechar y conocer el mundo. En esos momentos, estadísticamente, elegiremos viviendas turísticas, las cuales deberán estar preparadas para ofrecer el nivel de profesionalidad que se les va a exigir, como ya ocurre con los hoteles”, explica Chema González.

Se presume, por tanto, que aunque este mercado como inversión seguirá creciendo, se deberá aumentar la calidad del servicio hacia sus viajeros si se quiere sostener en el tiempo.