"Es muy bonito haber creado un universo propio en el que mucha gente se ve acogida y respaldada. Mi firma es un lugar de referencia para aquellas personas que se sienten diferentes o que disfrutan la moda de la misma forma que yo". Alejandro Gómez Palomo (Posadas, Córdoba, 1992) no sólo es el artífice de una marca que, desde 2015, lleva su apellido y a España por bandera, Palomo Spain, sino que de su talento ha nacido un microcosmos propio, fantástico, en el que impera la extravagancia, la ropa transmite un mensaje no gender, superestrellas de la música como Rita Ora pisan la alfrombra roja en albornoz y un séquito de fieles a su estética le acompañan bajo el nombre de Los Palomos. Pero esto no acaba aquí...
Más que una etiqueta, has fundado un mundo completo... ¿Cómo dirías que es?
Muy inclusivo, libre y feliz. Un sitio que cree que este planeta no es tan feo como lo pintan, sino que es posible vivir de una manera bonita, rodeados de belleza y gozando de una independencia plena.
¿Cómo es esa belleza en la que te envuelves?
Para los que nos nutrimos de lo estético, es importante estar en lugares agradables y circundados de gente bonita, no sólo físicamente. Intento que todo mi círculo sean personas buenas que me apetezca ver, a las que les encante arreglarse y que se diviertan con la moda. También busco un cierto orden. Adoro abrir los ojos en casa y ver un ramo de flores precioso, una escultura o unas cosas en el armario que me llenen y me digan: «Ponte esto, que es maravilloso, y vamos a salir a comernos el mundo».
¡Y así ha sido! ¿Tienes la sensación de ser exitoso?
Aún no, porque para mí eso sería morirme haciendo lo que me gusta. Puedes llamar éxitos a determinadas acciones que hemos llevado a cabo, pero, en general, no está conseguido en absoluto. Es algo que se persigue una vida entera. Cuando sea viejo y piense: «Me he dedicado a lo que me apasiona; he querido, me quieren, mi casa es bonita y estoy tranquilo»... eso lo consideraré un éxito. Lo veo en Karl Lagerfeld; él será recordado siempre.
¿A qué más figuras del diseño admiras?
De pequeño, mi primer referente fue Yves Saint Laurent. Más tarde, llegó Gianni Versace... ya sólo la palabra Versace me encantaba, y me sabía todo de él. Y después, descubrí a John Galliano, que ha sido un gran ejemplo y, por supuesto, lo sigue siendo a día de hoy.
¿Te ves como director creativo de una de las maisons emblemáticas?
Definitivamente, me fascinaría, y ya he estado a punto de lograrlo... en algún momento tiene que pasar. Debe pasar.
¿Dirías que eres ambicioso?
Sí, en el mejor sentido de la palabra. Deseo llegar lejos, dedicarme a mi oficio para siempre y conseguir que esta historia sea tan larga como exitosa. Me pongo grandes metas y, precisamente, gracias a que miro con tanta distancia he podido ir alcanzando lo que me proponía de una forma más o menos rápida.
¿Qué otros rasgos te caracterizan?
Soy un tío bastante fácil, alegre y buena persona. No suelo estar enfadado o de mal humor, y me considero gracioso... hasta chistoso (risas). Me encanta socializar y estar con gente. Además, soy muy creativo y constantemente activo.
¿Y qué te define como diseñador?
La libertad. Me gusta hacer lo que siento o intuyo, sin dejarme guiar por nada. A la hora de dibujar, soy un poco excéntrico y divertido, y busco dar un toque de humor. No me apasionan las piezas demasiado sencillas, lo que no significa que no sea capaz de llevar –o de realizar– un traje monocolor con un corte limpio.
¿Qué objetivos has cumplido ya?
Tener mi propia casa de moda es uno, y ha sucedido de un modo tan bonito y tan rápido... pero, principalmente, haber construido mi universo. También desfilar en París o confeccionar un vestuario para la Ópera Garnier son hitos con los que había soñado durante años y que jamás pensé que se convertirían en realidad.
Desde España y, más concretamente, desde el taller del que dispone en su Posadas natal, con talento y un particular humor, Palomo Spain ha llegado al mundo entero. Hemos visto sus creaciones expuestas en el Metropolitan Museum (o Met, para abreviar) de Nueva York, a Rosalía bailar a ritmo de sus patrones y hasta a la mísmisima Beyoncé presentar a sus hijos mellizos en sociedad con un diseño que lleva su nombre, en una imagen para el recuerdo y que se sitúa en los primeros puestos de las publicaciones de Instagram con más likes de la historia.
¿Le diste like a aquella foto?
¡Claro! Fue crucial para mi carrera, porque vino justo cuando la gente estaba pensando: «¿Qué es esto de Palomo Spain? ¿Es una mamarrachada o no? ¿Llegará a algún sitio?». Y, de repente, pasó; ella colgó el post con un vestido mío y fue fantástico, como una validación a mi trabajo. Es una de las imágenes más icónicas de los últimos años, y es un honor formar parte de ella. Es sin duda la foto.
¿Cómo fue verte en el Met?
Ver una de mis piezas al lado de otras firmadas por grandes nombres a los que admiro y ser, junto con Cristóbal Balenciaga, el único de mi país en estar allí... me sentí orgullosísimo. Es una de las cosas más bonitas que me han ocurrido en mi profesión.
Spain en Nueva York... ¿Te gusta hacer patria fuera de nuestras fronteras?
Creo que, en cierto momento, fue necesario. No sé cuánto durará el apellido... no sé si será de por vida, porque, en ocasiones, ya empleamos sólo Palomo. Pero, al inicio, fue importante dejar claro que éramos una marca que, aunque se estaba volviendo cada vez más internacional, provenía de España. Nuestro exotismo reside precisamente ahí, en que somos una etiqueta con tintes españoles y aludimos a nuestra cultura de manera directa y orgullosa, sin ningún tipo de tapujo o prejuicio.
¿Y por qué no... Palomo Posadas, por ejemplo?
¡Eso me encanta! Será lo siguiente (risas). La verdad es que estoy muy feliz de haberlo conseguido todo desde allí y de ver que se ha transformado en un lugar casi de referencia a nivel mundial. Hemos creado una especie de lobby, un oasis en medio de la nada donde nacen objetos bellísimos, y hay una familia y un universo únicos que no descubres hasta que entras por la puerta de nuestro taller. En el pueblo incluso se han acostumbrado a ver por las calles a personas con looks cosmopolitas. He de decir que me enorgullece el hecho de que se lo tomen ya como parte integrante del paisaje rural.
