Es imposible no relacionar el nombre de Carolina de Mónaco con la elegancia, quizás el hecho de que tu madre sea una diva del cine que acabó siendo princesa (y no, no es el guión de una película de Disney), tiene algo que ver. Sí, Carolina de Mónaco ha sido, es y será sinónimo de elegancia atemporal. Un icono de sofisticación que va desde sus ya míticos y distinguidos chaneles de Alta Costura o quizás sus sus vestidos de gala, siendo sus looks de los 80 y 90 la mayor inspiración de la actualidad, hasta llegar a los outfits más informales en los que las tiaras se quedan colgadas en el perchero.

Pero siendo realistas, aunque la princesa deje guardados los vestidos de gala, las joyas y las tiaras, la elegancia y ese estilo tan clásico y característico de ella se respira con cualquier cosa que se ponga. Adelantada a todas las tendencias que ahora vemos por las calles (ya sea el estampado de leopardo, los abrigos oversize o los lazos en el pelo), a día de hoy sigue siendo un ejemplo a seguir de estilo entre las mujeres de más de 40 años. Su última aparición pública, por ejemplo, es un ejemplo de esta elegancia y estilo.

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La princesa de Mónaco acudía a la inauguración de la exhibición “Pasolini in Chiaroscuro” en Villa Sauber. Junto a algunos de los artistas que exponían y los responsables de la organización, Carolina demostró una vez más que los básicos de armario son todo lo que se necesita para poder armar un buen look de lujo silencioso.

Nada más elegante y atemporal que una blusa blanca fluida, combinada con unos pantalones de tiro alto de vestir (la gran tendencia de esta primavera 2024) y una gabardina midi que es el aliado perfecto de las mujeres bajitas. Un básico más un básico que deja una apuesta segura.