Frente a la voluptuosidad de carácter de los cangrejos y los escorpiones, los pececitos son caóticos animales que se mueven a sus anchas dentro del inmenso océano de las emociones.

Si algo podemos decir con seguridad sobre un piscis es que es romántico, sensible, vulnerable, siempre a la busca y captura de un amor extraordinario con el que fusionarse y experimentar hasta donde puede llegar la capacidad de sentir. Un piscis es una pareja ideal para una mente creativa, para un idealis­ta empedernido y para alguien que esté convencido de que el amor es un milagro dentro de la magia del universo.

 En cambio, una persona más realista y pragmática, y que piense que amar es sinónimo también de pagar las facturas a medias, se desesperará ante la confusión y la vaguedad existencial de este cariñoso y entrañable signo que, habitualmente, siempre está muy necesitado de una pequeña guía y de algo de protección frente al mundo.