The Silo Hotel
El estudio de Thomas Heatherwick ha transformado un edificio de hormigón en desuso en el nuevo rey del skyline de Ciudad del Cabo. En este espacio de lujo conviven un alojamiento singular y un museo.
Cuando en agosto de 1924 se ponía en marcha el gran silo de Ciudad del Cabo, un complejo que durante más de 80 años fue el corazón de la agricultura e industria de Sudáfrica, sus trabajadores no podían ni imaginar que, 93 años después, se transformaría en el place to be del continente. Thomas Heatherwick y su estudio, con sede en Londres, han sido los encargados de transformar este espectacular depósito de trigo, hecho de 116 tubos verticales de hormigón, ubicado en el exclusivo complejo The V&A Waterfront, en un edificio que reina en el skyline de la capital.
Conservar el encanto original
En este inmueble conviven dos de los mejores ejemplos de diseño de África: The Silo Hotel, la última incorporación a The Royal Portfolio, la compañía de establecimientos de lujo que Phil y Liz Biden poseen en el país, y el Zeitz Museum Contemporary Art África, el museo de arte contemporáneo africano más grande del mundo. "El desafío técnico fue encontrar la forma de crear espacios y galerías en los diez pisos de nido de abeja tubular, sin destruir por completo la autenticidad del edificio original", explica Heatherwick. "El resultado ha sido un proceso de diseño y construcción centrado tanto en la invención de nuevas formas de topografía y apoyo estructural como en las técnicas habituales de contrucción", añade el diseñador.
The Silo Hotel, una auténtica oda al arte, diseño y arquitectura, ocupa once niveles de la construcción inicial. Liz Biden se ha encargado, personalmente, de diseñar cada una de las 28 habitaciones del establecimiento, así como todos sus rincones y estancias. "Decorar cada una de nuestras propiedades es un nuevo reto. Pero éste era muy diferente porque el espacio estaba limitado por los dos huecos de los ascensores centrales que recorren el edificio y por la geometría cúbica de cada planta", asegura. "Mi objetivo ha sido siempre conseguir la mezcla perfecta entre lujo y comodidad para nuestros clientes. Por ello, he buscado el equilibrio entre el estilo industrial y austero de la arquitectura con toques del glamour clásico y confortabilidad moderna", declara.
"A la hora de diseñar un espacio, mi inspiración viene de los viajes que hago alrededor del mundo. No hay nada más inspirador que visitar un nuevo hotel o un edificio histórico", cuenta Liz. Todas las piezas del mobiliario han sido hechas a mano por Moorgas&Sons, fábrica de Ciudad del Cabo, y de sus techos cuelgan más de 80 lámparas de cristal realizadas en Egi pto. Cada habitación adopta su propio esquema de colores basándose en una pieza particular que puede ser un cuadro, una alfombra o un mueble. Por ejemplo, el cabecero print animal, de Ardmore Ceramics, es sobre el que gira todo el interiorismo de la habitación 603.
El hotel posee su propia colección de arte contemporáneo africano, cuyas obras están repartidas entre The Vault, su galería privada y el resto del establecimiento. En las paredes del lobby, reinan las pinturas Must be the Rain y So Exotic, de Jody Paulsen, y Blue Velvet y Hooded Lady I, II y III, de Frances Goodman. •
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