"Las cosas que hay en una vivienda hablan del propietario, los espacios lo hacen del decorador". Se lo leo en estas páginas a la diseñadora francesa Elisa de Bartillat, creadora de la firma Serendipity. Y pienso que es verdad. Sin quitar méritos a los propietarios, el valor de un buen proyecto está en la mano experta que ha interpretado esa casa y sus deseos. Podrán llegar los dueños, con sus recuerdos, sus herencias, las recientes adquisiciones y el flechazo imprevisto, para componer un estilo a su medida pero si no ha habido un ojo maestro creando "la caja", -el soporte invisible-, lo más seguro es que el intento falle. ¿El modelo perfecto? Cuando ambos (diseñador y habitante) coinciden en la misma persona. No es fácil dar con esas joyas pero su importancia es enorme a la hora de guiarnos por la exigencia. Son el ejemplo magnífico. Ahora vas a disfrutar contemplando casas así, tómate tu tiempo, párate en los detalles. Seguro que descubres ideas brillantes y recursos sorprendentes que, más que de decoración, hablan de un estilo de vida culto, apasionado y placentero.
Mira la biblioteca del nuevo piso madrileño del decorador Luis Bustamante, hecha a medida para sus libros-tesoro. Mira también el comedor amarillo del arquitecto italiano Roberto Baciocchi (ten cuidado con esta casa, a mí se me ha desbocado el corazón al contemplarla), suya es otra frase magnífica: "Ni estilos, ni épocas. Sólo la belleza". Hiperventilo. Detente con la neoyorquina Sandra Gering y disfruta al ver cómo la célebre galerista reúne su colección en un apartamento impecable. ¡Cuánto aprendemos de ellos! Pero, sobre todo, qué precioso es el tiempo que nos hacen pasar. Y en esta búsqueda de la excelencia, hemos encontrado también un par de pequeñas gemas que esperamos que te diviertan, hablamos del castillo de Sieger Design, cuyo jardín es un moderno parque de esculturas visitable y de los estampados con motivos leopardo, tan kitsch y sofisticados al tiempo. El molde está roto, esta vez en casa de herrero... cuchillo de oro.
