Un taller convertido en loft
Un viejo taller destartalado ha mutado en un loft estiloso y urbanita, a la medida de su dueña y autora de su brillante restyling, la interiorista Celia Gómez. ¡Ver para creer!
Hay momentos en que una gran oportunidad se nos pone delante, y si la cogemos o no, dependerá de nuestra intuición y olfato. La interiorista Celia Gómez Puerta la tuvo en sus manos y no la dejó escapar. Hace unos años encontró un viejo taller en el barrio de Salamanca de Madrid: mucha luz, techos altísimos, un amplio espacio diáfano… Experta en el arte de transformar espacios sin carisma en ambientes con alma, Celia supo ver su potencial y quiso convertirlo en el hogar para ella, su marido José y su mascota Singha. El resultado es un loft moderno, dinámico y lleno de estilo, como su propia personalidad. Ella diseñó un proyecto que saca partido al lugar, y en el que todas las zonas están conectadas visualmente y se abren a un patio interior, que las inunda de luz natural. La reforma fue realizada por Iberhome, la empresa de construcción y rehabilitación de su marido. Inicialmente se entraba por el garaje. “La primera impresión era un horror, parecía un taller antiguo y destartalado”, recuerda.
Uno de los primeros cambios fue convertir el viejo garaje en un recibidor especial donde conviven desde la moto Chopper de su marido hasta un armario tapizado con telas de Kenzo Maison y papel pintado de Élitis... Después de pasar el recibidor y franquear una puerta corredera, encontramos un espacio diáfano que alberga el salón, el comedor-cocina y el dormitorio de la pareja, aunque este último está aislado por otra puerta corredera, ideal para integrar o separar, segun la ocasión. Una escalera nos conduce al altillo, bien iluminado por las ventanas de Velux que Celia abrió en el tejado. Allí están el cuarto de invitados y una amplia zona de despacho y trabajo donde ella se inspira para crear... La profesional dirige su estudio de interiorismo y también su blog thelivingcool.com. “En esta casa he intentado crear ambientes contemporáneos y mantener el justo equilibrio entre lo recargado y lo minimalista. Lo principal es generar sensación de hogar. La propia estética del loft, tan industrial, aporta mucha personalidad, y lo que está dentro tiene que complementar sin sobrecargar”, nos cuenta Celia, quien optó por dejar a la vista la pared de ladrillo antiguo, los conductos metálicos del aire acondicionado, las vigas... La elección de muebles, objetos y acabados es clave para dar el alma a la casa, explica. “Me gusta partir de una paleta neutra, blancos, piedra, topo… e ir añadiendo texturas, papeles pintados y tejidos, como los de Kenzo, con personalidad. Y siempre trato de incluir algún toque de negro, -color que asienta mucho el espacio y hace que no sea excesivamente femenino-, en las ventanas, puertas, rodapiés e incluso los techos. Es como si pusiera el “marco” a los interiores”. Y añade, “entre mis materiales “it” están el suave terciopelo, el mármol calacatta (blanco) y el latón, ¡mis tres mosqueteros!”. La química entre Celia y su loft sigue muy viva, y a ella le encanta compartirla con otros: “Cuando alguien viene, intento que se sienta como en su casa, cuidando los detalles, las flores, las velas, los aromas, la iluminación... las cosas que marcan la diferencia”.
VER VÍDEO
Fíchalos 👉 Muebles de diseño a precios asequibles
Cómo conseguir un salón ordenado y lleno de paz
ELLE Decoration: una nueva era de la revista líder
Las mejores tiendas online de plantas de interior