La Universidad de Harvard hizo entrega ayer martes a Rihanna de su Humanitarian of the Year Award y la artista acudió a Cambridge vestida con un modelo que dejaba los hombros descubiertos y unas botas altas.

instagramView full post on Instagram

Pero no fue sólo su atuendo lo que llamó la atención en la ceremonia, sino también su discurso. Comenzó con un toque de humor, dirigiéndose a la multitud y anunciando, al más puro estilo Elle Woods, "Al final he conseguido entrar en Harvard":

Luego dejó claro que todos podemos — y debemos — estar más concienciados con los problemas humanitarios. "Lo único que hay que hacer es ayudar a una persona, sin esperar nada a cambio" dijo. "Para mí, eso es ser humanitaria. Pero la gente lo hace parecer demasiado difícil".

"Lo que quiero que sepan todas las niñas que ven los anuncios [de ayuda] en la televisión, es que no hay que ser rico para ayudar a los demás. No hay que ser famoso. Ni si quiera es necesario haber estudiado en la universidad. Ojalá yo lo hubiera hecho, no estoy diciendo, ya sabéis..."

A continuación, podéis leer el discurso completo, pero si preferís ver el video, su discurso comienza en el minuto 1:16:00:

Al final he conseguido entrar en Harvard. Nunca pensé que lo diría, pero me siento muy bien. Gracias, Dr. Counter, gracias, Fundación Harvard y gracias a toda la Universidad de Harvard por este gran honor que me han concedido. Gracias. Me siento muy emocionada por este reconocimiento que creo que no merezco.

Cuando tenía cinco o seis años, recuerdo ver la televisión y ver esos anuncios en los que aparecían niños que sufrían en otras partes del mundo, ese tipo de anuncios que dicen '¿sabe que con sólo 25 centavos puede salvar la vida de un niño?' Entonces me preguntaba cuántos 25 centavos sería capaz de ahorrar para salvar la vida de todos los niños de África y me decía a mí misma, 'cuando crezca y sea rica voy a salvar a los niños de todo el mundo'. No me podía imaginar que podría hacerlo siendo ya adolescente. [risas]

A los 17 comencé mi carrera aquí en Estados Unidos y, a los 18, puse en marcha mi primera fundación benéfica. Colaboré con otras organizaciones durante los años siguientes y empecé a conocer y a ayudar a mucha gente, pero también perdí a personas que para mí eran las más maravillosas que he conocido, como a Jasmina Anema quien falleció en 2010, cuando tenía sólo 6 años, de leucemia. Su historia sirvió de inspiración para que miles de voluntarios se hicieran donantes de la fundación DKMS. En 2012 mi abuela, Clara Brathwaite, perdió su batalla contra el cáncer y su recuerdo se convirtió en el verdadero motor de la Clara Lionel Foundation. Todos somos humanos. Y todos merecemos una oportunidad: una oportunidad en la vida, una oportunidad en la educación, una oportunidad en el futuro. Y en CLF, nuestra misión es ayudar a tantas personas como nos sea posible, pero es importante tener en cuenta que todo comienza con una persona. Sólo con una.

Veo en esta sala mucho optimismo, veo esperanza, veo el futuro. Sé que todos y cada uno de vosotros tiene la oportunidad de ayudar a alguien. Lo único que hay que hacer es ayudar a una persona, sin esperar nada a cambio. Para mí, eso es ser una persona humanitaria.

Lo que quiero que sepan todas las niñas que ven los anuncios [de ayuda] en la televisión, es que no hay que ser rico para ayudar a los demás. No hay que ser famoso. Ni si quiera es necesario haber estudiado en la universidad. Ojalá yo lo hubiera hecho, no estoy diciendo, ya sabéis... [Risas del público] Especialmente hoy. [Risas] Es verdad, podría volver, pero...

Comenzad con vuestro vecino, la persona que está a vuestro lado, la persona que se sienta a vuestro lado en clase, el niño del piso de debajo de vuestra casa, simplemente ayudadle como podáis. Hoy quiero que os comprometáis a ayudar a una persona, una organización o una situación que os llegue al corazón. Mi abuela solía decir que si tienes un dólar, puedes compartir muchas cosas. Gracias damas y caballeros. Ha sido un honor.

Vía: ELLE UK