El carbón activo se ha convertido en uno de los ingredientes estrella de muchos productos, desde alimentos hasta productos de higiene personal como jabones, mascarillas y cremas. "Lo que tenemos claro es que el carbón activo no es un producto apto para el uso odontológico y por lo tanto, no es seguro si un paciente intenta usarlo como agente blanqueante, puesto que su verdadera utilidad es para purificar agua o para absorber sustancias nocivas del organismo en caso de envenenamiento. Es decir, tiene un uso médico importante en hospitales, pero no cosmético", asegura el odontólogo Iván Malagón.

Lo que no está nada claro es que sea recomendable para blanquear los dientes, tal y como aconsejan y publican alegremente en redes sociales algunas influencers.

instagramView full post on Instagram

A parte de que este tipo de consejos puede desencadenar una blancorexia, "un problema psicológico que lleva a la persona a someterse, de forma continua y fuera de todo control médico, a raros tratamientos para conseguir un blanco cada vez más blanco en sus dientes".

En los vídeos y fotos se anima a utilizar el carbón activo –una composición de carbón 100% orgánico finamente molido, al que se añade polvo de bentonita y mirto de limón- como si de una pasta de dientes de color negro se tratase, asegurando su eficacia, incluso su capacidad para equilibrar el pH de la boca, eliminar las caries, enfermedades de las encías y el mal aliento. ¿Pero, realmente es un tratamiento fiable y saludable?

* No hay evidencia científica: Para empezar, desde la Asociación Dental Americana (ADA) aclaran que no existe ningún tipo de evidencia científica que avale el hecho de que este producto ayude a blanquear los dientes y a conseguir una sonrisa más brillante.

* Material abrasivo: Es más, "el carbón activo es un material abrasivo que puede incluso hacer que los dientes tengan un aspecto más amarillento al dejar expuesta la dentina por desgaste de la superficie protectora de los dientes, llamada 'esmalte dental' que, además, es la que le otorga un color más blanco a los dientes", según el doctor Malagón.

* Deterioro del esmalte: "Al no conocer el poder de absorción de este material, se podría estar deteriorando el esmalte, el elemento más duro del organismo que garantiza la protección de los dientes y cuya pérdida es irreversible. Con el desgaste de la superficie de esmalte, se facilita la desmineralización", apunta el odontólogo.

* Manchas amarillentas o parduzcas: El pH de la saliva debería estar entre 7 y 7,4 de forma natural, "si cambia podemos alterar el equilibrio bacteriano de la cavidad bucal, lo que puede aumentar el riesgo de infecciones e, incluso, facilitar la proliferación de bacterias "cromófilas" que aprovechan ese estado para teñir los dientes", asegura el Dr. Malagón.

* Encías más oscuras: El carbón activo al contacto con la saliva se convierte en una sustancia líquida y tiñe las encías, ya que se mete por todos los rincones que encuentra a su paso.

* Empastes negros: El carbón activo puede teñir los empastes de negro consiguiendo, irónicamente, el efecto contrario al que se buscaba.

Recomendación:"Para un blanqueamiento dental, es fundamental acudir a una clínica odontológica especializada en estética dental para que se realice un estudio personalizado del estado de los dientes y de las causas que han podido modificar su color original. Este puede consistir en un blanqueamiento o en la colocación de carillas, si además necesitamos disimular anomalías de coloración del diente provocadas por algunos medicamentos, como las tetraciclinas", aconseja el Dr. Malagón.