Cuando el ‘New York Post’ publicó un artículo llamado ‘Bye-bye booty: Heroin chic is back’, las redes sociales (con toda la razón) enloquecieron, pero la noticia real no es el revuelvo que desencadenó el titular entre las generaciones más jóvenes, sino el hecho de que los que pertenecemos a las previas hayamos crecido entre noticias que hoy resultarían impensables como “Los pezones pequeños están de moda” o “Ya no se lleva tener un escote generoso”, como si el cuerpo fuera moldeable para encajar en las caprichosas y fugaces tendencias.

El regreso de la moda de los años noventa, esa que abrazaba los crop tops y los pantalones de talle bajo, parece llevar consigo asociada una tipología de silueta como requisito indispensable para poder lucir tales looks, pese a que la mini falda viral de Miu Miu fue exhibida en las revistas de moda por modelos y celebridades de todas las tallas. Entonces pensamos que nos hallábamos ante un triunfo, pero el actual aplauso al regreso de la delgadez que triunfaba hace décadas viene a demostrar que habíamos descorchado el champán demasiado pronto...

“Los comentarios de Fox sobre la fealdad están integrados dentro del privilegio"

Por si fuera poco, ahora Julia Fox, que se ha convertido en un torbellino de titulares y que lucha por alejarse del deseo impuesto por la mirada masculina, no solo le ha declarado la guerra a las cremas “anti edad” al asegurar que piensa denunciar a la siguiente pomada que emplee ese término, sino que asegura está de moda “ser feo”... Y es aquí donde Jackie Adedeji, de ‘Refinery29’, se pregunta quién puede realmente serlo. “Los comentarios de Fox sobre la fealdad están integrados dentro del privilegio, porque la belleza está asociada con la feminidad blanca. Incluso la forma en la que aborda el feminismo en clave nihilista, con la máscara de pestañas por toda su cara y el cabello sin peinar, supone un privilegio", asegura la periodista.

"La clave aquí radica en la elección: ella elige ser fea”

"Ella ha podido experimentar la belleza en un nivel social 'mainstream' porque es delgada, blanca, famosa y no tiene ninguna discapacidad. Estos privilegios sociales quieren decir que ella puede existir en ambos espectros y seguir siendo una voz viral y exitosa. Puede ser “fea” de una forma artística, porque ella sigue siendo atractiva a ojos de la mirada masculina por más que ella no se sienta así. La clave aquí radica en la elección: ella elige ser fea”, sentencia Adedeji. Como señaló en 2019 Emmeline Clein, aquí nos adentramos en el “feminismo disociativo”, que lucha contra la mirada masculina centrándose en las elecciones personales de un tipo concreto de mujer olvidando que existen muchas otras mujeres, muchas otras razas y muchas otras clases.

mito de la belleza
Dimitrios Kambouris//Getty Images
Julia Fox

Cuando las diferentes siluetas se enfrentan y los diferentes cánones de belleza se contraponen, queda claro que la sociedad piensa que los cuerpos son tendencias y que las mujeres hemos de ser auténticas ‘shape shifters’ capaces de transformarnos a base de ejercicio, dietas imposibles, cirugías e incluso medicaciones insospechadas para adaptarnos a ellas. En la era del BBL (Brazilian But Lift), que apostaba por los implantes de glúteo que ahora muchos creen se han quitado las Kardashians para adaptarse al neo ‘heroin chic’, se nos vendía la idea de que por fin las tendencias celebraban las curvas, pero lo que no nos contaban es que eran unas curvas muy concretas que defendían que la grasa se encontrara en puntos muy específicos. ¿El secreto para lograr esa silueta? En muchos casos, los implantes y la cirugía.

"Supone una bofetada a todas las que abrazan sus curvas sin caer en la cultura de la dieta"

Jameela Jamil, actriz, presentadora y activista, alude al mito de la belleza de Naomi Wolf al criticar el regreso del ‘heroin chic’. “No estamos hablando de belleza, porque puedes ser bella teniendo diferentes tallas y diferentes silueta. Se trata de controlarnos y de distraernos. Supone una bofetada a todas las personas que están abrazando sus curvas sin caer en la cultura de la dieta. Controlamos el mercado: las mujeres somos el mercado. No pueden decirnos qué está de moda. Somos nosotras quienes les decimos qué tendencias son las que nos van”, dice en el podcast ‘Pop Culture With Chanté Joseph’.

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En su Instagram, en cuanto salió el controvertido artículo que hablaba del regreso de la delgadez extrema, aseguró que no íbamos a retroceder. “Pertenezco a una generación que fue la primera oleada de esta "tendencia", y jamás nos hemos recuperado. He perdido dos décadas de mi vida. Te ruego que reniegues de esto, que huyas de ese tipo de personas y de los medios que participan en extender estas ideas. Hemos trabajado mucho para lograr avanzar y no nos van a echar atrás. Hundamos la cultura de la dieta”, escribe.

"Me aburre que se subestime el derecho de estar contentas con nosotras mismas"

“Los hombres no tiene que aguantar que les llegue un dosier informativo cada década que define el nuevo cuerpo que se espera que tengan. Me asquea que la anorexia sea la causa de muerte más común de entre todas las enfermedades mentales, y promocionar cosas así tendría que estar penado por la ley. No hay nada chic en tender una adicción a las drogas para lograr ser tan delgada, porque te estás muriendo lentamente. Me aburre que se subestime el derecho de estar contentas con nosotras mismas. ¿Tenemos que ser empujadas a extremos cada vez? Os propongo la felicidad chic”, dice, y no podemos más que dejar de teclear, levantarnos y aplaudir.

En España existen 400.000 casos de personas que sufren TCA

Vender la silueta como una tendencia tiene consecuencias psicológicas y por supuesto, ahonda en los trastornos de conducta alimentaria. Según la Fundación Fita, en España existen 400.000 casos de personas que sufren TCA, y se espera que aumente un 12% en los próximos 12 años. En Instagram el hashtag #anorexia supera los 5,5 millones de publicaciones y #diet se sitúa en los 72 millones, por lo que como asegura Eduardo Cruz, CEO de Qustodio, “las redes sociales pueden ser muy peligrosas para los menores. Para evitarlo, es fundamental conocer qué páginas siguen o quiénes son los modelos de los jóvenes en redes sociales, cuáles son sus gustos o sus plataformas preferidas. Tener comunicación fluida sobre la vida online de los más pequeños es una herramienta muy útil para intentar anticipar conductas nocivas”.

La villana aquí es el mito de la belleza

En el siglo XVI teníamos los corsés que ponían en riesgo la salud de las mujeres para adherirse a una silueta concreta, en los 90 tantas otras convirtieron la nevera en una enemiga y hasta hace poco, las infiltraciones y los implantes fueron los aliados para conseguir unas curvas perfectas existentes únicamente en unas partes del cuerpo muy concretas. Es por ello vital que seamos conscientes de que nuestro cuerpo no es una tendencia, porque quién sabe si en unos meses los estándares darán un nuevo giro ante el que hemos de demostrar que no somos seres Marvel capaces de cambiar nuestra forma, sino personas cuyo superpoder es uno muy difícil de alcanzar: el de ser capaces de amarnos seamos como seamos. Los superhéroes y las superheroínas tienen que luchar contra el mal, y queda claro que la villana aquí es el mito de la belleza.