Desde que lanzara la primera colección para hombre en 1984, temporada tras temporada, el ‘enfant terrible’ de la moda masculina se ha ido reinventando para mostrar a los hombres que podían permitirse todo aquello que les estaba prohibido: desde faldas escocesas a vestidos. Después, también les recordó que nada es blanco ni negro, sino que todo es una combinación heterogénea de culturas, personas, presente, pasado, lo sofisticado y lo popular. A Jean Paul Gaultier le faltaba algo: trasladar todo este mensaje, a un perfume.
Así poco después, en 1993, nació 'Classique', la mujer de cristal con una esencia rosada de vainilla y su famosa lata metálica, convirtiéndose en su primera fragancia femenina. Esto le hizo preguntarse… ¿y por qué no? Se respondió creando su primera fragancia masculina, ‘Le male’.
Su “uniforme”, su traje de marinero. Pero, ¿quién dijo que esto era un uniforme? Para Jean Paul Gaultier, las rayas siempre fueron su seña de identidad, un rechazo al conformismo y a lo correcto. Y hoy se transforman en bandera orgullosa para empoderar la libertad, con motivo de su 25 aniversario.
El marinero más libre y festivo es aún más libre. Su mensaje: cada uno se hace a la mar como le parece y todos bailamos bajo la misma comparsa, la del amor.
Su fragancia
Con corazón de lavanda combinado con azahar, canela y comino. En el fondo, madera, almizcle, ámbar, vainilla y haba tonka.
Prides del mundo: que vuestra bandera sea siempre la de la alegría.
Precio: 92 €.