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Nada mejor que una buena sopa para calentar el cuerpo los días de frío. Reconfortantes, nutritivas, deliciosas y al mismo tiempo divertidas por los ingredientes con los que se elaboran, existe un sinfín de sopas diferentes y únicas que vale la pena probar. Y qué mejor que hacerlo dando la vuelta al mundo y descubriendo cómo una receta que sale de la misma base se convierte en un plato diferente en cada uno de los países. Algunas tienen picante, otras forman parte de su medicina tradicional, en ocasiones esas recetas son el emblema de un lugar específico o han ido evolucionando con el tiempo y traspasando fronteras. Esta es una vuelta al mundo a base de platos de cuchara partiendo desde la sopa, y los restaurantes a los que ir a probarlos.
Hot pot, el plato imperial de la cocina china
Conocido como olla caliente, caldero mongol, hot pot, fondue china o huo guo, este plato tradicional de la cocina china es uno de los más deliciosos para entrar en calor. Su origen se remonta hasta hace más de 4000 años, cuando durante las Dinastías Shang y Zhou, comienza a extenderse la elaboración de esta sopa alrededor de todo el país. Verduras, carnes, hortalizas, dumplings y pescados son el grueso de un listado de ingredientes prácticamente infinito que tiene la suerte de adaptarse a todo tipo de comensales, tanto por los insumos como por el sabor de la sopa, el picante o las salsas que se le añaden.
Uno de los mejores lugares donde probar la olla caliente en Madrid y Barcelona es Hotpot de Sichuan, además de Casa Lafu, otro de los restaurantes chinos más clásicos de la capital. En ambos, es posible elegir entre una carta llena de alternativas con las que combinar el caldo, desde verduras como el pak choi, bimi, nabo, raíz de loto o el daikon; carnes como el cerdo, la ternera o el cordero; pescados y mariscos como los langostinos, la sepia o las albóndigas de pescado; hasta fideos tipo noodles y udon, algas, casquería, tofu o hierbas y raíces frescas como cilantro, jengibre, chiles o cebolla de primavera.
Cocido madrileño, el emblema de la capital
Compartiendo origen con el cocido montañés y el cocido maragato, el cocido madrileño tiene sus orígenes en la adafina o adefina sefardí, un plato judío similar al cocido que se elaboraba en largas cocciones con la diferencia que la carne era de cordero. Sin embargo, la receta tal y como la conocemos en la actualidad apareció por primera vez a finales del siglo XVII como elaboración humilde que se preparaba en los días más fríos del año con todos restos de carnes, verduras y legumbres que se tenían en casa.
Sus tres vuelcos -caldo, verduras y carne- es una de sus grandes señas de identidad, aunque en la actualidad cada cocinero o cocinera le da esa personalidad a través de los ingredientes con los que los prepara.
Si bien La Bola es uno de los locales más clásicos para probarlo, existen otros muchos más donde esta receta es su seña de identidad. Malacatín es otro de esos restaurantes míticos a los que se debe ir a probar este plato que se sirve en La Latina desde 1895.
En Chamberí, y con ochenta años de historia especializados en el cocido madrileño, La Gran Tasca ofrece a los comensales un auténtico festín en tres vuelcos y con más de 15 ingredientes diferentes.
Ramen, la sopa que ha conquistado el mundo
Con origen en las tradicionales y medicinales sopas chinas, surgió entre los bulliciosos callejones de Japón una joya culinaria que ha dado la vuelta al mundo conquistando paladares: el ramen. Esta sopa, que fue adaptando las recetas chinas a las japonesas, se convirtió en un plato nutritivo, sabroso y, sobre todo, económico, que empezó a adoptar diferentes variedades y especialidades en función de las regiones.
Su base está en el caldo, pero también en los ingredientes que se utilizan para acompañarlo -carne, pollo o pescado y vegetales-, además de los fideos que nunca faltan. Para aderezar se pueden añadir otros ingredientes como salsa de soja, curry, pasta de ajo, semillas de sésamo, katsuobushi (bonito seco) o aceites aromatizados. Teniendo todo esto en cuenta se puede decir que existen tantos ramen como cocineros los preparen.
En la capital, uno de los templos de la cocina japonesa como es Umiko, ofrece a mediodía en su zona de mesas altas la oportunidad de probar tres tipos de ramen: el Tengu ramen, con un caldo de 16 horas de cocción que se presenta con pechuga de pollo de corral a baja temperatura, pack choi, huevo, setas enoki y cebolla roja; el Oni Ramen, que parte dos caldos diferentes (uno de costillas de cerdo y verduras, y otro con carrillada desmigada de cerdo ibérico, vino oloroso y soja) que se sirve con carrillada de cerdo ibérico, setas shimeji, cebolleta y huevo; el Kappa Ramen, perfectos para los amantes de las verduras, elaborado a partir de caldo de verduras con un ligero toque picante donde la protagonista es la calabaza a la parrilla, col china, espinacas y seta oreja de judas.
Otro de esos espacios que no hay que dejar de probar si lo que se busca es disfrutar de un buen ramen es Chuka Ramen, un pequeño local cuya carta está centrada en las diferentes formas en las que probar el plato estrella que le da nombre además de bao buns, dumplings y platos de temporada.
Sopa azteca, el verdadero sabor de México
El picante es uno de los sabores indispensables de la sopa más conocida de México, la sopa de tortilla, también conocida como sopa azteca. Su mezcla de texturas e ingredientes es otra de sus características más sorprendentes, pues mezcla insumos que de otro modo (y en una sopa) es posible que no se vieran juntos. El caldo de pollo, el aguacate, el queso mozzarella derretido, la cebolla fresca, las tiras de tortillas de maíz y el chile con una base de cebolla y tomate tatemado.
Esta delicia de la cocina mexicana de raíces aztecas se puede probar en diversos restaurantes de la capital y es una de las mejores formas para entrar en calor este invierno. El restaurante El Chaparrito la sirve con caldo de pollo, tortilla frita, queso, aguacate y chile en polvo. La carta de sopas en Mañanitas es otro de sus grandes atractivos pues, además de tener la de tortilla, cuentan con un consomé de barbacoa -con carne a la barbacoa, cilantro y cebolla- y pozole rojo -una sopa de maíz nixtamalizado con carne y especias-.
Sopa de wonton, el caldo con empanadillas chinas
En la cocina asiática los dim sum hacen referencia a todas esas empanadillas, rellenas de verduras, carne o pescado, que se sirven al vapor, fritas, a la plancha o, incluso, en sopa. Una de las más conocidas es la sopa de wonton, un caldo que tiene como ingrediente estrella los wonton cocidos. Estas pequeñas piezas se preparan a mano, desde la masa hasta su forma, con mucho cuidado y delicadeza para que no pierdan ni un ápice de sabor ni de ingredientes.
En Madrid, en pleno centro, existen varios locales que los elaboran a diario para que los comensales puedan probar los wonton en una rica sopa. Ejemplo de ello es Little Dragon, una de las últimas aperturas de cocina china en la capital, donde se puede ver de primera mano como elaboran de forma artesana estas pequeñas piezas, además de sus fideos y todos sus dim sum y xiaolong baos, unas pequeñas piezas de masa rellenas de pollo o cerdo que cuentan en su interior con un delicioso caldo.
China Crown (foto inferior) es otro de los locales en donde aprovechar a probar la verdadera cocina china entre la que se encuentra la sopa de wonton pero también otras especialidades como la sopa agripicante o la de fideos, además de los baos o el pato al estilo Pekín.
