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Cuando la actriz Anna Castillo llega a Ginkgo Sky Bar, en la planta 12 del Hotel VP Plaza España Design de Madrid, una luz vibrante y mucho buen rollo inunda este precioso restaurante y no puedes evitar fijar toda tu atención en ella. Da igual las impresionantes vistas que tienes en frente, con la Torre de Madrid, uno de los rascaielos más emblemáticos de la capital, haciendo guardia. Todo en ese momento es Anna, y su naturalidad, porque ella se muestra así, una más entre quienes la observamos atentamente.
Tras probar el cóctel 'Glassy', inspirado en el mar y en el tiempo que pasó en los veranos de su infancia y adolescencia en San Carlos de La Rápita, en Tarragona, que ha creado junto a Bombay Sapphire, charlamos con ella en un apartado con toda la sala del restaurante para nosotros. Pretendemos descubrir su lado foodie, que es muy potente, en una conversación amena y refrescante, como la bebida que ha salido de su inesperada faceta como bartender.
No nos sorprende descubrir que a Anna, confiese que su comida favorita es un plato de cuchara, y menos cuando nos habla de una versión del cocido en concreto que tiene que ver con su tierra; nos descubre su plato estrella y nos cuenta ese "secreto" que hace que suba a otro nivel. No podemos resistirnos a confesarte de que se trata de la pasta.
La protagonista de producciones como 'El Olivo' o 'La Llamada' también nos habla de "la copa perfecta", pero está claro que le encanta "su" glassy, un cóctel cítrico, dulce y salino; y nos deja otras pistas clásicas para los tragos: el Moscow mule, el Cosmopolitan y el Bloody Mary.
Entre las cosas que también preguntamos a Anna, pero no vamos a hacer "spoiler" de ellas, está con quién le encantaría compartir mesa, la banda sonora que le pone a las cenas con amigas, para esa "cita especial"... el personaje foodie que le gustaría interpretar, su destino gastronómico favorito; su restaurante favorito -que te adelantamos que está en Calella de Palafrugel (Gerona) y del que nos cuenta el plato que siempre pide allí o su último descubrimiento gastro.
También abrimos la puerta de su nevera, le preguntamos una vez ya metidos en harina por el utensilio de cocina que nunca le falla; por el producto que se muere por probar; por lo que no comería ni loca -si es que hay algo-; por lo que no se puede resistir, y finalmente por el mayor capricho foodie que se ha dado. Y nos lo cuenta todo, al natural, como es ella.
