Parece una enorme flor que brota en las faldas de la cordillera de Los Andes y es una invitación a la paz y al recogimiento, abierta a todas las personas sin importar su origen y creencias.

Enclavado en Santiago, el primer templo de la religión Bahá'í de Sudamérica, una cúpula de 30 m de altura, del estudio canadiense Hariri Pontarini Architects, se funde con la naturaleza, gracias a su forma curva compuesta de nueve "pétalos", susnueve entradas. De vidrio fundido y mármol portugués traslúcido, de día esta "piel" deja pasar la luz solar y cambia de tono según el momento, y de noche, resplandece.

Hecha con tecnología aeroespacial, varios premios internacionales aplauden su sobrecogedora belleza e innovador diseño.