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Ya lo sabemos, hay muchos (¿demasiados?) métodos para ordenar nuestras casas: por ejemplo, el popular enfoque minimalista de Marie Kondo, el Método KonMari. Pero cuando se trata de reducir el tamaño de nuestras pertenencias, y nos referimos a muebles, ropa, zapatos, accesorios de cocina e incluso documentos, para prepararnos para la vejez, el método sueco conocido como limpieza para la muerte es un enfoque que vale la pena considerar o al menos conocer.
¿Qué es la limpieza de la muerte sueca?
La limpieza sueca de la muerte es un concepto bien conocido en la cultura sueca y escandinava, en el que trabajas para eliminar artículos innecesarios de tu casa, para que tus seres queridos no tengan que cargar con la tarea después de que fallezcas. Y antes de que te de bajón y cierres esta página, sigue leyendo, porque lo interesante de este método es que sirve aunque falten muuuuchos años tan siquiera para pensar en la jubilación.
Y no es baladí, es un meticuloso método de organización que implica repasar todos los aspectos que te puedas imaginar del hogar, desde muebles y ropa hasta documentos, sí esos que acumulamos año tras año y que no logramos quitarnos de encima nunca. Es un proceso lento pero se ha puesto de moda últimamente, gracias a un programa de TV, The Gentle Art of Swedish Death Cleaning, producido por Amy Poehler. En resumen "la limpieza sueca de la muerte" plantea conservar las pertenencias esenciales, identificar los elementos que deseas o debes conservar y cuáles puedes eliminar, y no es un proceso fácil. Aunque sí muy agradecido. Por más joven que seas (y seamos), desde luego este método nos da una nueva perspectiva sobre el orden y organización de nuestras casas, y sobre todo lo que acumulamos y guardamos en casa.
Así que, echa un vistazo a las claves de este método y decide si este método de limpieza es adecuado para ti.
Reservoir Books El arte sueco de ordenar antes de morir
Claves del método "limpieza de la muerte sueca"
En 2017, la autora sueca Margareta Magnusson acuñó el término en su libro más vendido, The Gentle Art of Swedish Death Cleaning: How to Free Yourself and Your Family from a Lifetime of Clutter, lo que en español vendría a ser algo así como: El noble arte de la limpieza sueca de la muerte: cómo liberarse usted y su familia de una vida de desorden. En su guía, la autora anima a las personas mayores de 65 años a participar en la tarea, aunque nunca está de más empezar antes como decía más arriba, sobre todo porque ordenar es un gran calmante para el estrés.
Al empezar, concéntrate en las áreas que te resulten más fáciles de abordar. Según el libro de Magnusson, la buhardilla o el sótano pueden ser mejores, ya que suele ser donde acumulamos elementos innecesarios en exceso, como adornos viejos y rotos o documentos que en realidad ya no nos sirven. Empieza por deshacerte de las pertenencias a las que no te ate ningún vínculo emocional, y elige la categoría que deseas desechar primero, como ropa que ya no te pones ni nunca te volverás a poner, libros o incluso botellas medio vacías. En realidad, no hay límite de tiempo ni lista definitiva para saber cuándo has terminado. Se trata de cómo te sientes y de los objetivos que quieres lograr.
1 Empieza con el armario
No es necesario empezar con artículos personales y sentimentales, como cartas de amor o fotografías de tus hijos. De hecho, nuestros armarios y cajones pueden ser los más fáciles de organizar. Pero bien vale la pena repasar, seguro que tienes dos o más prendas del mismo color y talla que nunca te pones.
Elige ropa que ya no te quede bien, desecha camisas o pantalones dañados y dona artículos que ya no se adapten a tu estilo de vida. Y como es posible que tengas que clasificar una gran cantidad de ropa, no te preocupes por cuánto tiempo tardes. Empieza con la ropa de temporada y avanza gradualmente por todos los otros montones de ropa y enseres en el transcurso de los meses (¡o incluso años si es necesario!).
2 Ordena por tamaño
Para seguir desechando, piensa en los artículos más grandes, como cualquier mueble o adorno deteriorado almacenado en el garaje: mesas rotas, sillas o alfombras ya muy desgastadas. Luego, pasa a revisar artículos más pequeños que puedes tirar fácilmente en cajas. ¡Y sí, hablamos de esos zapatos que apenas usas, la colección de revistas que ya no vas a volver a ojear y mucho más!
Si te resulta más fácil, aborda habitación por habitación en vez de ordenar toda la casa a la vez. Puedes empezar en la cocina deshaciéndote de esos 20 platos escondidos en la parte de atrás de los armarios o de las ollas quemadas que todavía tienes en el horno. Mientras ordenas y limpias, te vas a encontrar muchos de esos artículos "por si acaso" que has estado guardando para emergencias pero que si lo piensas llevas ya algunos años sin darles ningún uso. Así que deshazte de ellos, tíralos o dónalos si aún están útiles, seguro que alguien les puede dar uso.
3 Empieza a comprar menos
¡Cuantos menos artículos tengas, menos tiempo necesitarás para limpiar! No importa a qué edad empieces la limpieza sueca de la muerte, verás que bien vale la pena empezar a limitar las compras para evitar grandes acumulaciones (bolsos, zapatos, mochilas, zapatillas...). Y no te preocupes, porque esto no significa que tengas que dejar de comprar las cosas que te gustan. Se trata simplemente de dedicar un tiempo para repensar sus compras; por ejemplo, no es necesario comprar otro par de zapatos cuando ya tienes una gran colección de zapatillas (¿o no?).
4 Comenta el proceso con tus seres queridos
Es posible que tu familia y amigos no entiendan por qué quieres iniciar este proceso, pero aun así es importante compartir el viaje con ellos. Además, es posible que tengas artículos que quieran conservar o piezas que quieran que guardes hasta el final (un dibujo del cole o un regalo de Navidad hecho a mano por tus hijos pueden ser tesoros que debas conservar). También podría ser útil invitarles a tu viaje de limpieza. Puede ser una forma bonita y nostálgica de revivir recuerdos juntos.
5 Lleva a cabo una desintoxicación digital
Hoy en día ya casi todo está en línea, incluidas tus contraseñas importantes y documentos compartidos a través de correo electrónico o Google Drive. Si bien el proceso puede parecer tedioso, puedes empezar poco a poco a clasificar los correos electrónicos y comprobar alguien allegado tenga tus datos de inicio de sesión, es un paso que no debes pasarse por alto. Algo que facilitará mucho los trámites es escanear los documentos más importantes como la escritura de tu casa, registros médicos, fotos y más, para guardarlos en una unidad flash. Deja los artículos sentimentales para el final.
En su libro, Magnusson recomienda dejar nuestras pertenencias más sentimentales para el final. Clasificarlos demasiado pronto puede echar al traste el proceso. No se trata de que nos dé un bajón al principio, hablamos de un proceso vital que durará muchos años. Los artículos como álbumes de fotos, cartas de amor de cuando éramos adolescentes, álbumes de recuerdos de viajes o reliquias familiares pueden seguir acompañándonos. Eso sí, cuando te pongas a ver fotos en cualquier momento, aprovecha a desechar las duplicadas o borrosas, y guarda las joyas de la familia en una caja especial. Es normal que estemos emocionalmente más apegado a estos elementos, así que este paso puede ser el más difícil. Por eso es importante hablar con familiares y amigos para mantener la motivación.
Recuerda: la clave es tomar conciencia. Nos servirá para que nuestra casa, desde ya, esté más ordenada y con menos "montones" que ya no sabemos dónde meter.
