Este holandés formó pareja profesional con Marcel Wanders desde 2001, año en que crearon Moooi, hasta mayo de 2015, cuando abandonó la firma. Hombre discreto, ha sido la cabeza pensante que, con un agudo sentido del marketing, ha posicionado la firma entre las más punteras.
¿Cómo se consigue eso? ¿Cuál es el secreto?
Empezamos sin pretensiones. Queríamos crear una marca con nuevos iconos de diseño, bellos y especiales. “Mooi” en holandés significa precioso y añadimos otra “o” para enfatizar ese concepto”.
Parafraseando un conocido film, ¿su historia comenzó cuando Marcel encontró a Casper?
Sí, yo entonces representaba a Tom Dixon y Marcel me pidió que fuese su agente. Aún no era famoso, pero supe ver sus cualidades y tuve la suerte de que alguien como él contactase conmigo.
¿Cuál es el estado actual del diseño holandés?
Como sello funciona, aunque hay firmas que se adhieren a él sin estar en línea con sus valores. Nuestro diseño se caracteriza por la libertad creativa al margen de los imperativos del mercado.
¿Qué creadores de su país darán que hablar?
Studio Job & Bertjan Pot marcan la diferencia. Moooi suele apostar por los jóvenes talentos... Nosotros apostamos por el talento, sea conocido o no, entendido como calidad de diseño.
Quizá por eso han trabajado con Jaime Hayón…
Sí, nos encanta porque es auténtico, lo que hace le sale del alma y tiene un estilo muy reconocible.
¿Qué opina del diseño español?
Nos gustaría trabajar con otros diseñadores de España, aunque he de confesar que no conocemos a los emergentes. Sólo pedimos que tengan el mismo espíritu creativo libre que los holandeses.