Un castillo en plena naturaleza
Entrar en el Château de Beauvoir, en la región francesa de Auvernia, para seguir rodeado de paisaje, es una paradoja que ha logrado la pintora Claire Basler. Las paredes son inmensos lienzos que te sumerjen en un mundo mágico. Pura poesía.
Va a ser cierto que mirar un cuadro durante horas, día tras día, deja un poso vital que, tarde o temprano, sale a la luz. Que se lo digan a Antonio López con sus frecuentes visitas al Museo del Prado, y es justo lo que le ha pasado a la pintora naturalista francesa Claire Basler. "Pasaba días enteros en el Louvre mirando a Watteau, Vouet, los autorretratos o las acuarelas de Chardin, el Ingres más tardío, y también a Caravaggio y Paolo Ucello", comenta Claire. De este modo, estudió su técnica y absorbió cómo el espíritu del pintor "para mí, los más interesantes son los franceses del s. XVII y XVIII", sale a través del pincel. Claire dice que se siente artista desde pequeña e indica: "Siempre he amado la libertad de expresión y la espontaneidad. Me gusta pintar con grandes y descoordinados movimientos y cuando era niña ya lo hacía fuera con las pinturas o con la comida ¡para desesperación de mis padres!".
Hoy es reconocida por sus sensuales creaciones de flores, tallos y árboles y, al final, ha encontrado su verdadera dimensión artística expresada a través de los grandes lienzos que siempre ha anhelado crear. Los ha plasmado en las paredes del Château de Beauvoir, en la región de Auvernia, una propiedad con alrededor de 40 habitaciones y cinco hectáreas. En la última década, después de vivir y acondicionar, junto a su marido Pierre, una antigua fragua en París y una vieja escuela en el campo, al sur de la ciudad, la restauración del castillo ha sido un reto importante, aunque no eran noveles.
Situado en pleno corazón de Francia, es el resultado de un trabajo en equipo. Pierre, que dejó su profesión de profesor en una escuela elementaria, se ha encargado, de forma autodidacta, de realizar todos los oficios que han sido precisos para restaurar el edificio: herrero, carpintero, albañil... Mientras, Claire optó por dar un total look al castillo tratando los tabiques como lienzos gigantes, con la intención de pintar cada habitación con un tema diferente. "Nunca pensé que mis pinturas serían las claras protagonistas. Quería conseguir la sensación de estar inmerso en un bosque", comenta. ¡Y lo ha conseguido! Uno camina por el jardín y el bosque circundante y aprecia rincones, ramas, flores que luego se encuentran cuando traspasa los muros de piedra de una antigua edificación que habrá vivido miles de historias y ahoraes como una inmensa galería de arte en construcción. Por este proceso han pasado ya diez habitaciones, cuatro se encuentran in progress y "el paso del tiempo nos mostrará cuál es el resultado final", indica la creadora. Tanto a Claire como a Pierre les encanta esta unión de dos, lo llaman two-togetherness y lo que les apasiona es también que el jardín y las estancias se llenen de invitados. "Un fin de semana llegamos a alojar hasta 500 personas que vinieron a ver mis obras", dice Claire desbordante de la energía vital que ha hecho posible esta aventura.
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