¡Este piso es un verdadero deleite para la vista!
De cara a la galería... Así vive Julien Lombrail, cofundador de la Carpenters Workshop Gallery y propietario de este apartamento parisino, donde el arte emergente reina libre entre piezas vintage.
En casa de Julien Lombrail se respira el arte. Basta traspasar el umbral de la puerta para toparse aquí y allá con las creaciones de jóvenes artistas como Vincent Dubourg, Franz West o Robert Stadler. Situado en el bohemio distrito parisino de Le Marais, el galerista lo adquirió en 2012 con la idea de comenzar una nueva vida en familia junto a su mujer, la actriz y productora de cine Nitsa Benchetrit. "Por aquel entonces, ella estaba embarazada y no paramos de buscar hasta que encontramos esta casa y sentimos que era nuestro hogar", comenta Julien. Cinco años (y dos hijos y una reforma) después, han transformado los 135 m2 del apartamento en un gran espacio de ambientes fluidos que ha conservado elementos de la arquitectura haussmaniana, como las chimeneas de mármol, el clásico parquet de espiga y las molduras de paredes y techos. En un guiño al estilo de los lofts neoyorquinos, derribaron el muro de la cocina para integrarla en el salón.
La idea era facilitar la comunicación entre ambas zonas porque, como explica Julien, "nos encanta tener invitados y disfrutar con ellos de esas comidas en las que la sobremesa se alarga hasta la cena. Además, a Nitsa y a mí nos gusta mucho cocinar (y hacerlo juntos). Por suerte, está enfrente el mercado des Enfants Rouges, que es increíble, y hay un montón de tiendas de comida alrededor".
La exquisitez se traslada también a la decoración, donde diversas piezas adquiridas en anticuarios y brocantes de París acompañan a rompedoras obras pictóricas y muebles-escultura, que son los verdaderos protagonistas. De hecho, han prescindido de estanterías "con la idea de dejar las paredes libres para colgar cuadros", apunta Lombrail, y de cortinas, "porque añaden un toque burgués que es interesante, pero resulta menos contemporáneo". Lo cierto es que la relación de Julien con el mundo del arte viene de lejos. Casi se podría decir que lo lleva en su ADN, ya que su padre, Francis Lombrail, era tasador, y su madre, Ingrid Donat, es artista. "Empecé hace 12 años ayudando a mi madre, que mezcla la escultura con el mobiliario. Le busqué una galería y me encargué de la producción, especialmente de la fundición del bronce. Me di cuenta de que me gustaba y hablé con mi socio, Loic Le Gaillard, para dedicarnos a promocionar el trabajo de diseñadores recién graduados", cuenta. Así fue como nació la Carpenters Workshop Gallery, que surte a la vivienda periódicamente con obras artísticas y productos de diseño de los últimos young talents. Una especie de banco de pruebas en el que Julien "testa" las piezas que expone y que hace que la decoración se renueve frecuentemente. Como la energía, se va transformando...
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