"Si tienes el poder de colocar un trozo de tela de menos de medio metro sobre la cabeza de una mujer, significa que tienes poder sobre toda ella". La frase es de Nasrin Sotoudeh, abogada iraní encarcelada por defender casos de mujeres que se habían quitado el velo en señal de protesta, pero escuchada de los labios de la artista iraní Shirin Salehi (Teherán, 1982), cobran un aspecto aún más terrorífico. La dominación, la sumisión, el silencio, la discriminación, la ausencia de derechos.

Shirin Salehi es una artista que vive y trabaja a medio camino entre Madrid y Nueva York. Lleva ya casi 25 años fuera de su país natal y ya no puede volver, pues como a tantas otras que hablaron sin límites y censuras, que denunció y no se calló, que señaló lo inaceptable y la falta de derechos de las mujeres, le cerraron las fronteras.

Salehi tiene una presencia magnética; es una de esas personas que se hacen querer a la primera, que conquistan al equipo con sus palabras, cuyo pausado hablar encierra sabiduría, dolor y experiencia y muchas, muchas ganas, de que la tragedia que está pasando en Irán no sea una más, sino la final, la que dé la libertad definitiva a su pueblo.

shirin salehi, foto daniel valdemoro
Shirin Salehi lleva traje pantalón beige color camel blazer cruzada, de Max Mara; top cachemir gris, de Zara y botas negras de Zara.

La artista recuerda todas las oleadas de dolor que ha sufrido Irán. Por ejemplo, la de noviembre de 2019, cuando el pueblo salió a protestar por la subida del precio de la gasolina. "Según Amnistía Internacional, fueron asesinadas 300 personas en una semana, aunque se cree que fueron muchas más", señala.

"Muchos jóvenes detenidos ese mes fueron luego ejecutados; el régimen enterraba los cuerpos a escondidas o apresuradamente para que los entierros no provocaran más protestas, y se detenía a los familiares, que no se habían podido despedir de los jóvenes, para que no hubiera más movilizaciones", explica. "La sociedad iraní lleva una situación de luto permanente y ya no hay quien lo aguante", añade Salehi pausadamente, intentando apuntar cuál es la gota que ha colmado el vaso de su pueblo más allá del asesinato de Masha.

La muerte de Masha a manos de la 'policía de la moral' ha desatado a mujeres (que han protestado, como hemos visto, cortándose el cabello y quemando velos) y a los hombres, que las acompañan manifestándose en las calles: "Los hombres entienden que luchar por los derechos de la mujer es luchar por los derechos de todos", señala la artista teheraní.

"Echamos de menos políticos más valientes y honestos que toquen la hondura de lo que pasa en Irán"

Sus ojos negros se clavan en el interlocutor, pero Salehi tiene una capacidad enorme de conquistar a su auditorio. Quiere que dejemos por escrito la salvajada de envenenar niñas en Irán con gas solo por querer estudiar, como ejemplo de hasta dónde puede llegar la maldad del régimen islámico. Y sigue narrando frases que se clavan en las entrañas: "Las mujeres se manifiestan a pesar del peligro en el que se encuentran porque no tienen nada que perder y porque su sentido de justicia es mayor que el miedo".

Ella forma parte de los miles y miles de iraníes en la diáspora, que, como ella misma afirma, no dejan de sufrir y de sacar fuerzas de flaqueza. Lo que hacen es "difundir, sensibilizar, concienciar, ocupar los espacios públicos para hacer eco de lo que está pasando, y acercar a las sociedades civiles de los países donde residimos todo lo que está ocurriendo".

shirin salehi, foto daniel valdemoro
Shirin Salehi, con jersey canalé gris cuello alto, de Zara; chaleco a rayas negro, de The Kooples; pantalón gris de Roberto Verino y botas de Zara.

Shirin Salehi cree que, en Occidente, hay muchos conceptos equivocados sobre la mujer musulmana; por ejemplo, que son sumisas. "La sumisión ha sido una herramienta de poder sobre nosotras, pero no está en nuestra naturaleza, ni es una cuestión cultural. Genera una compasión desde la verticalidad y no necesitamos eso".

Human Rights Activists in Iran señalan que la cifra de muertos desde septiembre de 2022 supera los 500, pero nadie sabe el dato exacto. Sin embargo, Salehi es optimista, y cree que todo terminará. Bien, por supuesto. "Siento que la sociedad iraní está preparada para un cambio enorme, hay que construir mucho juntos, aprender a escucharnos, confiar en quien piensa distinto de nosotros por un bien común".

La entrevista es oro puro; no te la pierdas.