Reconozco que el otro día fruncí tanto el ceño al ver un titular que en este preciso instante, mi frente es un pentagrama, y no (sólo) por culpa de la edad. ‘The Cut’ publicó un artículo en el que explicaba a sus lectoras por qué lo idóneo es enamorarse de Jack Black, y no de Jude Law, en la película ‘The Holiday’. Lo sabemos: el físico no lo es todo y lo maduro es apostar por parejas con responsabilidad afectiva, madurez y sin miedo al compromiso, pero, ¿de verdad es necesario dedicarle tantos párrafos a aplaudir al personaje al que da vida Black? ¿Por qué nos empeñamos siempre en hacernos ver que el menos agraciado nos va a tratar mejor? Al hablar sobre la decisión de elegir a Jack Black para el casting, Nancy Meyers lo tuvo claro: “Soy consciente de que no es Clark Gable: no es alto, moreno ni guapo. Pero es adorable. Es mi manera de decir que este es el tipo de persona adecuado”.

"Nos empeñamos en recordar que el pretendiente menos agraciado es el mejor y el más empático"

Un momento. Un momento... ¿Acaso alguien ha escrito acerca de por qué Luke, en las 'Gilmore Girls', tendría que haberse fijado en el personaje al que da vida Melissa McCarthy en lugar de en la neurótica -pero bellísima- protagonista? ¿Alguien ha dedicado una sola línea a echarle en cara a Don Draper, de 'Mad Men', que se obsesionara y liara con todas menos con la inteligentísima Peggy Olsen? Al parecer, estamos empeñados siempre en recordar que el pretendiente menos agraciado es el mejor, el más empático y el más cariñoso, pero cuando hablamos de mujeres, nadie se esfuerza ni un segundo en recordar que no es siempre la que tiene la sonrisa más blanca la que va a hacer a su pareja más feliz.

En realidad, nos hemos acostumbrado a esas parejas en las que el físico de él es lo de menos (¡Hola, Woody Allen!), porque al parecer, cuando hablamos de hombres, es más importante la materia gris que el 'six pack'. Por supuesto, nunca es al revés. Quizás estamos dejando pasar por alto la peligrosa idea de que el físico lleva asociado un cierto modo de conducta. Las historias de bellezas disímiles, por cierto, son habituales también en el cine de Judd Apatow, y es llamativo el hecho de que cuando en la serie 'Girls' Lena Dunham se acostó con Patrick Wilson, los críticos se apresuraron a señalar que no era creíble. “Qué cansino es tener que exclamar “¡misoginia!” todo el rato, pero es lo que define este caso. Las personas que cuestionan la idea de que una mujer pueda acostarse con un hombre que en teoría, es mucho más bello que ella, responde a esas ideas realmente obsoletas sobre lo que hace que valga la pena pasar tiempo con una mujer. ¿No te imaginas un mundo en el que una chica no tan agraciada y extrañamente sociable saque a un chico de su caparazón durante dos días? ¡No se van a casar! ¡Pasan dos días en la cama, y esas cosas pasan!”, explicó al respecto a ‘LA Times’.

"La mujer bella es un premio para el hombre y no se le permite ser otra cosa más allá que guapa"

Lo sé, ‘Supersalidos’ jamás fue ni será carne de Oscar (ni ha aspirado a serlo, presupongo y espero), pero lo realmente preocupante (más allá de la dolorosa traducción del título) es que el grupo de pardillos que protagoniza la película tiene como interés romántico a Emma Stone, convirtiéndose una vez más la mujer bella en una especie de recompensa a quien pro cierto, no se le permite ser otra cosa más allá que guapa.

"¿Por qué pueden ser hermosas y fijarse en un orco? Porque es el perfecto premio para el perdedor"

“El cine de Hollywood tiene la culpa de esta teoría que nos hemos comido con patatas. ¿Por qué ellas pueden ser hermosas y fijarse en un orco? Porque es el perfecto premio para el perdedor. Las películas las han hecho esos señores que entendían que en el cine, podían tener el premio que merecen, que no es otro que era acostarse con la rubia”, comenta la periodista Mariola Cubells. “Estoy harta de ver al feo aprendiendo a ligar. Por supuesto, para hacerlo no se tiene jamás que embellecer, como sí lo tiene que hacer en cambio la Betty La Fea de turno. A ellos no se les aplica la teoría de la invisibilidad. Es esencial entender que esa teoría etérea, heterosexual y heteropatriarcal está pasada de moda, y somos nosotras las que podemos destruirla y quitárnosla de la cabeza. ¿Que al hacernos mayores nos hacemos invisibles? Invisibles... ¿Para quién? Nunca se dice que a partir de una edad determinada, el hombre se vuelve invisible, porque a nosotras en teoría nos importan menos el físico y las arruga y tenemos otras consideraciones hacia ellos", comenta la autora de 'Mejor que nunca: Felices, imbatibles y pioneras'.

jeff bezos y lauren sanchez
Paul Morigi//Getty Images
Jeff Bezos y Lauren Sanchez

"Por cierto... ¿Por qué es tan habitual ver a vejestorios o a futbolistas no agraciados con pibones? En cambio, cuando la mujer es fea o millonaria y aparece con un chavalín, es sometida al escarnio, vilipendiada, parodiada... Cuando pasa al revés, la imagen que se vende es la de un gran ganador. El trofeo es la mujer".

En una sociedad que crea términos como dad bod con los que normalizar la silueta de ese hombre que ha cambiado el gimnasio por las tapas y las cervecitas, la idea de que las mujeres se enamoren de los menos agraciados construye un imaginario popular cuyas bases han sido asentadas, por supuesto, por ellos. Esta idea viene no sólo a normalizar, sino incluso a sensualizar, al hombre que se aleja de los cánones de belleza, mientras que las siguen asfixiadas por la presión estética.

"Hay un sistema en el que ellos tienen el poder en el que dicen que el hombre mayor es atractivo"

"¿Os habéis dado cuenta de la de hombre mayores que van con chicas jóvenes?¿Sería posible que haya un sistema en el que los hombres tienen la mayor parte del poder cultural y económico y se hubieran dado auto bula estética para ellos, que hubieran hecho obras de teatro y cine con actores mayores que salen con chicas jóvenes en que ellos se auto conceden bula estética? Dicen “el hombre, cuanto más feo, más hermoso”, “las mujeres solo tienen una virtud: estar jóvenes y ser guapas”, “las mujeres se estropean pronto, las mujeres enseguida tienen celulitis”... ¿Y si fuera que ha habido históricamente un sistema en el que ellos tienen el poder y hubieran dicho que el hombre mayor es atractivo, que el hombre con tripa es atractivo y que el hombre siempre es atractivo, porque buscan el atractivo en cosas que no son su cuerpo? Se van haciendo interesantes con los años y parece que nuestro valor está en estar jóvenes, tersas y guapas”, dice Ana de Miguel, profesora de filosofía, en el podcast Abro Paraguas

La triste realidad es que por más que no le prestemos atención al físico en ocasiones al buscar pareja e incluso al enamorarnos, en lo que somos verdaderamente expertas en pasar por alto las dichosas red flags.