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(Ojo, spóilers en el artículo)
Se ha convertido, queriendo o sin querer, en uno de los estrenos más importantes en el mes de febrero de Netflix: 'Siempre el mismo día' es una serie romántica que ha causado sensación en el público de la plataforma, una agradable serie romántica corta de 14 episodios de menos de 30 minutos, que se ve en poco más de seis horas.
Si has leído el libro de David Nicholls en el que se inspira la serie y la película original de 2011, protagonizada por Anne Hathaway, ya sabes más o menos lo que pasa según va transcurriendo el tiempo y avanzan los años en los que coinciden los dos protagonistas, Emma Morley (Ambika Mod) y Dexter Mayhew (Leo Woodall).
Sin embargo, si tienes un poco de sexto sentido, el final de 'Siempre el mismo día' es cualquier cosa menos alegre. De hecho, la primera vez que ves a Emma cerca de una moto es suficiente para ponernos de los nervios. Todos pensábamos que en Netflix iban a cambiar el final que vimos en la peli de Hathaway, pero no, el disgusto nos lo llevamos igual.
Emma lleva, en este caso, el casco, y mira a ambos lados en el cruce para comprobar si vienen o no vehículos. Cuando se incorpora a la vía, suena un claxon y Emma recibe un golpe violentísimo, mucho más que en la peli. Su cuerpo se estrella contra el parabrisas y cae al suelo en una escena espeluznante, impactante e injusta.
Episodios antes, Emma había alcanzado el éxito literario y pasado varios años con Dexter en una dulce felicidad en la que nos recreamos durante un tiempo. Así que cuando llega la muerte no la digerimos, ni siquiera nos ayuda a pensar que la serie se va a centrar en desarrollar el personaje de Dex.
Como es lógico, este se ve inundado de una enorme tristeza, se da a la bebida y... aparece Emma fantasma (debe ser que se ha puesto de moda en las series británicas tras aparecer Lady Di en 'The Crown 6'). Se tumba sobre el regazo de él mientras Dexter no deja de llorar y después se esfuma como si nada. No queda demasiado sentimentaloide, así que adelante.
Lo mejor del episodio final está al principio, cuando por fin nos desviamos del 15 de julio para pasar a un flashback de las Navidades de 1988. La vida es buena. No sólo Emma está viva, sino también la encantadora madre de Dexter. Ni Dexter ni Emma han sufrido los golpes de la edad adulta.
Quizás se podría haber cambiado el final para que no hiciera tanto daño al espectador, porque nos hace pensar si la serie en realidad es la vida de Dexter en solitario en vez de la 'compartida' con Emma. Dijo en su momento el autor del libro, defendiendo la muerte de Emma: "Necesitas hacer algo impactante, o de lo contrario es sólo una historia de 'lo harán o no lo harán' de mejores amigos que podrían ser algo más, y esa es la historia más vieja que hay".
Pero nosotros tenemos algo más que decir. Estamos hartos de esos finales en los que "la protagonista muere de forma inmerecida, desagradable y sensacionalista por el crujido metálico de un vehículo". Simplemente porque es un truco igualmente manido en muchas películas y series, y ni siquiera es uno bueno.
