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30 cosas que no sabías de El cuento de la criada
Por ejemplo, que está repleta de carga simbólica.
El Cuento de la Criada se encuentra inmersa en su segunda temporada, pero antes de que te pongas a disfrutar de los nuevos capítulos quizá sea buena idea que seas consciente de algunas curiosidades en las que, tal vez, no habías reparadao mientras veías la primera temporada.
Margaret Atwood hizo un cameo en la primera temporada.
Margaret Atwood, la autora del libro en el que se basa El cuento de la Criada hizo un pequeño cameo en el episodio piloto de la serie, dando vida a una de las Tías, concretamente la que abofetea a Defred.
Los hechos más escabrosos están basados en hechos reales.
Aunque el universo distópico que narra El Cuento de la Criada puede parecer inverosímil, Atwood ha señalado que mientras escribía el libro trató de ser fiel a las atrocidades que el hombre había cometido históricamente contra sus semejantes. "Una de mis normas consistió en no incluir en el libro ningún suceso que no hubiera ocurrido ya a lo largo de la historia del hombre, así como ningún aparato tecnológico que no existiese ya. Nada de cachivaches imaginarios, ni leyes imaginarias, ni atrocidades imaginarias. No quería que me acusasen de tener intenciones aviesas y oscuras o de tergiversar el potencial que tiene el hombre para comportarse de forma deplorable".
La habitación de Defred se decoró con la intención de mostrar todo lo que había perdido.
En una entrevista para Architectural Digest, la diseñadora de producción de la serie, Julie Berghoff, explicó que la habitación de Defred es un reflejo de todo aquello que nunca más podrá disfrutar. "Pusimos un escritorio, pero no Defred no puede escribir, así que es una manera de hacerla recordar que 'Oh, soy escritora y ahora no puedo sentarme a escribir'".
Elisabeth Moss rodó la primera temporada sin maquillar.
En otra entrevista en Time, Moss y Atwood revelaron que Moss grababa sin maquillar. "Bruce Miller, productor ejecutivo y guionista, dijo que así la acción resultaba más directa y que cada tic del rostro era más visible", explicó Atwood. "Nada se interponía entre la cámara y tú", añadió Moss. "Y lo mismo sucedía si estaba pálida, me sonrojaba o tenía frío: era algo que se notaba en seguida. Y para que fuese más evidente hacíamos muchos planos cortos".
Atwood tenía una buena razón para ambientar su historia en Estados Unidos.
Aunque Atwood es canadiense, prefirió ambientar su historia en los Estados Unidos, porque "no creía que Canadá pudiera ser un escenario verosímil para un régimen totalitario. Tengo que decir que el grado de oposición a una cosa así sería muy fuerte en Quebec", declaró en una entrevista. "Canadá ha sido históricamente un lugar de refugio, por eso es donde huyen todos en El Cuento de la Criada. Incluso ahora, la gente busca refugio allí, es algo que se ha repetido cíclicamente a lo largo de la historia".
El Comandante y Serena Joy son ladrones de arte.
Si te has dado cuenta, el Comandante y Serena Joy tienen cuadros magníficos y muy famosos colgados en las paredes de su casa que no son precisamente copias. "Hicimos que se colaran en el Museo de Arte Moderno de Boston y robaran sus cuadros favoritos", dijo Berghoff en una entrevista para el portal W. "Serena Joy es acuarelista y le encanta la naturaleza, por eso tiene tantas obras de Monet".
En el libro no se desvela el verdadero nombre de Defred.
Mientras en la serie se hace referencia, desde el primer momento, al nombre real de Defred, June, no ocurre lo mismo en el libro, donde nunca se desvela su verdadero nombre. En cierto momento del libro se menciona el nombre de "June", por lo que muchos lectores especularon con la idea de que este era el nombre real de Defred y en la serie decidieron utilizarlo. Atwood, por su parte, ha dicho que no tenía previsto que Defred se llamara June, pero que tampoco tenía mayor problema en que se utilizara el nombre de Defred.
Moira es blanca en el libro.
En el libro, el régimen racista de Gilead traslada a todas las personas de color al Medio Oeste. Sin embargo, los productores de la serie pasaron por alto este aspecto. Bruce Miller, el productor ejecutivo, declaró en el portal TVLine que los productores discutieron detenidamente el asunto con Margaret Atwood. Miller explicó que resultaba más fácil trasladar a toda esa gente en un libro que hacerlo en la pequeña pantalla.
También añadió: "Además, ¿cuál es la diferencia entre una serie sobre racistas y una serie racista? ¿Por qué deberíamos contar la historia de Defred en lugar de contar la de toda la gente de color que fue enviada a Nebraska?"
Wiley habló en Vanity Fair sobre la reacción de los fans a este cambio: "Por una lado está quien cree que es una idea maravillosa y que es genial que lo hayamos hecho así y, por otro están los 'puristas', a los que no les gusta el 'cambio'".
La condición sexual de Emily tampoco se concreta en el libro.
Otro de los grandes cambios respecto al libro es el personaje de Emily, interpretado por Alexis Bledel. La orientación sexual de Emily y su matrimonio con otra mujer solo aparecen en la serie, aunque Atwood reconoce que cambios como este hacen que la historia parezca más actual e interesante para el público de hoy en día.
"Es algo muy actual", declaró a Vanity Fair. "En el libro, no se habla mucho de Deglen. En la serie se deja muy claro que es lesbiana y que está casada con una mujer. En 1985 no se podía ser tan explícito. No habría tenido sentido. La gente no hablaba así. Pero en la actualidad todo eso ha cambiado".
El Comandante y Serena Joy son mucho más jóvenes en la serie que en el libro.
Otro cambio importante en la adaptación a la televisión está relacionado con la edad del matrimonio con el que convive Defred. En el libro, Serena Joy y el Comandante son muy mayores, mientras que en la serie, son mucho más jóvenes. La justificación para este cambio fue la de provocar un "enfrentamiento directo" entre Defred y Serena, al tiempo que dejar constancia de lo duro que es ser mujer en Gilead.
El supermercado fue lo más difícil de recrear.
En Gilead está prohibido leer y, en consecuencia, todas las etiquetas de los alimentos del supermercado están censuradas. Todo debe etiquetarse con símbolos e imágenes, algo de lo que se encargó el equipo de diseño. "El supermercado fue probablemente uno de los lugares más difíciles de recrear, porque tuvimos que hacer las etiquetas una a una" explicó Berghoff a Architectural Digest. "El equipo de diseño tuvo que crear cientos y cientos de etiquetas y luego pegarlas a los envases".
También resultó complicado para algunos actores.
En una entrevista para Architectural Digest, Wiley dijo que las escenas de compra en el supermercado fueron de las más difíciles para ella, porque hacen que los espectadores se den cuenta de lo actual que resulta la serie hoy en día.
"Cuando van a comprar, no lo hacen en un lugar que parece sacado del pasado, sino que es un lugar muy parecido a nuestros centros comerciales. Creo que son esos detalles los que hacen más inquietante la serie. Se trata del mismo mundo en el que vivimos ahora".
Las Criadas visten de rojo por varias razones.
En un artículo publicado en el New York Times, Atwood explicaba lo que simbolizan los vestidos rojos de las criadas. "Las criadas visten de rojo como símbolo de la sangre del parto, pero también se trata de una alusión a María Magdalena", escribió. "Por otro lado, el color rojo también es más fácil de ver si intentas huir".
Los colores de los vestidos determinaron los colores que dominan en la serie.
Berghoff declaró a Architectural Digest que la habitación de Defred es blanca para evocar la sensación de estar en un sanatorio, mientras que las habitaciones de Serena Joy está decoradas en tonos azules. "Era una oportunidad de utilizar estos colores como representación del sistema de castas. Mi idea era que hubiera una habitación específica para cada personaje".
Hasta el nombre de Defred es simbólico.
Los nombres tampoco están exentos de carga simbólica. "Defred es una combinación de un nombre propio masculino 'Fred' y la preposición que denota pertenencia 'de', al igual que ocurre en alemán con 'von' o con el sufijo 'son' en los apellidos en inglés", explicaba Atwood en el citado artículo en el New York Times. En el original inglés, el nombre es Offred, que también se puede relacionar con 'offered' (ofrecido/a), lo que podría aludir a una ofrenda religiosa o a una víctima ofrecida en sacrificio.
La distopía de El Cuento de la Criada se inspira en la comunidad puritana.
Atwood ha declarado que el gobierno totalitario de Gilead se inspira en la comunidad puritana estadounidense. "La revista de la Universidad de Harvard hizo una crítica muy desagradable de mi libro", aseguró la autora. "Sin embargo, una de las personas a las que le dedico el libro es Perry Miller, a quien tuve de profesor en Harvard y toda una autoridad en la materia del puritanismo en Estados Unidos. Descubrí que las raíces del totalitarismo en Estados Unidos se encuentran en la teocracia reinante en el país durante el siglo XVII. La Letra Escarlata (obra publicada en 1850 por Nathaniel Hawthorne y ambientada en la puritana Nueva Inglaterra de principios del siglo XVII) no difiere mucho en su planteamiento de El Cuento de la Criada".
El título alude a otro famoso libro.
Atwood ha confirmado que, en un principio, el título del libro iba a ser Defred, el nombre de su protagonista. Sin embargo, mientras lo escribía, surgió la idea de cambiarlo. "Mientras lo escribía, decidí cambiar el título a El Cuento de la Criada, en parte como homenaje a los Cuentos de Canterbury de Chaucer, pero también en referencia a los cuentos de hadas y a los relatos folclóricos: la historia que narra el personaje central forma parte de lo increíble, lo fantástico, igual que las historias relatadas por quienes han sobrevivido a algún suceso trascendental", comenta la autora.
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