Cada vez es más frecuente presenciar imágenes en restaurantes y bares (que se supone que son espacios idóneos para hablar, comunicarnos y compartir), en las que vemos a dos personas que están juntas pero que se ignoran completamente por estar sumergidas y concentradas, cada una de ellas, en lo que les muestran sus teléfonos móviles. O lo que es aún peor, que una de ellas esté hipnotizada mirando la pantalla de su dispositivo mientras la otra espera a que le preste un poco de atención para poder hablar de algo o compartir alguna cosa importante.

Se trata de algo que en inglés han denominado 'phubbing' (una mezcla entre phone y snubbing, es decir, entre teléfono e ignorar) y significa algo así como ignorar al otro por prestar atención solamente al teléfono móvil, ordenador u otros dispositivos inteligentes). Por supuesto no estaríamos hablando de cuando uno tiene trabajo o necesita concentrarse para realizar una tarea importante sino de cuando dejamos que nuestra atención se centre solamente en la pantalla en momentos en los que podríamos aprovechar para tener ese contacto social tan importante y necesario (sobretodo si queremos alimentar relaciones saludables) con aquellos que nos rodean.

Quien ha incorporado este nocivo hábito suele mostrar una serie de síntomas bastante frecuentes:

  • Dificultades para desconectar del mundo digital incluso en momentos importantes o íntimos.
  • Tener la necesidad, incluso estando con otras personas (pareja, familiares…) de estar constantemente buscando algo por internet, consultando, entrando en las redes sociales, llevando esto a desconectar de lo que le están diciendo o incluso a olvidar de qué hablaban.
  • Sentirse ansioso y angustiado si no puede acceder al móvil durante un largo período de tiempo.
  • Dificultad para afrontar determinadas situaciones cara a cara. Sentir mayor comodidad pudiendo hacerlo a través del móvil por no tener que enfrentarse directamente a la otra persona.

En cualquier caso, del phubbing lo más preocupante es la parte social. El hecho de estar con tu pareja en un restaurante y que dejes de prestarle atención, de hablar con él o ella, de mirarla a los ojos por el hecho de agarrar el móvil y sumergirte en lo que este tiene para ti, es poco agradable, poco respetuoso y poco atractivo para quien te acompaña. A nadie le gusta compartir momentos con otra persona y sentirse profundamente solo. Y de hecho, sabemos que la soledad que se experimenta estando en compañía, es de las peores que existen.

¿Qué hacer?

  • La comunicación es lo primero. Es decir, lo más importante es hablarlo. Si estás compartiendo cualquier momento con alguien (sea tu pareja, tu hijo o tu amigo) y te sientes ignorado porque agarra su móvil y literalmente pasa de ti y se pone a leer cosas o hablar con alguien más), debes expresarle tu incomodidad lo antes posible. Probablemente (y aunque parezca imposible) no se da cuenta de ello y cuando se lo digas, podrá verlo. Observa cómo reacciona y si se siente mal o si considera que eso está bien, en cuyo caso, te tendrás que replantear por qué sigues quedando con esa persona.
  • Como suele tratarse de personas cercanas, es recomendable establecer unas reglas o pactos. Hay parejas que deciden que cuando van a cenar dejan los móviles en casa o en el bolso o los dejan en modo avión para que no les interrumpan. En muchas ocasiones, es mejor una cena de calidad juntos de vez en cuando que salir cada dos por tres y sin compartirlo de verdad.
  • Prestar atención a lo que nos comparte la otra persona, escuchar atentamente, demostrarle que lo que nos dice nos importa. Que él o ella nos importa. A veces nos damos cuenta de que nos han estado hablando y no tenemos ni idea de lo que nos han dicho por estar demasiado pendientes del móvil, de los mensajes que entraban, de cuando se ilumina la pantalla o de lo que sea que este nos muestre. Es muy triste pero hoy en día esto es algo que ocurre con mucha frecuencia.

Por supuesto algunas personas trabajan con el móvil y necesitan estar más pendientes de este por una cuestión profesional. En estos casos, de nuevo es muy importante la comunicación, que la pareja lo entienda y lo apruebe para evitar malestares y malos entendidos y sobre todo, tratar de mantener el contacto, la intimidad, la presencia y la cercanía en la mayor medida posible. De no hacerlo, la relación se puede acabar resintiendo.


La jefa: Silvia Congost

silvia congost
ELISABET SERRA 
 elisabethserrastudio@gmail.com

Silvia Congost es psicóloga experta y un referente nacional en autoestima, dependencia emocional y relaciones tóxicas, conferenciante, autora de 9 libros, y una líder inspiracional en redes sociales y medios de comunicación. Tiene 20 años de experiencia profesional en el sector de la psicología y cuenta con centros en Barcelona, Girona y Madrid, además de realizar terapia online con pacientes de todo el mundo, donde junto a su equipo ha ayudado a miles de personas a reforzar su autoestima, liberarse de relaciones tóxicas y apostar por la vida que realmente sueñan gracias a su propio y exclusivo método.

Puedes encontrarla en Instagram (@silviacongost) y en su canal de YouTube.