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Es cierto que tristemente en nuestra cultura el papel del psicólogo aún no está lo normalizado que debería estar. Aún predomina bastante la tendencia a pensar “tengo que poder yo solo”, “ya sé lo que tengo que hacer”, “ya sé lo que me van a decir” o “y qué va a saber un psicólogo de mi vida o de cómo solucionarla”. Asociamos la idea de ir al psicólogo con la idea de no ser suficiente, de ser débil o de no ser capaz. El psicólogo siempre es la última de las opciones cuando ya no podemos más y decidimos dar ese paso, con la cabeza entre los hombros y sintiéndonos fracasados.
Esto es porque no sabemos identificar ni detectar el dolor o malestar emocional de la misma manera que identificamos el dolor físico. Hay una tendencia al autoengaño y a la normalización de todo aquello que nos duele emocionalmente. Y por supuesto, también hay un factor social y cultural que arrastramos desde hace muchos años bajo esa errónea creencia de que “si vas al psicólogo es porque estás loco”.
¿Cómo saber si necesito ir a un psicólogo?
Hoy en día, se pueden hacer procesos de crecimiento personal y autoconocimiento aunque estemos psicológica y emocionalmente sanos ya que son increíblemente positivos para todo el mundo. Conocerse y entenderse nos ayuda muchísimo a relacionarnos mejor con la vida y con las otras personas. Pero está claro que aún no hemos llegado a ese punto de conciencia y aquellos que acuden al psicólogo, por lo general es porque se encuentran bastante mal.
Son muchas las señales que te indican que estás en una situación tóxica (ya sea en tu trabajo, con tu familia, con tu pareja, tus amigos o a nivel existencial). Las más frecuentes son:
- Síntomas depresivos: lo ves todo negativo o cuesta arriba, has perdido la ilusión, te sientes triste y tienes ganas de llorar todo el día, no ves salida ni esperanza, todo te pesa…
- Síntomas de ansiedad: ataques de pánico, problemas en la piel o a nivel digestivo, insomnio, conductas evitativas…
- Síntomas obsesivos: estás dando vueltas una y otra vez a los mismo, no puedes dormir por las noches, te angustias pensando en ello, estás focalizado en todo lo que va mal, te sientes perdido, atrapado…
- Síntomas de mala autoestima: inseguridad, miedo irracional y paralizante, comparaciones constantes, celos, control…
¿Cómo elegir al profesional adecuado?
- Es muy importante reflexionar sobre qué es lo que te ocurre para tratar de buscar un experto en ello. Si acudes a un profesional que es especialista en tu problema, tendrás muchas más probabilidades de que te ayude a superarlo de forma más rápida y más transformadora, es decir, asegurándote de que no te vuelva a suceder lo mismo una vez resuelto.
- También debes percibir que el profesional sabe de lo que habla, que te aporta seguridad y te hace sentir que estás en buenas manos, que estás donde debes estar, que es justo lo que necesitabas. Tener esa certeza es una garantía de éxito en el proceso.
- Sentir conexión con el profesional. A veces, con solo escuchar cómo habla o lo que transmite ya sientes si hay o no esa conexión, si se trata de una persona que te va a entender o no. Sentir que conectas con el profesional es básico a la hora de hacer una elección correcta.
¿Cómo saber si la terapia está funcionando?
Son varios los indicadores que nos demuestran si el proceso que estamos haciendo está funcionando o si, por el contrario, estamos perdiendo el tiempo y el dinero.
- Cada vez que sales de una sesión de terapia, sientes paz o bienestar. Aunque el problema no esté resuelto sientes un halo de esperanza, sientes que hay salida y que estás en el lugar correcto para que te ayuden a encontrarla.
- Aprendes: tras cada sesión sientes que has aprendido algo, que te ha aportado luz en algo, que te ha ayudado a ver o entender algo. Son enseñanzas o tomas de conciencia que te permiten estar mejor en tu vida, estar más conectado contigo y menos dependiente de lo que ocurra con los demás. Con cada sesión vas liberando un poquito de tu dolor, vas ordenando todo lo que te perturbaba y vas adquiriendo más claridad.
- Aquellos que están a tu alrededor, los que te conocen bien y te quieren, notan tu mejora y te lo dicen. Te ven mejor y se alegran sinceramente por ello.
Ahora bien, si por el contrario lo que sientes es que el proceso que estás haciendo no te está sirviendo, que allí pierdes el tiempo o que no sabes por qué sigues yendo, si sientes que el psicólogo no te comprende, que no te da herramientas para que puedas solucionar lo que te sucede, si sigues con tu problema y no notas ninguna mejora tras varias sesiones, entonces probablemente es hora de hacer un cambio de profesional.
¡Importante!
Si no has tenido suerte con la elección del psicólogo, trata de no desanimarte pensando que nadie te puede ayudar o que eres un caso perdido. A veces solo es cuestión de encontrar a la persona correcta y entonces todo se desatasca de repente con una sorprendente rapidez y facilidad. Si no estás convencido, sigue buscando y aparecerá.
La jefa: Silvia Congost
Silvia Congost es psicóloga experta y un referente nacional en autoestima, dependencia emocional y relaciones tóxicas, conferenciante, autora de 9 libros, y una líder inspiracional en redes sociales y medios de comunicación. Tiene 20 años de experiencia profesional en el sector de la psicología y cuenta con centros en Barcelona, Girona y Madrid, además de realizar terapia online con pacientes de todo el mundo, donde junto a su equipo ha ayudado a miles de personas a reforzar su autoestima, liberarse de relaciones tóxicas y apostar por la vida que realmente sueñan gracias a su propio y exclusivo método.
Puedes encontrarla en Instagram (@silviacongost) y en su canal de YouTube.
