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La OMS asegura que la soledad es una pandemia, y el Estudio sobre juventud y soledad no deseada en España realizado por Ayuda en Acción y la Fundación ONCE presenta datos ciertamente preocupantes. Uno de cada cuatro jóvenes es víctima de una soledad no deseada, el 75,8% desde hace más de un año y el 45,7%, desde hace más de tres años. Por si fuera poco, existe (para sorpresa de nadie) una brecha de género en la soledad: el 31,1% afirma sentirse sola, frente al 20,2% de los hombres.
La soledad no deseada en España le cuesta al país más de 14.000 millones al año, pues quienes la sufren padecen como consecuencias enfermedades como la diabetes y por descontado, trastornos de salud mental. Sin embargo, poco se habla del negocio que al mismo tiempo genera, pues cada vez se crean más aplicaciones con las que vencerla, así como espacios de coliving como Tribe en los que más que pagar por un alquiler, se paga para establecer vínculos, por más que lo cierto es que la compañía no depende de los ceros de la cuenta corriente .
Pero regresemos a las apps… ¿Se puede arreglar un tema tan complejo mediante una aplicación? “No. El problema es multicausal y requiere de una intervención que sea capaz de articular diferente tipo de soluciones y herramienta que sean adecuadas a las necesidades de cada persona. En ningún caso una app, por sí sola, puede dar respuesta al problema de la soledad, aunque puede haber algunas que evaluadas de manera empírica para entender su impacto, puedan contribuir a paliar dicho problema”, dice Matías Figueroa, Director de programa Europa de Ayuda en Acción.
De hecho, teniendo en cuenta que paradójicamente, en muchas ocasiones las redes e internet hacen que haya quien se sienta solo... ¿Es buena idea recurrir a una app para paliar tal sensación?” Las redes que mayor impacto tienen en la calidad de vida de las personas son la redes humanas presenciales. Tener una buena red de personas, amigos, familiares, conocidos, instituciones y servicios de protección social a los que la gente pueda acudir en caso de sentir soledad no deseada. Una app puede ser siempre complementaria, pero no supletoria del resto de necesidades de redes humanas, que son necesarias construir o fortalecer desde los diferentes ámbitos. Pero una app puede ser útil, es decir, psicólogas o psicólogos que hagan atención a través de herramientas virtuales, no presenciales, puede ser también una forma de abordar un problema. No se puede generalizar un problema con una solución. Las soluciones pueden ser diferentes y adaptadas dependiendo de para quién se trate”, asegura.
No podemos pasar de largo el hecho de que el teletrabajo, pese a tener innumerables ventajas, trae consigo asociada cierta soledad al borrar a los compañeros de oficina de la ecuación, cuando lo cierto es que diversos estudios indican que este tipo de amistades laborales son muy positivas para la salud mental. Incluso el hecho de que cada vez más personas quieran abrazar la soltería no hace más que sumar puntos a esta epidemia.
Con la finalidad de rellenar este vacío social, numerosas empresas se lucran de la necesidad de compañía inherente del ser humano, y por eso lanzan diferentes infraestructuras, servicios, libros e incluso espacios con los que intentan acercar a las personas. Sí: el mítico lema “connecting people” tiene hoy más sentido que nunca. No es fácil construir relaciones duraderas y profundas ante la escasez de tiempo, que ha hecho que las relaciones líquidas primen, haciendo de la amistad verdadera el nuevo lujo, pues para alcanzarla se necesita disponibilidad e incluso un estado mental concreto que cada vez es más difícil de alcanzar.
“Vivimos en una sociedad en la que la incertidumbre por la vertiginosa rapidez de los cambios había debilitado los vínculos humanos. Desde Fundación Vivofácil entendemos el cambio como una oportunidad para avanzar. Además, creemos que es en esos momentos, donde surgen y se hacen más fuertes las amistades de verdad”, asegura Mar Aguilera, Directora de Fundación Vivofácil. “Confiamos en las amistades de calidad, en esas que no abandonan, que están a nuestro lado en los momentos difíciles, en los momentos de cambio. Nosotros trabajamos día a día por ser esa amistad, esa voz amiga que escucha de forma asertiva, esa red que cambia y se adapta a las necesidades, a lo que la otra persona necesita en cada instante apostando en todo momento por la calidad y la creación de programas y proyectos donde la persona sea la que tome siempre la voz y la palabra”, comenta.
La soledad preocupa, pero también atrae a los inversores. Tanto, que los fundadores del popular SoulCycle han recibido 7.2 millones de dólares de financiación por parte de Maveron para crear su centro de wellness Peoplehood, que pone en marcha conversaciones de grupo guiadas cuya finalidad es mejorar las relaciones. Por su parte Renate Nyborg, ex CEO de Tinder, ha logrado casi 5 millones de dólares en inversiones para crear un chatbot de Inteligencia Artificial para ayudar a la gente a practicar conversaciones complicadas. Por su parte WeWork, desde su lanzamiento en 2010, ha hecho del intento de facilitar conexiones parte de su lema. “No estamos construyendo un espacio de trabajo, sino una nueva infraestructura para reconstruir el tejido social y el potencial de conexión humana”, comentaba a ‘New York Times’ su cofundador, Miguel McKelvey.
La pregunta es si pese a la existencia de espacios pensados para fomentar las conexiones, y por más que existan aplicaciones e incluso la Inteligencia Artificial se haya embarcado en la lucha para terminar con la soledad, esta pandemia puede arreglarse cuando la sociedad está cada día más acelerada y la individualidad gana fuerza. ¿Cómo es posible estar más solos que nunca cuando estamos más conectados? Paradojas de la vida moderna.
