Aunque llevamos tiempo oyendo hablar acerca de La Gran Renuncia (tan solo en la primera mitad de 2023 dimitieron casi 50.000 empleados), lo cierto es que dejar el trabajo es más complicado, al menos en cuestiones de responsabilidad y salud mental, para las mujeres que para los hombres. Cuando es una mujer la que deja su puesto de trabajo, se enfrenta a una mayor culpa ante el miedo de decepcionar a los demás, mientras que sus superiores le piden habitualmente que asuman una mayor carga laboral antes de abandonar su puesto de forma definitiva, a sabiendas de que la perpetua culpabilidad que acarrea hará que asuma la carga extra.

“Creemos equivocadamente que somos indispensables, y nos crea cierto sentimiento de culpabilidad"

Stephanie Marin, fundadora y CEO de la cadena de gimnasios faciales Work your face, cree que las mujeres se sienten más culpables al dejar su trabajo por tener un sentido de la responsabilidad más interiorizado. “Creemos equivocadamente que somos indispensables, y eso nos crea cierto sentimiento de culpabilidad y abandono”, explica. Inmersas en una cultura que nos incita a complacer, algo que nos empuja a esforzamos por dejar todo bien cerrado, esto puede repercutir de forma negativa en nuestra salud mental al sumar una carga más al inmenso listado de 'to do'. “La mujer ha estado tradicionalmente para complacer: hay un sentido del sacrificio que viene de atrás. Nos acostumbramos a abarcar mucho, a no descansar la cabeza y a pensar siempre que podemos mejorar nuestro entorno, funcionar mejor en nuestro trabajo, con nuestra familia, con nuestra pareja… Eso genera una carga mental muy alta”, dice Marin.

cómo dejar el trabajo
Macall Polay//HBO
Cómo dejar el trabajo sin sentirte culpable

“Muchas veces, veo a mi alrededor que las mujeres que me rodean son los motores, las que organizan y tienen la iniciativa para muchas cosas. Esto ocurre sobre todo en generaciones anteriores, como la de mi madre. Eso nos genera una carga mental importante”, asegura. Blanca Miñano, fundadora y CEO de SKINVITY, no quiere dejar de señalar la presión que sentimos las mujeres por demostrar competencia, pues en muchas ocasiones, podemos llegar a sentir que tenemos que demostrar nuestra valía constantemente para ser tomadas en serio. “Esto ocurre especialmente en el ámbito profesional, como si fuera un requisito imprescindible para que una mujer se sienta completa en el siglo XXI, cuando obviamente no es así. No es necesario tener éxito en el mundo profesional para ser más o menos valiosa. Sin embargo, esta idea está muy arraigada en nuestra cultura y es difícil abstraerse; requiere hacer un trabajo interno y no dar valor a los mensajes que la sociedad pueda transmitirnos en ese sentido”, comenta a ‘Elle’.

"La incapacidad para decir conduce a una carga de trabajo y compromisos abrumadora"

Por su parte María Sánchez, eHealth Manager de Cigna Healthcare, indica que se ha vuelto muy popular el “síndrome de la niña buena”, que puede generar problemas emocionales y dificultades en la toma de decisiones. “La incapacidad para decir "no", o establecer ciertos límites, puede resultar en una carga de trabajo y compromisos abrumadora, contribuyendo a un aumento de los niveles de estrés y ansiedad. Es muy difícil complacer a todo el mundo y cumplir con las expectativas y necesidades de los demás, por lo que acabamos descuidando las nuestras propias, lo que perjudica enormemente a nuestra salud mental”, explica.

Señala que es común que las mujeres tengamos la percepción de no ser lo suficientemente buenas, o que tengamos que demostrar más que los demás. En este sentido, una autoexigencia excesiva puede resultar en una autoevaluación crítica y sentimientos de insuficiencia y culpabilidad que afectan a nuestra autoestima.

Cómo poner límites

Resulta por ello esencial manejar el arte de la asertividad al poner límites y aprender a decir no antes de que el 'burnout' laboral nos invada. María Sánchez resalta la importancia de planificar la transición y asignar las tareas de una forma efectiva, e indica que hay una diferencia esencial entre completar los proyectos pendientes y comenzar tareas que perfectamente podemos delegar en otros compañeros de equipo. “Si sentimos que nos están asignando demasiado trabajo, podemos utilizar una comunicación clara y, de forma respetuosa, establecer nuestros límites. En todo momento debemos situar nuestra salud mental y el auto cuidado como una prioridad durante el momento de transición y, para ello, es perfectamente válido buscar ajustes en el trabajo para protegerla. Comunicar abiertamente nuestras necesidades y limitaciones es el primer paso para construir un ambiente laboral que sea más comprensivo y respetuoso hacia la salud mental de todos los empleados”, señala.

cómo dejar un trabajo
Macall Polay//HBO
Cómo dejar un trabajo sin sentir culpa


A la hora de poner límites sin quedar mal, pues cuando dejamos un trabajo es siempre conveniente hacerlo de la mejor manera posible (nunca sabemos lo que el día de mañana nos depara), resulta vital hacerlo de manera clara y respetuosa. “Siempre debemos centrarnos en nuestras necesidades y priorizar el auto cuidado. Frases del tipo "actualmente, estoy trabajando en varios proyectos y necesito priorizar mi carga de trabajo. Ahora mismo no puedo asumir más tareas" son un ejemplo de comunicación clara y abierta con la que estaremos estableciendo límites sin dejar mal a nadie", asegura.

"Aborda la sobrecarga laboral y las preocupaciones emocionales durante y tras hacer la transición"

“Es crucial abordar la sobrecarga laboral y las preocupaciones emocionales durante y después de hacer la transición al nuevo trabajo. Para ello, buscar apoyo profesional o hablar con nuestros amigos y familiares sobre nuestras preocupaciones siempre nos puede ayudar a establecer expectativas realistas, encontrar un equilibrio saludable y construir una base sólida en la nueva etapa”, añade.

"Podemos sentirnos con falta de energía y motivación, y tener dificultades para integrarnos"

Aprender a frenar a quienes quieren sumar cargas laborales y de responsabilidad a la mujer que va a dejar su trabajo es muy importante para evitar comenzar el siguiente capítulo laboral siendo presas de la angustia, la culpa y el estrés. Como señala Sánchez, el agotamiento emocional y la angustia afectan a nuestra capacidad para adaptarnos a las nuevas responsabilidades y dinámicas de trabajo. “Podemos sentirnos con falta de energía y motivación y tener dificultades para integrarnos. El factor social está estrechamente ligado a todo este estrés acumulado, y puede aumentar la irritabilidad o afectar a nuestro humor”, dice antes de recordar que la culpa puede llevar a expectativas auto impuestas poco realistas en el nuevo trabajo al sentir la presión de demostrar la valía de forma inmediata y aumentando así los niveles de estrés o ansiedad.

Lo importante a la hora de dejar un trabajo es olvidarnos de la culpa, aprender a poner límites y por descontado, no pensar que hemos de asumir una carga extra por el mero hecho de haber decidido dar un giro a nuestra vida laboral. La consecuencia de la carga mental excesiva es el sobre esfuerzo mental, el cual impacta en nuestra organización, atención, toma de decisiones y rendimiento, algo que sin duda no querrás que te acompañe en el siguiente capítulo laboral de tu vida. Además, en el caso de que a tus superiores no les guste la forma en la que estás marcando límites, tenemos una buenísima noticia: teniendo en cuenta que ya te vas, ¿de verdad te importa? Qué van a hacer… ¿Echarte? ¡Ups!