Hablamos tanto del síndrome del trabajador quemado que llegará un momento en el que nazca el “meta burnout”, que básicamente supondrá estar hastiados del hastío. Abusamos tanto del término que nos hemos olvidado de que si hablamos del síndrome del trabajador quemado, este fenómeno solo puede darse en entornos laborales. Pese a que el 58 % de las empresas cree que el riesgo de padecer este síndrome se ha incrementado en el último año, y aunque casi el 60% de las empresas valora que es la carga mental vinculada a las tareas laborales la causa principal del estrés, la segunda parte del informe de Grupo Adecco “Resetting Normal: redefiniendo la nueva era del trabajo” indica que las cuestiones sobre salud mental apenas formarán parte de las estrategias de las organizaciones en la etapa post-Covid.

Por más que existan multitud de aplicaciones y manuales para sobrellevar los efectos del ‘burnout’, los expertos subrayan la necesidad de que sean los empleadores, y no solo los empleados, los que pongan en marcha estrategias con las que frenar este coletazo de la epidemia. “Los lugares de trabajo son entornos clave para impulsar una cultura positiva de salud y bienestar. Crear entornos de trabajo saludables beneficia a las personas, a las empresas y a la sociedad. Desde Salud Mental España reivindicamos lugares de trabajo en los que se tenga en cuenta el bienestar de las personas empleadas, por lo que es necesario que se desarrolle una cultura de prevención de los problemas de salud mental asociados a las condiciones de trabajo”, comenta el equipo de la Confederación Salud Mental España. Por su parte, casi el 70% de las empresas afirma que deberían reforzarse las áreas de psicosociología como necesidad de cara al futuro de la gestión de personas. La conciliación de la vida laboral con la personal es uno de los aspectos fundamentales para cuidar la salud mental de las personas, y en ello las empresas tienen una función principal. Es necesario llevar a cabo acciones a nivel laboral, como sensibilizar a las empresas acerca de la importancia de la conciliación, impulsar medidas para que haya condiciones laborales adecuadas (por ejemplo, el respeto de horarios), evitar situaciones de acoso laboral, evitar la explotación laboral, y contar con mecanismos para detectar a tiempo la aparición de posibles problemas de salud mental y ofrecer soluciones”, indica la confederación.

trabajo y burnout escena de la pelicula el diablo se viste de prada
Distribuidora

Muchas oficinas ponen en práctica dinámicas que alimentan la cultura del ‘burnout’, por lo que son las empresas las responsables de sus efectos y las que tendrían que encargarse de solucionar los daños que ocasionan. De acuerdo, cualquier práctica 'mindful' puede ayudar, pero la solución radica en estructurar de nuevo los trabajos y en cambiar la forma en la que concebimos el ámbito laboral para evitar que aplicaciones como ‘headspace’ se conviertan en las tiritas del siglo XXI. El psicólogo organizacional Adam Grant asegura en su podcast WorkLife que sus tres tácticas para solucionar este fenómeno son exigir, controlar y apoyar. Reducir las exigencias que cada trabajo conlleva, ayudar a los trabajadores a asumirlas y controlarlas y ofrecer a los empleados un apoyo psicológico para hacerlo son sus claves. ¿El problema? Estos tres aspectos no dependen del trabajador, sino de sus superiores.

La culpa del trabajador quemado

El problema de la proliferación de artículos y genuinfluencers empeñados en dar consejos para sobrellevar los efectos del ‘burnout’ radica en que en demasiadas ocasiones, es el propio trabajador el que se siente mal por estar quemado. ¿Por qué no es capaz de destinar una hora al día a practicar yoga o a meditar? ¿Quizás no está siguiendo la dieta macrobiótica que puede mejorar su estado de ánimo? Si en muchos trabajos los jefes exigen a sus trabajadores mejores resultados por menos dinero, imponen plazos de entrega imposibles o alargan las horas de trabajo, ¿por qué no es la oficina y su cúpula organizativa la que se esfuerza por cambiar su estructura? ¿Por qué siempre recae sobre el trabajador la culpa? La cultura del 'overwork' se suma al miedo por enfermar, al estrés desatado por lograr resultados que se ajusten a las exigencias y por el esfuerzo que supone mantener la vida personal en orden. Por otra parte, el que muchos relacionen directamente este síndrome con la depresión empuja a algunos a considerar que la mejor forma para afrontar los problemas no radica en resolverlos, sino en recurrir a la química para sobrellevarlos. Es por eso por lo que como revela la encuesta de Condiciones de Trabajo y Salud que este año han realizado la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y el sindicato Comisiones Obreras, un 24 % de trabajadores consume tranquilizantes o somníferos habitualmente.

escena de la pelicula el diablo se viste de prada
Distribuidora

No es tan raro que si las empresas se niegan a asumir su culpa y a poner soluciones, los trabajadores fantaseen con dejar su puesto de trabajo. El 41% de la fuerza laboral sopesa hacerlo, pero antes de llevar a cabo este cambio, habría que plantea una pregunta: ¿acaso esa nueva oficina sí cuenta con una organización óptima y con un departamento vinculado a la salud mental? Al final, incluso cambiar de trabajo para huir del 'burnout' puede conducir al trabajador a un nuevo estado de ansiedad y desdén, pues no solo ha de estudiar con mimo las condiciones laborales que antaño importaban tanto, sino también esas otras que aunque llevaban tiempo en la sombra, son las que precisamente por haber estado en un segundo plano nos han convertido en una sociedad quemada. ¿Y si en lugar de curar las heridas nos ocupamos por evitar el fuego?