Siempre hablamos de la importancia de identificar las personas tóxicas de nuestro entorno por los daños que pueden causarnos a nivel emocional y psicológico y también de lo necesario que es alejarnos de ellas lo antes posible, una vez detectadas. Otra pregunta que nos hacemos con frecuencia es: ¿y si estas personas están en nuestro entorno laboral? ¿Y si se trata de un compañero de trabajo al que tenemos que ver más de ocho horas al día? ¿Día tras día? ¿Y se trata de nuestro propio jefe? ¿Qué hacemos?

Si bien a los seres humanos, por lo general, nos cuesta mucho cortar relaciones, cuando se trata de alguien que está en nuestro entorno de trabajo podemos vivirlo como una experiencia aún más compleja. Las personas más cercanas (familia, pareja, amigos) nos aportan seguridad emocional y afectiva y por eso nos aferramos a ellas y no queremos perderlas.

Sin embargo, a quienes forman parte del área laboral les relacionamos con una seguridad económica de la que nos sentimos totalmente dependientes y esto puede llevarnos a sentir una mayor dificultad y un miedo aún más paralizante a la hora de tener romper con ellas. Incluso en aquellos casos que son claramente tóxicos.

Al plantearnos la necesidad de un cambio laboral debido a un problema con otra persona, nos parece que ese no puede ser el motivo que nos arroje al abismo de la incertidumbre, al miedo a quedarnos sin nuestros ingresos y a exponernos a la oscuridad de un mañana indefinido y sin resolver. Nos parece que tenemos que aprender a sobreponernos, que no podemos ser tan débiles y que eso puede cambiar.

mujeres en la oficina junto a un dispensador de agua 1953
Camerique//Getty Images

Pero claro, en el trabajo pasamos la mayor parte del día, de los días, de nuestro tiempo. Eso implica que lo que allí ocurra, nos afecta, nos interfiere y nos condiciona. Si allí estamos a gusto y bien, nos iremos a casa sintiéndonos realizados y felices, nos sentiremos en paz. Nos apetecerá ir a trabajar, que llegue el lunes por la mañana y no nos dolerá si tenemos que hacer alguna hora de más.

Pero si por el contrario allí no estamos bien, cuando lleguemos a casa estaremos tristes, agotados, deprimidos, tal vez sin autoestima, tal vez con ansiedad. No podremos conciliar el sueño porque lo ocurrido nos persigue y nos perturba. Cuando llegue el domingo por la noche sentiremos que nuestra ansiedad aumenta, nos costará concentrarnos y tendremos cada vez más inseguridad. Y esto, evidentemente afectará de forma directa a nuestras relaciones personales.

Si no estamos bien en el trabajo, en casa nos sentiremos tristes, agotados, deprimidos, con ansiedad

Tipos de personas tóxicas en el trabajo

Compañeros de trabajo tóxicos

Son aquellos que, al relacionarnos con ellos, nos sentimos mal. No solo no conectamos por ser muy distintos sino más bien por una clara incomodidad. Puede que esa persona sienta envidia, puede que no soporte que ocupemos un puesto superior llevando menos tiempo en la empresa, puede que les molesten nuestras condiciones laborales, que quisieran estar en nuestro lugar y no pueden, etc. Por ello, nos tratan con desdén o con desprecio, tratan de ponernos trabas y problemas, nos sobrecargan de trabajo o nos ningunean, desprecian o no nos tienen en cuenta.

En estos casos, a no ser que se trate de alguien con quien inevitablemente tenemos que trabajar, lo mejor es intentar alejarnos y centrarnos con aquellos que sí que nos demuestran bondad, generosidad y simpatía. Incluso podemos pedir un cambio dentro de la empresa para no tener que verlos siquiera porque es cierto que ese tipo de personas, solo con verlas ya nos sentimos mal.

También puede ayudarnos intentar conectar con la compasión. Eso es pensar en qué es lo que habrán vivido de pequeños para convertirse en alguien así, envidioso y que desea el mal ajeno para sentirse un poco mejor… Nada bueno, por supuesto ya que quienes más lo sufren son ellos mismos.

take a letter
Harold M. Lambert//Getty Images

Los jefes tóxicos

El caso ya es más complicado. Por un lado porque no tienes a quién recurrir para salir de esa situación y por otro lado porque suele tratarse de personas con trastornos de personalidad. Perfiles narcisistas que debido a su inseguridad y sus heridas necesitan menospreciar, humillar y aplastar la autoestima de aquellos que perciben más vulnerables.

Te tratan mal, te hacen sentir que no vales, que te equivocas constantemente, que no les importas… O peor aún, puede que dependiendo del día te digan que están muy contentos contigo y que confían mucho en ti y que luego, de repente todo cambie y te transmitan lo contrario, llevándote a sentir que no entiendes nada y sin saber cómo tienes que comportarte o qué es lo que se espera de ti.

El jefe tóxico te trata mal, te hace sentir que no vales, que te equivocas constantemente...

Acabas con una sensación parecida a estar volviéndote loco. Te planteas cambiar de trabajo, pero a veces no es sencillo. Puede que por tu edad las opciones se hayan reducido o que ya no te convenga un cambio y decidas que tienes que seguir cómo sea. Puede que tu autoestima esté tan dañada que no veas la infinidad de posibilidades que te rodean y con las que estarías muchísimo mejor. Puede que hayas dejado de creer en ti y eso te lleve a cometer cada vez más errores que van confirmando tu sentimiento de inutilidad.

¿Qué hacer con las personas tóxicas en el trabajo?

Está claro que cuando la parte de la seguridad económica está en juego, no debemos actuar por impulso y sin analizar bien la situación. Si nos encontramos atrapados o bajo las consecuencias negativas de tener una relación tóxica en nuestro trabajo, la clave está en trabajar tu autoestima, porque es lo primero que se daña y ese daño es lo que causa problemas a todo lo demás.

Pedir ayuda para volver a conectar con nuestras capacidades, con aquello que somos buenos, con aquello que nos hace sentir realizados. Para poder identificar los malos tratos que estemos recibiendo y tal vez ya no detectamos porque los hemos normalizado, tal vez porque pensamos que los merecemos. Y para aprender a protegernos, a poner límites y a decir no.

Una vez logrado esto y habiendo conectado de nuevo con nuestra sensación de valía y nuestro poder personal, empezaremos a ver con claridad qué opciones tenemos delante y podremos decidir cuál es el camino que debemos tomar.


La jefa: Silvia Congost

a woman in a blue suit
ELISABET SERRA 
 elisabethserrastudio@gmail.com

Silvia Congost es psicóloga experta y un referente nacional en autoestima, dependencia emocional y relaciones tóxicas, conferenciante, autora de 9 libros, y una líder inspiracional en redes sociales y medios de comunicación. Tiene 20 años de experiencia profesional en el sector de la psicología y cuenta con centros en Barcelona, Girona y Madrid, además de realizar terapia online con pacientes de todo el mundo, donde junto a su equipo ha ayudado a miles de personas a reforzar su autoestima, liberarse de relaciones tóxicas y apostar por la vida que realmente sueñan gracias a su propio y exclusivo método.

Puedes encontrarla en Instagram (@silviacongost) y en su canal de YouTube.