John Steinbeck aseguró que no son las personas las que hacen los viajes, sino los viajes los que hacen a las personas, y la capacidad enriquecedora del universo ‘travelling’ ha sido siempre ensalzada de tal forma que hasta hace bien poco, viajar ha sido considerado la mejor experiencia del planeta a través de la cual conocer gente, descubrir culturas diferentes e incluso sentirnos realizados. Sin embargo, hemos generado una suerte de turismofobia que ha ensuciado nuestro afán viajero. ¿Por qué viajamos en masa a los mismos lugares? ¿Hemos convertido nuestra andadura en un trayecto 'instagrameable'? ¿Cuáles son las consecuencias ambientales de los vuelos hiper económicos y del turismo masificado?

"El turismo en masa ha desembocado en la destrucción de todo lo que íbamos a ver"

“El turismo puede acabar con un lugar. Un enclave que era precioso puede terminar sobreexplotado y destruido. El turismo en masa ha desembocado en la destrucción de todo lo que íbamos a ver”. Con estas palabras, el documental ‘The last turist’ nos advierte de los peligros que conlleva la voracidad actual de los viajeros. Por supuesto, el mensaje de la obra, llevada a cabo por Tyson Sadler, que durante tres años recorrió 14 ciudades diferentes para entrevistar a expertos en viajes, operadores de tours turísticos y académicos, no es que no viajemos, sino que obliguemos a la industria turística a involucrar a las comunidades locales en sus esfuerzos turísticos. También anima a los turistas a que asuman las consecuencias de sus acciones y sobre todo, nos invita a repensar la forma en la que viajamos. Porque todos somos turistas, incluso los que miran con desprecio a los otros turistas.

Por qué somos adeptos a los 'hot spots'

"Pensamos que estamos eligiendo nuestro destino, pero en realidad nos están llevando"

Le preguntamos al divulgador y geógrafo Alastair Bonnett, autor de ‘El mapa de las islas’ (Blackie Books), cómo es posible que existiendo tantos lugares en el mundo, en realidad conozcamos tan pocos y viajemos constantemente a los mismos destinos. “Siempre vamos a las mismas islas masificadas y nos pasamos tiempo intentando encontrar lugares fuera de las rutas habituales cuando llegamos. El motivo es sencillo: vamos allá donde los aviones y las carreteras nos llevan. Pensamos que estamos eligiendo nuestro destino, pero en realidad nos están llevando, y luego intentamos poner algo de nuestra personalidad en nuestras “decisiones”. Lo bueno es que existen millones de islas en las que no te encontrarías a nadie. Muchas de las islas que he recorrido ni siquiera aparecen en Google Maps, como las islas San Blas, en Panamá”.

summer holiday season begins and tourists flock to the beaches in spain
David Ramos//Getty Images

Los daños del turismo masificado

Meryem El Mehdati habla en ‘Supersaurio’ (Blackie Books) de cómo es crecer en una localidad turística (Canarias) que está siendo devorada precisamente por el turismo. Le preguntamos si es posible huir de la masificación turística. Pienso mucho en esto últimamente, en si existen formas “buenas” de ser turista. Yo creo que no. El turismo se ha concebido en cierta forma como la búsqueda del chollo. Este chollo es un reflejo del sistema neoliberal en el que vivimos: para que yo pueda dar con él, mucha gente ha tenido abandonar su barrio poco a poco para moverse a la periferia porque los alquileres son inasumibles (Airbnb). Además, gran parte del tejido económico de ese lugar ha tenido que dedicarse a cubrir y satisfacer mis necesidades durante mi estancia en "El Chollo". Esto es replicable en todo el mundo a mayor o menor escala, no importa que uno vaya a Bali o a la Patagonia, el sistema se adapta rápidamente. Sucedió con la pandemia: muchos países se vinieron económicamente abajo en el momento en el que dejaron de entrar los turistas”.

huir del turismo masificado
Blackie Books
’El mapa de las islas’ y ’Supersaurio’ ofrecen una mirada diferente al turismo

Regresando a esos daños que el turismo ejerce sobre la comunidad local a los que hace referencia el documental ‘El último turista’, la propia Meryem nos explica cómo está afectando a Canarias. “En el caso de las islas capitalinas (el resto también adolece del mismo mal, pero al ser de menor tamaño, el problema suele minimizarse) existen varias zonas que se asemejan a recintos concebidos únicamente para atraer a los turistas. El sur de estas islas adolece mucho de este mal: Las atracciones, los espacios de ocio y las actividades que se organizan están enfocadas a cubrir cualquier necesidad que el turista pueda tener (en muchos supermercados los carteles están en inglés y en alemán, por ejemplo) en perjuicio de los habitantes del lugar, que no necesitan cuatro centros comerciales, 500 bungalows, dos resorts nuevos u otro campo de golf, sino mejorar su centro de salud, su colegio o ampliar el fondo de sus bibliotecas”, explica.

Viajar de otra forma

Cuando nos plantamos si realmente es posible viajar de forma diferente, decidimos ir más allá y hablar con el artista cyborg Neil Harbisson, que lleva implantada una antena en el cráneo que le permite transformar los colores en sonidos y escucharlos como música, para conocer formas distintas (y mucho más sostenibles) de viajar. “Se puede viajar a través de los sentidos, conectando. En mi caso, al usar internet para tener sentidos que están separados del cuerpo, puedo viajar sensorialmente sin que mi cuerpo lo haga. Hablamos, por ende, de viajes sensoriales. Yo puedo conectar mi antena a la estación internacional de la NASA, lo que me permite escuchar los colores del espacio y por lo tanto, explorarlo sin necesidad de ir. Lo llamamos convertirse en senstronauta, explorar el espacio sin necesidad de ir físicamente conectando tu cuerpo con sensores que están en el espacio. Con los viajes al espacio teníamos como objetivo que fuéramos al espacio, pero ahora podemos hacer que el espacio venga a nuestro cuerpo. Yo hago que los colores del espacio entren en mi cuerpo”, asegura. En ese instante no solo pensamos que quizás no nos estamos esforzando lo más mínimo cuando nuestro empeño radica en saber cómo ahorrar en nuestros viajes, sino que en nuestra cabeza resuenan las palabras de Paul Theroux: “El viaje es un estado mental. No tiene nada que ver con lo existencial o lo exótico. Supone casi en su totali­dad una experiencia interior”.

"Esa idea de tener un listado de “lugares a los que ir antes de morir” es dañina y terrible"

A lo largo de nuestra charla, Neil se esfuerza en hacernos comprender que los viajes, aunque no sean corpóreos, son igualmente plenos y satisfactorios, mientras que Alastair Bonnett nos recuerda también que no tenemos que pensar en kilómetros a la hora de viajar. “El número de viajeros se encuentra ya en un lugar crítico en los destinos más famosos. Hay que repensar el viaje. Podemos pensar en la exploración urbana, un movimiento en boga entre los más jóvenes, que rediscubren los lugares escondidos, abandonados y subterráneos de sus propias ciudades. El viaje más excitante puede ocurrir al lado o incluso debajo de nosotros. Si vivimos en una ciudad y queremos escapar de ella, es que hay algo malo en esa ciudad. Muchas son simplemente aburridas, porque carecen de aventuras y posibilidades. Esa idea de tener un listado de “lugares a los que ir antes de morir” es dañina y terrible. Los viajes son los momentos más significativos, delicados y únicos de nuestra vida. Hemos de calmarnos y de darnos cuentas de que a veces, más a menudo de lo que pensamos, viajar 400 metros es mucho más relevante que correr 4.000 kilómetros. Podemos viajar de muchas formas”, sentencia.

¿Está viajar sobrevalorado?

Neil Harbisson asegura que en realidad, lo que está infravalorado es viajar con los sentidos. “No estamos valorando el hecho de que podemos estar en casa sintiendo que estamos en otro lugar. Lo hacemos ya con el sonido y con la vista a través de las videollamadas, pero si añades el tacto, el olor, sentidos nuevos que posibiliten notar las vibraciones del suelo… Entonces notarás que estás ahí y podrás viajar sin moverte de casa, que por cierto, será mucho más ecológico”, señala. Para Meryem El Mehdati, la frase “viajar está sobrevalorado” es una trampa. “Creo que esto es algo que solo dicen o bien las personas que pueden permitirse viajar donde quieran y cuando quieran sin problema o quienes no tienen ni los medios ni la libertad, como consuelo”.

Para finalizar, por si tus vacaciones tienen como foco un destino turístico masificado (la que firma el texto es culpable de esto…), te ofrecemos unas palabras de confort por parte de Alastair Bonnett. “Viajar es algo muy personal y es importante no juzgar. El que la gente vaya a lugares de moda, en realidad, es una opción sostenible, porque concentra el problema, por lo que lo hace más manejable”.