Si bien en verano no entra dentro de nuestros planes por sus temperaturas, Andalucía se convierte en primavera en destino ideal por lo benigno de su clima, la posibilidad de un tímido primer baño en el Atlántico o en el Mediterráneo y su gastronomía, siempre atractiva a los ojos de un viajero que se ha estado 'guardando' durante todo el invierno para el deleite culinario que llega de la mano de las terracitas y el buen tiempo.

En caso de que estés planeando tu primera escapada para el buen tiempo, hemos seleccionado para ti cuatro pequeños pueblos de Andalucía, preciosos y con una excelente relación calidad/precio, para un viaje cortito (todos ellos se ven bien en uno o dos días). Recomendación: un gorrito, protección solar, agua a raudales para los primeros calores y, cómo no, llevarse el imprescindible traje de baño.

Aguamarga (Almería)

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Domingo Leiva//Getty Images

Un idílico pueblo pesquero que siempre ha vivido por y para el Mediterráneo; te encontrarás como en casa al tener menos de 300 habitantes. Perfecto para una excursión de un día, hay una serie de puntos que recuerdan su pasado más reciente, por ejemplo las ruinas del viejo cargadero donde se embarcaba el mineral que procedía de Lucainena de las Torres. No dejes de pasear por las calles céntricas del pueblo, muy animadas y llenas de tiendecitas de artesanía y, cuando termines tu periplo, tómate una cañita en la plaza del pueblo. Pero Aguamarga sobresale por sus costas idílicas, como la cala de Enmedio, a la que solo se puede acceder a pie, la del Plomo, árido y de aspecto espacial o la playa de los Muertos, la última del Parque Natural del Cabo de Gata, con caminos que invitan a perderse, desconectar o a una jornada de senderismo.

Frigiliana (Málaga)

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A los pies de la Sierra de Almijara rodeada de colinas verdes y con el Mediterráneo deslumbrante en el horizonte, descubrimos Frigiliana. El típico pueblo andaluz que cualquiera podría tener en mente, con estrechas callejuelas, casas encaladas decoradas con bonitas flores de colores, el rumor de fondo del agua de las fuentes y los lugareños charlando a la sombra de un níspero. Son muchos los atractivos que traen cientos de visitantes cada año a este fantástico pueblo malagueño, hasta el punto de haber sido galardonado en varias ocasiones como el pueblo más bonito de Andalucía. Así pues, si lo decides visitar no te puedes perder algunas de las joyas que esconde, como el barrio mudéjar, la plaza de las Tres Culturas, el palacio de los Condes o las vistas de la zona desde alguno de sus miradores.

Gaucín (Málaga)

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© Allard Schager//Getty Images

En el verano de 2020, fue considerado por el diario 'The Telegraph' como el 'pueblo más perfecto de España'. Gaucín, en Málaga, es un pueblo de unos 1.500 habitantes situado en la serranía de Ronda, con calles llenas de escaleras o cuestas de lo más empinadas, calles blancas y huellas de la arquitectura popular morisca, fruto del largo período de invasión musulmana. Está presidida por las ruinas del castillo del Águila –situado a unos 150 metros de elevación– derruido y construido en varias ocasiones, la última en 1808. En el pueblo, no podemos dejar de ver la iglesia parroquial de San Sebastián (siglo XVI), de aire renacentista; el convento carmelita, antigua ermita de la Vera Cruz (1704) y la fuente de los Seis Caños (siglo XVIII) son algunos de los puntos más destacados de su patrimonio.

Trévelez (Granada)

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Walter Somers / 500px//Getty Images

Antes de llegar, nos detendremos en el Mirador de Trevélez para inmortalizar las casitas blancas desde su mejor ángulo. A 1.476 metros sobre el nivel del mar, puede presumir de ser el pueblo más alto de la Alpujarra granadina y uno de los más elevados de España. Por eso se dice que aquí se toca el cielo. Al cielo nos llevará también el jamón de Trevélez, una delicia que se curte con el clima, así que tocará visitar los secaderos como si de un ritual culinario se tratara. Además de buen comer, este municipio ejerce de trampolín a Sierra Nevada con infinitos senderos cortos y de gran recorrido. Qué decir de sus calles, si a lo largo y ancho de sus tres barrios nos toparemos con joyas como la ermita de San Antonio. Lo mejor será dejar de imaginar y marcar en el calendario cuándo saldamos nuestra cuenta con el rincón blanco de Granada.